La creciente ola de violencia en México, que ha cobrado 112 mil 150 homicidios dolosos y 109 mil personas desaparecidas, a lo largo de la administración de Andrés Manuel López Obrador ya encendió las alarmas de la comunidad internacional.
Organismos como la ONU observan con preocupación la escalada de violencia y lamentan los escasos avances en la lucha contra la impunidad que generan condiciones para que se produzcan violaciones de los derechos humanos frente a la pasividad gubernamental.
La política de “abrazos y no balazos” del gobierno de AMLO ha dejado como punto pendiente de la agenda nacional el tema de la inseguridad. No ha querido enfrentarse al narcotráfico y, más bien, demostró a lo largo de los últimos meses que no los perseguirá.
Lo que viene aconteciendo constituye un escándalo de grandes proporciones.
En este país, el crimen organizado no se ha limitado y viene fortaleciéndose por sí solo mientras las autoridades miran de costado o eluden enfrentarlos por disposición presidencial.
Es obvio que hay corrupción lo que permite que crezcan el comercio de drogas, tráfico de personas, ejecuciones extrajudiciales, levantones, secuestros a plena luz del día en diversas ciudades, entre otras deleznables prácticas.
Las cifras son aproximadas pues mucha gente prefiere no denunciar los hechos de violencia por temor a sufrir represalias por parte del crimen organizado.
Las Fuerzas Armadas, por orden presidencial, han renunciado a su función de hacerle frente a las mafias del narcotráfico que han convertido vastas regiones del país en “tierra de nadie”.
Aunque las cifras son escandalosas, el gobierno las minimiza y argumenta que más bien los delitos van a la baja.
A la par de ello, continúa la violencia contra la mujer de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En el 2022 hubo un incremento de 13.2 por ciento en el número de mujeres víctimas del delito, con relación a 2021, y 9.9 por ciento de alza en el número de denuncias que mujeres presentan ante el Ministerio Público.
La mayor parte de ilícitos son homicidio doloso y culposo, lesiones dolosas y culposas o extorsión, incesto, acoso y hostigamiento sexual, violencia de género, violación equiparada, abuso sexual, aborto, violencia familiar y violación simple.
La violencia familiar es el delito que más sobresale y ha sido denunciado por las mujeres en México. Tan solo entre enero y octubre del 2022 hubo 230 mil 30 denuncias, 7 por ciento más que en el mismo lapso de 2021.
El organismo no gubernamental “Impunidad Cero” detalló que, en seis años, sólo siete de cada 100 casos de homicidio han sido esclarecidos y en este mismo periodo de tiempo menos de la mitad de los feminicidios registrados han concluido con una sentencia condenatoria.
Los estados con mayores tasas de víctimas de homicidios intencionales registradas por cada cien mil habitantes fueron Zacatecas (97.6%), Baja California (82.5%), Colima (65.7%), Chihuahua (64.6%) y Sonora (63.4%).
La Red Nacional de Refugios reportó haber atendido a más de 4 mil mujeres por violencia en 2022
La violencia en contra de las mujeres no ha disminuido, pues en lo que va de este año se han registrado mil 909 homicidios culposos (más de 10 cada día) y brindado atención a más de 4 mil mujeres.
En materia de seguridad, combate al crimen organizado y protección a las mujeres falta mucho por hacer en México.
El gobierno, sin embargo, elude su responsabilidad y mira hacia otro lado pues, desde su perspectiva, es mejor dar abrazos antes que balazos.
Y así no se puede.