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¿Aguantar vara?

El buen líder no evade, censura ni impide la crítica sustentada. | José Antonio Sosa Plata

Escrito en OPINIÓN el

Muchos le temen. Otros, la tratan de esquivar. Algunos más, la ignoran. Sin embargo, la crítica es uno de los recursos más importantes de la democracia. La libertad de expresión tiene en ella a uno de sus pilares más sólidos. La crítica tiene el potencial de convertirnos, sin duda, en mejores seres humanos.

La crítica se puede definir de distintas formas. En síntesis, podemos afirmar que es una apreciación, interpretación, calificación, examen, opinión o juicio que tenemos sobre cualquier tema, persona, situación o cosa. Aunque la mayoría de los argumentos que emitimos al criticar son subjetivos, lo cierto es que en distintos ámbitos es un recurso muy apreciado.

En las artes, la cultura y la industria entretenimiento, criticar es común y rutinario. Es más. Se ha especializado a tal nivel que muchos profesionales viven dignamente por ejercerla. Instituciones, artistas, autores y creadores han aprendido a coexistir con sus críticos, a verlos como un apoyo y también a respetarlos. Pero en la actividad política, la situación es más complicada.

Por si no lo leíste: Periodistas independientes me dan desconfianza: AMLO.

En la lucha por el poder político, es frecuente ver acciones, reacciones, conflictos y confrontaciones por los riesgos o afectaciones que perciben algunos líderes intolerantes a la crítica. El rechazo abierto ha llevado a muchos gobernantes al ejercicio inaceptable de la censura. O a la violencia en sus peores manifestaciones.

Ver a un crítico como adversario o enemigo es uno de los errores más frecuentes que cometen los líderes autoritarios o inseguros. El problema surge porque algunos personajes confunden, con gran facilidad, la crítica legítima y sustentada con conceptos malintencionados y destructivos como la injuria, la difamación, el ataque infundado, la mentira, la manipulación o el prejuicio. El buen líder puede estar o no de acuerdo con sus críticos, pero es un error táctico considerarlos siempre como enemigos o adversarios.

Te recomendamos: Víctor Castillo-Riquelme, et.al. Noticias falsas y creencias infundadas en la era de la posverdad. Universitas, Revista de Ciencias Sociales y Humanas, Número 34, 2021, pp. 87-108.

Aunque no es necesario tener una preparación académica sólida para criticar (de hecho, todas y todos lo podemos y lo debemos hacer) es importante considerar que en el espacio público existen reglas, valores y límites que se tienen que respetar. Unos, los que se ajusten en forma estricta al respeto a los derechos humanos. Otros, los relacionados con los alcances de la libertad de expresión.

Por otra parte, y retomando a Michel Focault, la crítica también “es una virtud” del ser humano y por eso hay que cuidarla y preservarla. La razón que nos motiva a alentarla y promoverla es porque ofrece al ser humano un alto grado de “utilidad” en diversos sentidos. Pero esto no significa que desconozcamos el valor que tiene en la lucha por el poder. Mucho menos que la convirtamos en un arma para aniquilar —sin razones reales y de peso— a los adversarios.

Consulta: Michel Foucault. ¿Qué es la crítica? Daimon, Revista Internacional de Filosofía, Número 11, 1 Diciembre 1995, pp. 5-25.

En el nuevo ecosistema de comunicación, el receptor está en el centro de las conversaciones, interacciones e intercambio de información porque se le concibe, principalmente, como un nuevo consumidor. Resultado de esta perspectiva mercantilista, al modelo económico y político no le conviene, sin embargo, fortalecer a ciudadanas y ciudadanos críticos, que no se queden callados ante lo que hacen y dicen los gobernantes y mucho menos frente a lo que los productos y servicios que les ofrecen las grandes empresas.

A pesar de todo, la crítica no profesional va creciendo poco a poco en las redes sociales. Aunque razonar en el espacio público conlleve riesgos. De igual forma es alentador ver el crecimiento de las voces críticas en los espacios de opinión de los medios tradicionales y las nuevas plataformas digitales. La tendencia favorece los equilibrios que requiere la democracia y tiene el potencial de reducir las acciones de corrupción e impunidad de quienes detentan el poder económico y político.

También puedes ver: Rubí Román. ¿Cómo desarrollar el pensamiento crítico en alumnos de la Generación Z? México: Tecnológico de Monterrey, Instituto para el Futuro de la Educación, 21 Junio 2021.

El problema está en que aún abundan los personajes políticos que siguen viendo con recelo, miedo y coraje a los críticos: sean quienes sean y digan lo que digan, porque los perciben como riesgos o amenazas.  Pero eso no es todo. Imponen contrapesos falsos con aduladores que, muchas veces, terminan dañando más la reputación en lugar de elevar los niveles de confianza y credibilidad que necesita cualquier líder.

En otras palabras, el buen líder sabe que a la crítica sustentada no se le teme. Tampoco se ataca o descalifica a quienes ejercen con responsabilidad y valor su derecho a opinar. Por el contrario. La debe alentar y mantener, creando las condiciones para que fluya con absoluta libertad y respeto. De hecho, ninguna estrategia política debería ignorarla o concentrarse solo en los argumentarios para responderla.

La crítica seria y sustentada favorece la gobernabilidad, genera el debate y crea las condiciones para la confrontación civilizada en cualquier medio de comunicación. Mientras más esté presente en nuestras vidas, menos son las posibilidades de recurrir a la guerra sucia o a las campañas negras. Cuando a todo esto sumemos la utilidad que nos ofrece la autocrítica, será posible entonces afirmar que nuestra democracia en verdad está madurando.

Recomendación editorial: Pablo Francescutti Pérez. Análisis y opinión periodística. Historia, géneros y estrategias argumentativas. Madrid, España: Editorial Universitaria Ramón Areces, 2021.