PROTESTAS SOCIALES

La protesta social como democracia participativa

En una democracia participativa pueden existir diferentes voces a favor o en contra. | César Gutiérrez

Escrito en OPINIÓN el

Los ciclos de protestas en el México contemporáneo han sido parte de los cambios socioculturales que han surgido en muchos lugares del mundo. Como hemos podido observar, estas manifestaciones se caracterizan principalmente por diversas protestas en contra del estado, como por ejemplo lo sucedido en sexenios pasados, cuando el “sistema” democrático/régimen fue totalmente autoritario y no figuraban los militares. Cabe señalar que este tipo de convocatoria, siempre logra la participación masiva de las clases populares, que están en contra de los aparatos represivos, de las redes de delación y cooptación. 

Ahora bien, el mayor atributo de la protesta son las demandas sociales, de trabajo, salud, inseguridad, violación a los derechos humanos. Sin embargo, son pocos los grupos sociales que llevan a cabo una resistencia pacífica a contrario sensu de las estrategias de resistencia violenta, las prácticas de net activismo, la apropiación de espacios públicos, la formación de grupos de choque y además del involucramiento de grupos sociales que carecen de experiencia política previa. Así como el surgimiento de bandas locales que disfrazan sus protestas para mantener una influencia de poder no oficial, y monopolizar el comercio y generar divisas cometiendo diversos delitos como la trata de blancas, el pago de piso (extorsión), narcomenudeo, robos, homicidios y violaciones.  

En los años noventa, las protestas y manifestaciones masivas generaron cambios innovadores ya que los efectos de las marchas y bloqueos, provocaban un amago para que el gobierno brindara de alguna manera ciertas soluciones, surgiendo algunos líderes de diversos partidos políticos que buscaban transformar la voz y pensamiento político para mejorar la calidad de vida del mexicano. El problema es que hoy ha quedado al descubierto que muchos de estos personajes solo han amasado riqueza (presumiblemente de manera ilícita), ese es el mayor descontento general de la población, mientras que unos pagan impuestos de todo tipo, otros eluden a las instituciones con total impunidad. 

Por consiguiente, podemos observar que el mayor cáncer es el poder político, porque muchos de estos personajes se han enriquecido con fortunas descomunales de la noche a la mañana, sin haber trabajado un solo segundo. Han tejido sus redes de complicidades, traicionando a quien lo tengan que hacer, creándose una abominación de una falsa política, que no tiene nada que ver con el interés público y social. No hemos aprendido del ejemplo de otros países, que hoy son potencias, cuando se decidieron a destruir toda aquella corrupción que provocaba el retraso.

Por eso quizás, el movimiento social de la Cuarta Transformación no se conforma con una persona, el Proyecto de Nación lo conformamos todos los mexicanos que luchamos día a día para que exista igualdad, las mismas oportunidades tanto para el hijo de un jornalero como para el de un empresario, que nuestra sociedad se pueda desarrollar en un ambiente seguro. Pero los intereses particulares son muchos y tenemos que lidiar con toda la podredumbre política actual. Hoy tenemos la opción de evitar que esos mismos personajes que tienen hambre de poder, puedan seguir saqueando a México. Esa es la gran diferencia, en comparación con la información que han tergiversado. 

Como lo he mencionado en otras columnas, estoy a favor de un cambio radical para que México progrese, sea una potencia mundial y que, en un futuro, seamos un país que genere estabilidad económica a todos sus ciudadanos, por medio del trabajo y la superación. Sin embargo, no estoy a favor de que sigan los mismos políticos de siempre, todos aquellos que se sienten de sangre azul, intocables y prepotentes. Todas estas banalidades son las virtudes de estos personajes políticos que solo ven por sus intereses y dejan la representación del pueblo hasta el final, porque simulan preocupaciones y apoyo al pueblo cuando la verdad es que solo desean seguir sirviéndose de las mieles del poder.  

En una democracia participativa pueden existir diferentes voces a favor o en contra, el problema son las narrativas de aquellos que se creen dueños de la verdad. Nadie puede llamarse a sí mismo sociedad civil absoluta, porque simplemente no se puede aglomerar todos los pensamientos en una sola idea. Esto es vivir en una democracia, les guste o no a las diferentes formas de pensamiento. Podemos ejercer nuestro derecho a la libre manifestación de las ideas, digo esto para los que utilizan términos como militarización y tirano, ya que solo lo utilizan para tergiversar la verdad de la que no son ajenos, pero que tratan por todos los medios de acoplarla a una retórica convenenciera que sirva a sus intereses políticos y económicos. No entienden que México no es de ustedes, es de los mexicanos.  

Por último, enviamos nuestras más amplias felicitaciones a todo el personal militar que logró ascender al grado inmediato superior en este año, deseando lo mejor para ellos y sus respetables familias, ya que es el cúmulo del esfuerzo, transformado en éxito en la carrera de las armas.