#ITINERARIOPOLÍTICO

Desmanteló al Estado para matar al INE

López Obrador hoy tiene capturados al Congreso, a la Suprema Corte y buena parte del Poder Judicial; tiene bajo control total a la CNDH y a la Fiscalía General. | Ricardo Alemán

Escrito en OPINIÓN el

En las próximas horas, como lo hemos dicho de manera reiterada, se podría producir –si no es que ya ocurrió–, el golpe final contra el INE. Un disparo mortal al árbitro electoral en el que los diputados de Morena y sus aliados en el Congreso serán los encargados de “jalar el gatillo” y con ello los responsables de imponer una ley electoral a modo, en abierta violación constitucional.

Sin embargo para llegar al momento final de la democracia mexicana; para ver tendido y sangrando al INE y para imponer un régimen autoritario de partido único, López Obrador debió recorrer un largo camino de cuatro años en los que desmanteló, paso a paso y de manera silenciosa las principales instituciones del Estado mexicano.

Claro, todo mediante el engaño, la mentira y la impostura. Es decir, que a partir de una estratagema conocida como “barredora”, el mandatario mexicano llevó a cabo un cuidadoso desmantelamiento, sin causar grandes alharacas y sometiendo a los críticos, para llegar al momento cumbre de acabar con el INE sin obstáculos reales.

Claro, salvo la impensable y formidable barrera de una sociedad que día a día despierta y que pronto podría repetir la dosis de la manifestación del pasado 13 de noviembre; una dosis aumentada y corregida que podría ser la última trinchera para la democracia mexicana.

Y es que, nos guste o no, a los ojos de todos el tirano López Obrador hoy tiene capturados al Congreso, a la Suprema Corte y buena parte del Poder Judicial; tiene bajo control total a la CNDH y a la Fiscalía General en donde despacha un delincuente confeso que sólo está en el cargo para complacer a Palacio.

Sin contar, claro, con el sometimiento –mediante la corrupción–, de militares, marinos y guardias nacionales y el control total de la mayoría de los grandes medios de comunicación –prensa, radio, televisión y digitales–, además de la guadaña sobre las cabezas de políticos y empresarios que pudieran intentar “salirse del huacal”.

En pocas palabras, que para alcanzar el poder total y el sometimiento absoluto del Estado mexicano, López Obrador debió desmantelar poco a poco todas aquellas instituciones que eran indeseables para sus fines o que obstaculizaban sus afanes dictatoriales. Y hoy parece haberlo conseguido todo.

Lo simpático del tema es que tampoco se trata de novedad alguna.

¿Por qué? ¡Bingo! Porque también en éste caso, desde 2018 aquí advertí que todo lo ocurriría en el gobierno de López Obrador.

¿Lo dudan?

El 15 de mayo de aquel 2018 –días después de que AMLO ordenó una feroz persecución en mi contra, para lo que gastó 12 millones de pesos–, en el Itinerario Político titulado: “¡Gobernar por decreto!”, dije que sin duda López Obrador obtendría la victoria en las presidenciales de julio de ese mismo año.  

Sin embargo, advertí que el mayor peligro del eventual gobierno de AMLO sería que –igual que lo hizo en su cargo de jefe de gobierno del DF–, “gobernará por decreto, para eludir los contrapesos y la División de Poderes que establece la Constitución”.

Así lo expliqué: “¿Y qué significa un gobierno que opera a través de decretos para ignorar y/o eludir al Congreso y al Poder Judicial?

“Significa la desaparición de la División de Poderes, uno de los pilares del Estado democrático; representaría abrir la puerta a una dictadura y un severo retroceder a los tiempos del partido único, del autoritarismo, la opacidad, además del fin de la pluralidad y los contrapesos en el poder.

“En pocas palabras, una victoria de López Obrador significaría el regreso al México de los años 50 y 60, no sólo por la aplicación de una economía cerrada y la implantación de un populismo rapaz, sino que asistiríamos al regreso de los gobiernos represores y autoritarios, en donde libertades fundamentales, como la de expresión, estarían canceladas.

“Todo eso sin contar con el regreso de la violencia a los niveles del Distrito Federal entre 2000 y 2006; el incremento del secuestro, la extorsión, la trata de personas… Y es que el perdón que propone AMLO a criminales y matarifes no será más que el pago a los servicios prestados por grupos del crimen que por todo el país han impuesto candidatos de Morena.

“Y seremos testigos de la destrucción de instituciones fundamentales como la Secretaría de la Defensa, la Marina, la Policía Federal, que serían convertidas en un caprichoso cuerpo de represión al servicio no de los ciudadanos, sino del dictador en turno.

“Claro, además de que AMLO también tendrá su “fiscal carnal”. Al tiempo”. (Fin de la cita)

Lo anterior lo dije el 15 de mayo de 2018. ¿Tuve razón o no?

Más aún, regrese al rema cuando López Obrador ya operaba el desmantelamiento del Estado, en el Itinerario Político del 20 de diciembre del 2021, titulado: “El golpe mortal al INE”.

Así lo dije: “López Obrador ya destruyó buena parte de las instituciones del Estado mexicano y ahora va por el golpe mortal al INE.

“Y es que ya logró la captura de los poderes Legislativo y Judicial, con lo que acabó con los principales “contrapesos” constitucionales.

“Ya se hizo del control de la Suprema Corte, mediante una ilegal e inconstitucional persecución del ministro Eduardo Medina Mora, a quien obligó a renunciar y, en su lugar, impuso ministros lacayos. 

“Violando la Constitución ya sometió a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), con lo que su gobierno y sus brazos criminales pueden actuar a placer, sin la “indeseable” acusación de que se violentan los derechos humanos.

“Ya convirtió en títere –y en vulgar “carnal”–, a la Fiscalía General de la República (FGR), instrumento que utiliza a placer para lleva adelante sus venganzas demenciales, mientras que el Fiscal General se enriquece al amparo impune del presidente.

“Ya tiene el control total de militares, marinos y guardias nacionales, a los que llenó la boca y los bolsillos con dinero público hasta crear un gobierno paralelo; militarizado y que violenta las libertades básicas.

“Ya sometió a las televisoras y a los grandes medios de comunicación, los que de manera vergonzosa disputan en sus pantallas y páginas por el nada honroso “mérito” de ser los más serviles y mentirosos frente a los ciudadanos.

“Y ya logró la polarización social, indispensable para mantener adormilados a los pobres, a quienes alimenta con groseras dádivas.

“Y si López Obrador ya logró todo lo anterior, sólo le falta someter al INE para consolidar su dictadura”. Al tiempo. (Fin de la cita)

En efecto, la “Operación Barredora”, diseñada en Palacio para desmantelar al Estado democrático cumplió sus objetivos al final del cuarto año del gobierno de López Obrador.

Sólo falta el golpe final: la destrucción del INE; golpe mortal que se puede llevar a cabo en cualquier momento –incluso al momento de redactar el presente texto–, en la Cámara de Diputados.

¿Nos quedaremos callados e inmóviles los ciudadanos? 

Al tiempo.