LA SOLEDAD DEL MANDO DE UN BUEN COMANDANTE

La soledad del mando

Un buen comandante padece la “soledad del mando”, debido a que un buen líder no puede darse el lujo que sus tropas lo vean derrotado. | César Gutiérrez

Escrito en OPINIÓN el

México se está enfrentando a una problemática multifactorial que pone en riesgo la Seguridad Nacional y provoca el crecimiento de los Problemas Sociales. No obstante, muchos políticos y funcionarios lejos de proponer soluciones, sólo se han limitado a tergiversar el trabajo de las Fuerzas Armadas Mexicanas, por lo que debe quedar muy claro que, para determinar que en México existe militarismo o militarización, tendría que cumplirse la definición de tener sometida en su totalidad a la población civil en todo nuestro país, (situación inexistente).

Todos los mexicanos están padeciendo los datos sesgados. Por ejemplo, la Fiscalía General de la República ha sido muy apática y negligente para poder ejercer acción penal en contra de todos aquellos infractores y delincuentes que realizan actos atroces. Cuando se ejecutan delitos de alto impacto, como homicidios, portación ilegal de armas de grueso calibre que son de uso exclusivo del ejército, proliferación de trata de blancas y desmedido incremento de la extorsión.

Para reducir el nivel de criminalidad y mejorar la justicia, es importante comenzar con la prevención, a nivel municipal, estatal y federal; pero es muy importante el diagnóstico con evidencias y mejorar las estrategias sobre cada problemática de las distintas áreas geográficas. No es posible que no se pueda lograr la detención de un delincuente con todos los medios con que cuenta el estado, y es ahí que radica principalmente la omisión de las fiscalías de las entidades federativas. 

Una vez identificados los miembros de los cárteles (redes criminales), de las bandas locales y los brazos armados que operan impunemente, paseándose libremente y sacando videos de sus actividades, entonces se podrá exigir a cada nivel de gobierno en su ámbito de competencia (municipal, estatal y federal) que actúe, partiendo de una investigación imparcial, con los elementos materiales probatorios necesarios, sin incurrir en tortura o abuso de autoridad para que después estas violaciones no sirvan para que los delincuentes puedan sustraerse a la acción de la Justicia. Por eso es necesario establecer la flagrancia que, junto con la evidencia fehaciente, puede establecer la culpabilidad en la ejecución de la conducta que da como resultado el desarrollo de hechos delictivos o de delincuencia organizada

Una vez que las autoridades implementan la prevención, una vez que mejoran sus procedimientos internos y construyen teorías del caso objetivas y sistemáticas, se podrá atender cualquier caso (justicia pronta y expedita). Si se implementa desde el inicio de la investigación la evidencia (datos de prueba) obtenidos mediante métodos científicos (dictámenes periciales), se podrán esclarecer los hechos y llegar a la verdad. 

En consecuencia, es muy importante que la sociedad interponga sus denuncias, porque es la única forma en que se puede medir el índice delictivo y cómo es atendido por los funcionarios. De otra manera, los fiscales nos seguirán dando “sus datos” de un mundo paralelo, que está lejos de la realidad que se vive México. 

Asimismo, nuevamente se les hace un llamado a los legisladores de ideología anti-militar para que se pronuncien por crear iniciativas o proyectos en pro de mejorar la condición del militar retirado, para que no tengan que estar disputando un cargo con los civiles. No se queden callados o hagan que la virgen les habla, ahora es el momento de que se pronuncien.  

Liderazgo 

Un buen comandante de tropas se debe a su gente, ya que la lealtad es de abajo hacia arriba y viceversa. Entre los hombres de bien no pueden darse el lujo de un mal ejemplo o doble moral. Decía un general de la vieja guardia “O se es hombre entero, o no eres nada, no puedes ser medio hombre, si estás consciente de la gran responsabilidad que tienes sobre tus hombros”, o también se presenta la famosa “soledad del mando”, debido a que un buen líder no puede darse el lujo de que sus tropas lo vean derrotado o que no sepa decidir. Las medias tintas nunca han sido buenas, porque lejos de enaltecer el uniforme, lo denigra, lo envilece y lo desprestigia. 

El verdadero comandante de tropas conduce hacia el éxito las operaciones que le han sido encomendadas, poniendo en ello todo su empeño y profesionalismo. En comparación con los civiles, él ofrenda su vida sin esperar nada a cambio, porque su símbolo es su nación. Sin embargo, cuando existe un comandante (del grado que sea), que se enriquece de manera ilícita (por medios fraudulentos) y adquiere bienes no acordes a su sueldo, despilfarra dinero o hace regalos que están prohibidos por la ley, etc., en ese momento pierde toda su autoridad y calidad moral. Es entonces cuando comienza la murmuración y las inconformidades. Esta situación es la que marca la gran diferencia entre quienes portan con honor el uniforme de la Patria y los que utilizan el poder para fines particulares.   

Por eso, llegado el momento del retiro, para ese militar que salvó y protegió vidas, es una ingratitud de quienes solo ven matrículas. Cuando se deja de lado la importancia de las tropas, (no todos pueden ser generales ni jefes), sí se pueden crear buenas condiciones para este personal que brindó su vida a la patria.

Por último, el ataque desmedido que sufre la SEDENA a raíz de la filtración de miles de correos electrónicos, conocido como Guacamaya Leaks, ha servido para un golpeteo constante que desafortunadamente va de lo cierto a lo inventado por quienes, en su gran interés por desprestigiar a la Secretaría de la Defensa utilizan información sesgada para tergiversar la verdad (aclaro, no todos hacen eso). También desnuda la vida interior de una Secretaría de Estado que por décadas ha sido siempre hermética en cuanto a su forma de funcionar y ahora causa extrañeza a quienes no conocen los usos y costumbres militares, los cuales pueden ser mal interpretados. Contrario a lo que muchos pseudo especialistas señalan y aseguran, la vida interna y disciplina de la defensa nacional causa sensacionalismo en un sector de la sociedad civil que no los conoce, y que por esas narrativas de militarización y militarismos se sienten atemorizados y amenazados por la estructura militar. Por supuesto, esto deja mal parada a la SEDENA y tardarán muchos, pero en serio muchos años en poder desmentir la gran cantidad de notas falsas que algunos medios, en un interés mezquino, sacan desfigurando la información. Más porque lamentablemente, los altos mandos militares siguen pensando que utilizar a ciertas figuras públicas con pésima reputación y poco queridos por la población en general, pueden ser voceros no oficiales de las posturas de los altos mandos militares.

Lo único positivo que ha quedado claro de estas filtraciones es, que no existe un solo correo electrónico que mencione, informe, presuma o demuestre que exista algún acuerdo entre el Ejército Mexicano con grupos criminales, o que la Secretaría de la Defensa se esté preparando para militarizar realmente al país. Por el contrario, ha quedado claro que incluso tienen que batallar con autoridades municipales y estatales, así como federales que, de acuerdo a los trabajos de inteligencia, están involucrados con grupos criminales. Esto demuestra que la historia que ha vivido el ejército desde hace décadas y que lamentablemente por disciplina y vocación de servicio son utilizados en este juego de poder político perverso como fichas del ajedrez, donde se piensa que pueden ser sacrificados en cualquier momento con el falaz argumento de un interés mayor. Palabras como honor, valor, lealtad y sacrificio son sólo códigos de honor que quedan en el olvido de la perversión política en busca de cuidar siempre el buen nombre de la institución más querida y respetada por los mexicanos, pero que traiciona sus principios al sacrificar a sus elementos. Dijera Maquiavelo, el fin justifica los medios.