MUNDIAL 2022

Mitológicas

Un partido somnífero se convirtió en la que para muchos ha sido la mejor final de un Mundial. | Ricardo de la Peña

#OpiniónLSR.
Escrito en OPINIÓN el

El encuentro final del 22° Campeonato Mundial de fútbol, celebrado a fines de este año en Catar, fue oportunidad para observar y evaluar la lógica con la que se construyen los mitos en las sociedades contemporáneas. Veámoslo con algún detalle.

El juego del siglo

Mucha historia ha pasado en los Mundiales de fútbol. Entre las disputas más memorables podrían mencionarse los partidos disputados en Italia 1934 entre la Escuadra Azzurra, acompañada por el Duce y que terminaría siendo campeona, y la poderosa selección de España; el histórico “Maracanazo”, cuando Uruguay le arrebató la Copa al equipo de Brasil en 1950; la sorpresiva victoria alemana, revirtiendo el marcado contra Hungría en la final de 1954 en tierras helvéticas, la batalla entre la pérfida Albión y los alemanes en la final en Wembley en 1966, con un gol fantasma que siempre será recordado; la semifinal que en México 1970  disputaron Alemania e Italia, que “lucharon como titanes, a vencer o morir” (cito de memoria el titular de un diario mexicano) y que fue llamado y es recordado como el “juego del siglo”; los acalorados encuentros de la Argentina de Maradona, contra Inglaterra en cuartos de final, con aquella mano de Dios y un gol de antología, y luego contra Alemania, al cierre de la Copa de 1986 en México. Eso, por sólo recordar algunos partidos que han quedado en los anales como los combates más fieros e intensos en Campeonatos mundiales.

Pero tal vez el nuevo milenio no ha deparado partidos tan memorables: quizá los tiempos extras cuando Alemania se enfrentó por tercera vez en una final contra Argentina y se coronó por cuarta ocasión en Brasil 2014. Entretenidas fueran las victorias de Brasil en Japón 2002, de España en Sudáfrica 2010, de Francia en Rusia 2018, así como intensa la final entre Italia y Francia en Alemania 2006.

Cada final ha tenido lo suyo y el partido decisivo por el título en Catar 2022 también lo tuvo, aunque dejó mucho que desear durante más de una hora de juego, hasta que de pronto despertó Mbappé en la última media hora efectiva y se dieran dos alcances franceses que obligaron a una ronda de penales, en la que la Argentina de Messi se coronaría. Fue entonces cuando un partido somnífero se convirtió en la que para muchos ha sido la mejor final de un Mundial, tal vez el juego del nuevo siglo, obviando que Francia no tiró a puerta ni una ocasión hasta su primer penal y que Argentina se sentía cómodo con una ventaja de dos tantos, el primero producto de un indebido penal. Así se crean los mitos, propagando en los espacios públicos que hoy son las redes la idea de que se estuvo ante un enorme encuentro, aunque no lo haya sido, aunque como en muchos de los partidos referidos el arbitraje haya sido un actor decisorio por torpe.

El vulgar festejo

De igual manera, luego del partido, un acto vulgar llevó a denostar al hasta entonces heroico portero ganador, sin darle igual difusión al también fotografiado momento en que ese mismo hombre se acercaba a consolar al máximo goleador en el Mundial, quien lamentaba la derrota de su equipo luego de marcar una triada de goles en el juego y anotar su penal en la serie de desempate. Juicios parciales, historias que se narran con sesgo y que van conformando recuerdos artificiales de los que se alimenta la mitología contemporánea.