LITERATURA

Un sueño fantástico, la literatura de Francisco Tario

La construcción de mundos alucinantes enmarcados en un ambiente nocturno, sensual, grotesco o macabro, son la constante obsesión en el trabajo literario de Francisco Tario

Escrito en OPINIÓN el

Durante la época posrevolucionaria, México comenzó a escribir una nueva página dentro de su historia, los años revolucionarios habían terminado y con ellos la convulsión del país vivida años anteriores comenzaba a quedar atrás, sin embargo, las secuelas que dejó se reflejaron en la vida nacional perdurando por varias décadas.

La generación que vivió, creció o nació en el periodo de 1910-1920 estuvo fuertemente influenciada por los problemas de orden interno que confrontó el país durante aquellos años; políticos, arquitectos, empresarios, campesinos, todos ellos tuvieron presente en su vida diaria la Revolución Mexicana y sus múltiples rostros de caos y violencia.

Pero una de las áreas que dejó mayor constancia sobre el hecho revolucionario ha sido la literatura, que convirtió la Revolución en núcleo generador de importantes obras, y no sólo en ser un recurrente tema literario, que sirvió a intelectuales como guía para no desorientarse en el férreo camino de búsqueda/encuentro de la identidad nacional, que corría el riesgo de extraviarse por el uso y abuso de las armas.

Esta literatura, principalmente publicada a partir de los años cuarenta, conjugó magistralmente los elementos sobre los asuntos de carácter social con un enajenamiento plasmado alegóricamente, en el que el mundo de los vivos se mezcla con el de los muertos en fragmentos de un doloroso trance en una época decisiva de la vida de México.

Esta forma de expresión la cultivó admirablemente Francisco Tario, seudónimo con el que se le conoció al autor mexicano cuyo nombre verdadero en vida fue Francisco Peláez (1911-1977), él creó un mundo propio, alucinante y lleno de una carga emocionalmente simbólica, que le permitió escribir relatos y cuentos fantásticos con los que procuró desmitificar la relación del hombre con su naturaleza.

En sus obras, Tario otorgó de características únicas a objetos, animales y a personajes espectrales, ya que este autor dotaba de habla a seres inanimados o prorrumpía violentamente con la fuerza de la psicología en la mente del lector al describir escenas con gran simbolismo, con la finalidad de cuestionar la vida del ser humano en un tono intimista.

El contenido que aborda dentro de sus relatos comprende la restricción sensorial del hombre para distinguir la grandeza del universo que lo rodea, pero sin dejar a un lado el sentido del humor, de lo extravagante, lo insólito y lo desconocido, temas que le permitieron alejarse del tradicionalismo de otros autores contemporáneos a él, por esta razón ha sido valorado y considerado, tardíamente, precursor dentro de la narrativa fantástica mexicana.

La construcción de mundos alucinantes enmarcados en un ambiente nocturno, sensual, grotesco o macabro, son la constante obsesión en el trabajo literario de Francisco Tario, quien maduró como escritor a la par de Juan José Arreola y Juan Rulfo, arriesgándose en la innovación estética y dando al relato nuevas dimensiones.

La sombra de los no vivos roza la superficie a manera de caricia de quienes la muerte no ha hecho presa, ejercicio que desdibuja la frontera de estos dos mundos que Tario nos permite casi tocar con los dedos de la imaginación y perdernos así en los confines en que la vida y la muerte conviven en un mismo sitio.

Francisco Tario, un escritor considerado marginal por no pertenecer, en su momento, a ninguna corriente literaria específica ni haberse integrado a grupo intelectual alguno, situación que le permitió desbordar su talento e imaginación de forma única y feroz.

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