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Perdidos en el espacio

La serie de imágenes tomadas por el telescopio James Webb nos confirma que en realidad, estamos irremediablemente perdidos en el espacio. | Ulises Castellanos

Escrito en OPINIÓN el

Resulta fascinante y absolutamente incomprensible lo que esta semana dio a conocer la NASA, con relación a las hermosas e increíbles imágenes del espacio que ahora conocemos. La astrónoma Michelle Thaller dijo: ”Es una forma completamente nueva de explorar el universo, que marca el comienzo de una nueva era”. Así de claro. Un parteaguas pues.

Y sí. Atrás quedan ya las imágenes en blanco y negro de un Universo estrellado sólo por puntitos blancos de distintos tamaños. Hoy tomamos conciencia de lo que quizá imaginábamos, que el Universo cuenta con una diversidad de formas y colores infinita e inabarcable.

Pero, ¿de qué nos sirve esta información? En la práctica, de nada absolutamente. Salvo para saber lo pequeño que somos. Pero en realidad de nada. Vamos, ni siquiera porque somos conscientes de que un día, dentro de millones de años se apagará nuestro Sol. Ni siquiera por eso, cambiamos nuestra rutina semanal.

Foto: NASA, ESA, CSA, y STScI.

Sin embargo, el poder de estas nuevas imágenes del espacio, sí contribuyen a nuestra comprensión relativa de la vida y nuestra esencia como humanidad. ¿Estamos solos? ¿Acaso existirán otras civilizaciones como la nuestra? ¿Tenemos futuro cómo humanidad en la Tierra o tendremos que migrar a otros planetas? Es probable que antes de responder estas preguntas, nos acabemos el planeta, ya sea que lo destruyamos en un día derivado de una guerra nuclear, o simplemente en abonos a cuenta del cambio climático.

Entonces, ¿qué nos ha revelado el telescopio James Webb? Bueno, esta pieza óptica, con su espejo dorado de 6.5 metros de ancho e instrumentos infrarrojos super sensibles, ha logrado capturar una imagen de manera inédita, que refleja un conjunto de galaxias que existieron apenas 600 millones de años después del Big Bang (recuerden que el Universo tiene 13,800 millones de años) y que lo que estamos viendo es el “pasado”, es decir, luz de hace 13,200 millones de años viajando por el espacio.

Es curioso, porque aunque se trata de una imagen contemporánea para nosotros, en realidad es una postal del origen del universo, casi casi estamos siendo testigos del Big Bang. Es como si a la inversa, alguna civilización remota, se asomara a nuestro planeta del otro lado, y lo que vería a distancia cósmica, sería en realidad una postal de los dinosaurios en la Tierra.

¿Y por qué nombraron al telescopio James Webb? Recordemos que este proyecto se inició en 1996, y que en principio este esfuerzo fue denominado Next Generation Space Telescope (NGST), basado en la planificación genérica del sucesor del Hubble al menos desde 1993. Pero en el 2002, se le cambió el nombre por el de James E. Webb en honor de este hombre que nació en Carolina del Norte un 7 de octubre de 1906 y que fue directivo de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, establecida formalmente en octubre de 1958. Webb falleció en Washington, el 27 de marzo de 1992, e hizo innumerables aportaciones al conocimiento del espacio.

El costo de este telescopio ronda los 10.000 millones de dólares. Se podría decir que es la fotografía más cara de la historia y que lo que vemos está al borde de unos 260 años luz de distancia, que es en realidad el máximo alcance de nuestro “juguetito” en el espacio.

Así las cosas, esta serie de imágenes más lo que se derive de ellas en términos de conocimiento cósmico, sólo nos dejará sorprendidos, frente a un saber inabarcable e incomprensible respecto del origen del Universo, y nos confirmará que en realidad, estamos irremediablemente perdidos en el espacio.