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Blindaje

Las oposiciones debieran comenzar a actuar para contener los rebases a la ley. | Ricardo de la Peña

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Escrito en OPINIÓN el

Los antagonistas de la 4T han venido observando y anotando que quienes respaldan el proyecto actualmente en el gobierno recurren a todas las armas a su alcance, legales o no, para alcanzar sus objetivos inmediatos, aunque estos pudieran ser baladíes, como lo es lograr una mayor participación en una consulta para la revocación de mando que difícilmente tendrá trascendencia.

Los recursos seguros

En principio, es creíble que el proyecto de la 4T logre una suerte de continuidad venciendo en las urnas a sus opositores en junio de 2024. Para ello, requerirá simplemente obtener más votos que cualquiera de las opciones que se presente a disputarle la Presidencia de la República y obtener los sufragios suficientes para además poder, con aliados previos o posteriores, alcanzar la mayoría de los escaños en las cámaras federales. Eso se antoja posible, aunque no seguro.

Para el logro de un resultado óptimo a sus intereses dentro de poco más de dos años contará también con un Consejo General del Instituto Nacional Electoral que potencialmente le será más favorable, puesto que los consejeros que concluyen su período son mayormente proclives a tomar distancia de los designios del poder presidencial, pero sus sucesores podrán muy probablemente ser más próximos a esta perspectiva.

Los recursos adicionales

A lo anterior podrá añadirse lo que el grupo gobernante logre obtener de la negociación para una reforma electoral que pudiera presentarse en el segundo semestre de este año. Las oposiciones han mostrado de manera reiterada que, en aras del logro de un entendimiento en el margen y para evitar que se les acuse de intransigentes, terminan aceptando algunos de los términos de las propuestas de reforma legal que se presenten. La opción mayoritaria partirá entonces del supuesto de que debiera presentar lo más que pueda para favorecer sus intereses, que algo logrará. La revocación de mandato es muestra de ello, pues las oposiciones bien pudieron negarse a la reforma constitucional e impedir que este engendro quedara en las leyes mexicanas, pero no, prefieren ahora desgarrarse vestiduras por lo que no supieron defender con antelación.

Y a todo lo anterior debiera sumarse que la 4T ha mostrado de manera reiterada que, si las normas y procedimientos establecidos no le aseguran la victoria, puede echar mano de cualquier otro mecanismo al que pudiera acceder, dentro de la legalidad o fuera de ella. Así, puede cambiar leyes a su antojo y de manera impune, que serán luego desechadas por los órganos competentes, pero que por mientras permitan alguna ventaja; puede recurrir al aparato de justicia, para quitar la libertad o al menos amenazar con hacerlo a quienes le son un verdadero estorbo o son enemigos viscerales de alguien poderoso: o pueden recurrir al uso de recursos públicos de los que no rendirán, dejando como fantasmales su origen. Ante todo ello, las oposiciones debieran preparar las previsiones y comenzar a actuar para contener estos rebases a las leyes, aunque no se ve con claridad qué pueden hacer para impedir que la 4T se imponga por las buenas o las malas.