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Plan de seguridad fronteriza, pretexto para politizar la migración

El plan de Mayorkas ha traído consigo un pretexto para politizar la migración en un país inmerso en un ambiente de precampañas electorales. | Alicia Fuentes

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Escrito en OPINIÓN el

Un par de días después de la polémica provocada por Donald Trump al afirmar que él negoció con el presidente Andrés Manuel López Obradors la militarización de la frontera y el programa “Permanecer en México”, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, publicó un nuevo plan de seguridad fronteriza que pretende abordar el aumento anticipado de la inmigración ilegal masiva en la frontera estadounidense con México. 

El plan de Mayorkas, que se escribe con una retórica que intenta cambiar el desastre humanitario heredado por las políticas de inmigración aplicadas por la administración Trump, ha traído consigo un pretexto para politizar la migración en un país inmerso cada vez más en un ambiente de precampañas para las elecciones del 8 de noviembre próximo y en las que se renovará la Cámara de Representantes, se elegirán 34 de los 100 escaños del Senado y 36 gobernadores.

Si bien al DHS de la administración de Joe Biden se le reconoce que ha manejado una cantidad sin precedentes de migrantes, que ha interceptado más drogas e interrumpido más operaciones de contrabando que sus antecesores, también se le atribuye la ampliación de la crisis humanitaria por el número creciente de personas que intentan entrar a Estados Unidos a través de la frontera con México, debido justo al desmantelamiento de las políticas antiinmigrantes de Trump, entre ellas las relacionadas con la disminución de los arrestos y redadas masivas de migrantes, y la cancelación de casos de inmigración pendientes, así como detener la construcción del muro, intentar dejar sin efecto los Protocolos de Protección al Migrante, mejor conocidos como Quédate en México, y poner fin a las expulsiones de migrantes bajo el amparo del Título 42

Justo la intención de abolir el Título 42, una restricción pandémica impuesta por el gobierno de Donald Trump para negar asilo y refugio a migrantes y enviarlos de inmediato a su país de origen, es objeto de polémica pues la administración Biden planea eliminarla a partir del 23 de mayo, pero el poco esclarecimiento de algunas disposiciones en el plan de seguridad fronteriza de Mayorkas también la ha vuelto una preocupación para los estadounidenses y una herramienta de política.

Por un lado, los republicanos aluden que la derogación de las políticas migratorias de Trump han contribuido con el aumento de los flujos migratorios en la frontera con México, argumento alimentado por los números de cruces fronterizos ilegales, pues tan sólo en marzo pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza registró 221,303 migrantes intentando ingresar a Estados Unidos, la mayor cantidad en los últimos cuatro años y cuya mitad ha sido expulsada conforme al Título 42. 

Los cientos de personas que llegan a la frontera del lado mexicano para solicitar asilo, la mayoría proveniente de Cuba, Venezuela, Colombia, Rumania u otros países de Europa del Este, dejan artículos personales diversos cuya cantidad sirve como combustible para calentar los comentarios de derecha contra la inmigración al estilo Donald Trump, por ejemplo, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, está bajo presión para declarar “una invasión” en un contexto que precede a las elecciones del 8 de noviembre. Asimismo, Brandon Judd, presidente sindical del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, promovió una teoría supremacista blanca con la que afirma que los demócratas planean eliminar el Título 42 “para cambiar la demografía del electorado”. 

En lo que se refiere a los ciudadanos estadounidenses en general, una encuesta de Gallup publicada a mediados de abril pasado reveló que 41% de los estadounidenses están “muy preocupados” por la inmigración ilegal, esto sugiere que los votantes apenas necesitan que los republicanos los inciten a estar “asustados” respecto a una de las peores crisis fronterizas y de inmigración de Estados Unidos y en la que la administración Biden está avanzando a toda máquina para eliminar la última defensa: el Título 42, consecuentemente, para cambiar el mapa político del país.

Por su parte, los demócratas piden una demora para poner fin al Título 42 y una estrategia detallada de cómo se planea lidiar con un aumento potencial de la inmigración ya que el plan de seguridad fronteriza de Mayorkas se reduce a que el DHS procesará a los migrantes indocumentados lo más rápido posible con la ayuda de organizaciones no gubernamentales, tarea ardua si se considera que se espera que el número de inmigrantes ascienda a 18,000 por día

No cabe duda que la retórica de Biden durante su campaña hacia la Casa Blanca le podría cobrar factura pronto, pues aún resuena en un tweet la frase “