COVID-19

La sociología del virus

Las epidemias no sólo son biológicas sino sociales y dan cuenta del resquebrajamiento de estilos de vida y modelos de subsistencia del momento. l Leonardo Bastida

Escrito en OPINIÓN el

Aún sin terminarnos de reponer de las secuelas sociales del covid-19, tras dos años y medio de convivencia con el coronavirus Sars Cov 02, la viruela símica comienza a posicionarse en el imaginario colectivo y en la agenda política. Una vez más, lo que inició con pequeños brotes de infecciones virales, deriva en una pandemia (covid-19) o en una emergencia sanitaria global, provocada por un virus, aparentemente controlado y erradicado del planeta (viruela símica), y que ahora ha hecho su aparición en más de 70 países.

Muchas lecturas se han dado a estos fenómenos sanitarios recientes, desde diferentes aristas y puntos de partida. Varias de ellas, confiando en que de la experiencia de covid-19, pues los autores aún desconocían lo que ocurriría con la viruela, podrían generar cambios en los ritmos actuales de vida y en las interacciones entre seres humanos así como en las dinámicas sociales. Boaventura De Sousa Santos habla de una cruel pedagogía o Slavoj Zizek de una aparente llegada a una época más comunitaria y de interés común.

Con un análisis multidimensional respaldado desde hace varios años, a partir de la sociología y la filosofía, Armando Bartra nos indica que se vive una etapa de Gran Crisis,  no sólo sanitaria, derivada del covid-19, sino que se han conjuntado una serie de factores que han propiciado la vivencia del panorama actual, en el que hay altos índices de desigualdad, de pobreza, de escasez y de problemas medio ambientales, muestra de un desgaste del modelo económico vigente y de la precarización de un mundo, en apariencia, mucho mejor al que pudieron haber habitado nuestros antepasados, con una relación inequitativa entre la sociedad y la naturaleza.

Pero además de ser social, también tiene un toque ontológico, al cual llama “experiencia desnuda planetaria” debido a que demostró todas las catástrofes que se viven y que al momento de conjuntarse, se colapsa el sistema económico vigente, inviable para las necesidades actuales; hay una falla estructural, porque remite a lo que subyace; marca el fin de una etapa histórica, anuncia una nueva formación cultural y es radical, debido a que nadie pudo escapar de la pandemia, lo cual generó una interpelación a la humanidad en su ser.

Bajo esta perspectiva, Bartra publica “Exceso de muerte. De la peste de Atenas a la covid-19” (FCE, 2022) teniendo como hilo conductor a diferentes pandemias ocurridas a lo largo de la historia de la humanidad y mostrando la fragilidad propia del ser humano. Para lograr su objetivo, el también catedrático recurre a la historia, la literatura y la filosofía como herramientas de análisis de los fenómenos pandémicos en los dos últimos milenios y medio.

Por lo tanto, Bartra propone que el virus es un ente físico, pero también metafísico, pues provoca daños materiales, a nuestros cuerpos, pero también recuerda la finitud de nuestras vidas, las limitaciones temporales de la existencia, la imposibilidad de una inmunidad, el irremediable final de un ciclo vital y el miedo a lo ignorado, pero a su vez, presente en cada segundo como un recordatorio de la indefensabilidad de cada uno de nosotros.

En su viaje histórico, Bartra localiza una primera pandemia en el mundo occidental en la antigua Grecia, donde, hace dos mil 500 años se describieron los componentes de una crisis provocada por una epidemia, devoradora de miles de vidas y causante de una serie de problemáticas inusitadas en un gran centro urbano de la época como lo fue Atenas, centro de ideas y de innovación, que, detonaron una crisis jamás vista hasta ese momento. Muy significativa, debido a su irrupción en un momento clave, como lo fue la Guerra del Peloponeso, y en el que se había decidido modificar la traza urbana ateniense.

Hechos similares ocurrieron en la Inglaterra del siglo XVII, donde no sólo se comenzaba a gestar un movimiento a favor de la propiedad privada sino también una de las mayores epidemias de la época, acentuada por las condiciones de vida del momento, como las describió Daniel Defoe en sus diarios.

En la década de los 80 del siglo pasado, surge una gran incógnita que llevó a formar una serie de prejuicios y estigmas en contra de quienes resultaban infectados de un virus desconocido, pero que, al paso del tiempo puso en entredicho los hábitos sexuales de las sociedades y desenmascaró las desigualdades sociales, pues en algunos lugares, el VIH fue sinónimo de muerte por mucho tiempo mientras que en otros gozaban de los beneficios de los avances médicos. Por eso, Bartra retoma al escritor sueco Henning Mankell, quien, a través de su obra, analizó la temática, y concluyó que el impacto del VIH dependía del lugar del mundo en el que la persona residiera.

En las últimas décadas ha sido cada vez más común la aparición de nuevos virus y enfermedades en cortos períodos de tiempo, en un primer momento, en determinada región, y después, diseminados en muchos otros puntos del globo terráqueo. Las hipótesis científicas indican que son transmitidos de algunas especies animales hacia el ser humano, indicador de que las fronteras se diluyen debido a la invasión humana de espacios en los que no estaba presente, ese apetito despertado durante la Ilustración de dominio de la naturaleza en aras del “progreso” de la humanidad.

Exceso de muerte” es una invitación de Armando Bartra para analizar diferentes epidemias acontecidas a lo largo de la historia, en distintos puntos del mundo, pero no desde el relato o la reflexión en sí, sino desde una mirada sociológica, con la cual desmenuza el contexto sociocultural en el que se produjeron las epidemias para comprobar su hipótesis de que las epidemias no sólo son biológicas sino sociales y dan cuenta del resquebrajamiento de estilos de vida y modelos de subsistencia del momento.

Por eso, en el cuerpo del texto, retoma la idea de Albert Camus de que la peste jamás será a la medida de la humanidad, pues siempre es destructora y sorpresiva.

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