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Paz en esta primavera

Millones de refugiados, miles de desplazados, la muy desgraciada pérdida de vidas humanas hacen que sea urgente que la paz llegue en esta primavera. | Rubén Beltrán

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Escrito en OPINIÓN el

Esta semana se cumplirá un mes del inicio de la invasión rusa a Ucrania; hay algunos signos que nos hacen pensar que estamos cerca de un acuerdo que lleve al cese de hostilidades. 

Como desde hace semanas advertí en este espacio, el diálogo entre las partes es parte de un proceso complejo y las comunicaciones son muy frágiles. Indiqué que podría haber varias intentonas y salidas en falso hasta que se diera con la fórmula que pudiera lograr un acuerdo aceptable para las partes. Nadie gana todo, nadie pierde todo. contó

La lectura rápida de eventos y declaraciones no ayuda

En el momento en que se da este nuevo proceso de diálogo, las hostilidades arrecian y nos enteramos, por ejemplo, de explosiones de misiles rusos en las cercanías de la ciudad de Lviv, muy cerca de la frontera polaca; la ofensiva rusa sobre la ciudad de Mariupol, al sur de Ucrania, se ha intensificado en los últimos días. 

Por otro lado, el tono de las declaraciones del presidente Biden y de su secretario de estado Blinken ha subido y han colgado del nombre Putin epítetos altisonantes como criminal de guerra. Poco después, el lenguaje de Biden se recrudeció aún más y llamó a Putin "un dictador asesino, un mero matón que está librando una guerra inmoral contra el pueblo de Ucrania". No son pocos los analistas, incluso estadounidenses, que se preguntan sobre la pertinencia y motivos del uso de este lenguaje en un momento tan crítico. David E. Sanger, del The New York Times, en su artículo del 17 de marzo, nos ofrece algunos de los ángulos más delicados: 

Primero: Al etiquetar a Putin como "criminal de guerra", Biden personaliza el conflicto y refleja una decisión de carácter estratégico. 

Segundo: Si bien la administración Biden ha señalado que las acciones diseñadas como respuesta a Rusia no llevan la intención de propiciar un "cambio de régimen en Moscú", la personalización utilizada por Biden guarda paralelismo con la utilizada en pasadas confrontaciones cuando ese tipo de expresiones fueron utilizadas contra Saddam Hussein de Irak o de Bashar al-Assad de Siria, casos que estuvieron vinculadas con esfuerzos encubiertos o públicos, para remover a estos personajes del poder. 

Tercero: Las declaraciones de Biden se dan tres semanas después de que Estados Unidos y sus aliados apilaron un gran número de sanciones cuyo objetivo declarado, señala Sanger, consiste en forzar a Putin a retirar sus fuerzas de Ucrania. Sin embargo, apunta el analista del The New York Times, "diplomáticos y oficiales de seguridad de distintos países de Occidente señalan que las sanciones son vistas por Putin como un intento de generar agitación en Rusia, volviendo en contra de su gestión tanto a acaudalados oligarcas como a la población rusa en general". En este sentido, cobra relevancia una declaración de Blinken citada en el mismo texto: "cuando todo esté dicho y hecho, una Ucrania independiente estará ahí, y en algún momento Vladimir Putin no lo estará."

Cuarto: La última vez que un presidente de Estados Unidos se posicionó frente a frente con un líder ruso o soviético, en un momento como este en el que hay tanto en juego, fue hace 60 años durante la crisis de los misiles en Cuba. Aún así, en octubre de 1962, recuerda Sanger, "el instinto del presidente John F. Kennedy le llevó a evitar personalizar el conflicto y a ayudar a su contraparte soviética, Nikita S. Krushchev, a encontrar una salida para evitar la confrontación directa". 



Y sin embargo, parece que se mueve

Si hemos de juzgar por las declaraciones del presidente ucraniano, en medio de sus discursos ante parlamentos de distintos países, Zelensky ha dado a entender que existe de parte de su gobierno la intención de conceder en algunos temas cruciales en una negociación con Rusia. El viernes 18, Zelensky señaló que "las negociaciones suenan más realistas" e hizo un llamado público a Putin para entablar un diálogo directo para negociar. Por su lado, el negociador ruso Vladimir Medinsky señaló ese mismo día que Rusia había llegado a un "máximo acercamiento con Ucrania." y destacó lo que se podría considerar como elementos centrales de un acuerdo, la neutralidad de Ucrania, expresado en el compromiso de no pertenecer a la OTAN y en la adopción de una modalidad de neutralidad similar a la que mantienen Suecia o Austria. Se habló también de avances en materia de desmilitarización. 

El canciller ruso Serguei Lavrov indicó el 16 de marzo, que un acuerdo podría estar cerca; El País recoge esta expresión de Lavrov "Me guío por las evaluaciones de nuestros negociadores. Dicen que las negociaciones no son fáciles por razones obvias. Sin embargo, hay esperanzas de alcanzar un compromiso".



Biden busca neutralizar a China

La llamada entre Biden y Xi Jinping se llevó a cabo el 18 de marzo y duró alrededor de dos horas. Los titulares de la prensa norteamericana reflejaban que Biden habría advertido al líder chino de los costos que traería a su país el que prestara ayuda económica o militar a Rusia. La preocupación estadounidense es clara y se deriva del mensaje suscrito por Xi y Putin con motivo de la visita de éste a Beijing en ocasión de los Juegos Olímpicos, el pasado 4 de febrero. El largo texto deja clara la visión compartida entre China y Rusia de un mundo multipolar donde no tendrían cabida actitudes y expresiones de la Guerra Fría. El texto contiene además declaraciones de ambas partes en las que expresan su rechazo a la expansión de la OTAN hacia el este de Europa y al acuerdo AUKUS, destinado a dotar a Australia de submarinos nucleares. 

Si observamos las declaraciones públicas del líder chino y la opinión de los analistas al respecto, podemos concluir que el intento estadounidense no generó una declaración pública de la parte china que llevara a pensar que estaría alejándose en su apoyo ya expresado a Rusia. Las declaraciones chinas fueron de carácter genérico en torno a la cooperación y respeto entre Estados Unidos y China y en el sentido de que todas las partes deberían de cooperar con Ucrania y Rusia en el diálogo hacia la paz y que tanto Estados Unidos como la OTAN  deberían de mantener un diálogo con Rusia para tratar la crisis de Ucrania y atender las preocupaciones en materia de seguridad de ambos países. 



Interviene la Corte Internacional de Justicia 

El pasado 16 de marzo, la Corte Internacional de Justicia atendió la petición presentada por Ucrania el 26 de febrero y dictó medidas cautelares en las que ordena a Rusia que suspenda inmediatamente las operaciones militares en Ucrania iniciadas el pasado 24 de febrero.

Si bien según el estatuto de la Corte otorga a este tipo de resoluciones el carácter de vinculante, en realidad este tribunal carece de facultades que le permitan hacer obligatorio su cumplimiento. En su escrito de contestación, Rusia señaló que la Corte carece de competencia en este caso y que su "operación militar especial en Ucrania, era un acto de legítima defensa atendiendo a la petición de las repúblicas de Donetsk y Lugansk." Se trata, no obstante, de una nueva condena internacional ante la invasión ordenada por el Kremlin. Es significativo que, aunque la resolución contó con el voto favorable de 13 de los 15 jueces, obtuvo el voto en contra del juez ruso, así como el de la jueza china. 

Los elementos que se encontrarían en el acuerdo de paz

Recojo los probables puntos de un eventual acuerdo que he venido desarrollando en este espacio y, en particular en mi columna del 28 de febrero, Ucrania, imaginemos la ruta hacia el final.   

Neutralidad de Ucrania: La verdadera línea roja de Rusia. En virtud de este punto Ucrania renunciaría de manera expresa a pertenecer a la OTAN. Como señalé arriba, las conversaciones hablan de una modalidad de neutralidad tipo Austria o Suecia, países que no forman parte de dicha alianza militar. 

Desmilitarización de Ucrania: Se trata de un apartado que llevaría a la reducción de las fuerzas armadas ucranianas, así como del arsenal a su disposición. 

El expediente de Crimea: Rusia insistirá en que Crimea y Sebastopol, anexados en 2014, sean reconocidos oficialmente como parte del territorio ruso. De hecho, por lo que toca a Rusia, estas entidades ya forman parte de la Federación de Rusia conforme a las reformas realizadas a la constitución rusa hace 8 años. 

Cese al fuego, atención a la población desplazada y a los refugiados: Los equilibrios en el acuerdo exigen que estos tres puntos se puedan dar de manera efectiva prácticamente a la firma de los acuerdos. 

Retiro de las tropas rusas: Es previsible que este paso se dé de manera gradual y progresiva. Es probable que el acuerdo sea formulado bajo el modelo del single undertaking, es decir que el acuerdo se tomaría como un paquete en el que nada queda acordado hasta que todo esté acordado. En virtud de que algunos de los puntos de lo negociado no serían de ejecución o aplicación inmediata, el retiro de tropas pudiera también ser gradual y progresivo; servirían como una póliza de seguro para asegurar el cabal cumplimiento de lo pactado. 

Los convidados que no serán de piedra: Aunque hasta el momento, Estados Unidos y los principales países de la OTAN, no están participando directamente en la mesa de las negociaciones, es probable que pujen por un asiento que les permita tener alguna voz en el monitoreo del cumplimiento de los acuerdos. Esta fórmula de  convidados podría incluir también a países extra regionales, incluyendo a China, lo cual le daría alguna garantía a Rusia. Otro lugar podría ser ocupado por algún alto enviado de las Naciones Unidas y de la Cruz Roja para la parte de la ayuda humanitaria urgente en el terreno. 

¿Se acordaría un calendario para el levantamiento de sanciones?: Sería lógico esperar que la sucesiva ejecución de los distintos puntos del acuerdo podría estar aparejada a un calendario de levantamiento de sanciones a Rusia. Sin duda este será uno de los aspectos más difíciles de materializar ya que los miembros de la coalición de las sanciones no están formalmente a la mesa y la decisión que llevara al levantamiento de sanciones podría dar lugar a injerencias o intentos de intervención en algunos de los puntos de acuerdo lo que podría hacer peligrar lo negociado entre Ucrania y Rusia. En cualquier caso, las primeras sanciones que se levantarán serán aquellas que están también infringiendo dolor a la población de occidente y a sus economías. 

El estatus de Donetsk y Lugansk: Dejo prácticamente al final el tema de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Advierto 3 escenarios. 

Escenario uno: Donetsk y Lugansk permanecen como parte del territorio ucraniano como repúblicas autónomas; ello requeriría que Ucrania realizara la reforma constitucional a la que se comprometió en los acuerdos de Minsk de 2015 y se constituyera en una federación. Ello también resolvería la preocupación rusa en relación con sus etnias en términos de idioma, cultura y religión. 

Escenario dos: Donetsk y Lugansk se mantendrían como repúblicas independientes siguiendo el modelo de dos antiguas regiones de Georgia, hoy las repúblicas independientes de Abjasia y Osetia del Sur. 

Escenario tres: En un proceso similar al de Crimea y Sebastopol en 2014, Donetsk y Lugansk realizarían un plebiscito y eventualmente solicitarían su incorporación como entidades de la Federación de Rusia. 



Dos problemas finales

Uno: La mesa descrita corresponde en esencia a una mesa bilateral; sí, se trataría de un arreglo parcial a un problema de amplia sombra que merecería un acuerdo integral que llevara a un nuevo arreglo de seguridad en Europa. Sí, como lo he subrayado antes, sería sólo un parche. 

Dos: Los acuerdos planteados exigirían del gobierno de Zelensky una amplia capacidad de maniobra para que estos fueran aceptados por la sociedad y aprobados por la Rada, el Congreso ucraniano. Un fracaso en este punto podría tener consecuencias muy graves para la administración Zelensky y para la viabilidad de los acuerdos. 

A un mes del inicio de la invasión reitero mi convicción de que a todos conviene una guerra corta que reduzca  los ya muy elevados daños y costos. Millones de refugiados, miles de desplazados, la muy desgraciada pérdida de vidas humanas y la destrucción que trae toda guerra, hacen que sea urgente que la paz llegue en esta primavera.