AGENDA NACIONAL DE RIESGOS

Relaciones estratégicas

Toda amenaza que pone en riesgo al Estado mexicano debería estar incluida en la Agenda Nacional de Riesgos. | Rodolfo Aceves

Escrito en OPINIÓN el

La Agenda Nacional de Riesgos (ANR) es el documento estratégico y prospectivo que orienta las operaciones del Sistema de Seguridad Nacional, a partir de la identificación de manera anual de aquellos fenómenos que pueden vulnerar los intereses y objetivos nacionales, focalizando la atención que el Sistema de Seguridad Nacional presta a cada uno de ellos.

Para su elaboración se toma en cuenta el contenido del Plan Nacional de Desarrollo (PND), así como del Programa Sectorial respectivo que, entre otras cosas contiene, un análisis y un diagnóstico de cada uno de los campos del poder que abarca la seguridad nacional. Este es un documento alejado de juicios de valor unipersonal o político. En él se vierte el estado de los riesgos y amenazas.

Esta es una de las razones por las cuales, el PND debe estar alineado con los objetivos nacionales que se desprenden de la Constitución, para que, junto con el Presupuesto de Egresos de la Federación, se constituyan como los instrumentos de donde se obtienen las grandes políticas nacionales en el país, cuyo diseño es capaz de modificar o alterar las diversas expresiones o campos del poder: político, económico, psicosocial, militar, tecnológico y diplomático. Es en la suma de todos estos campos en donde radica el poder nacional de cualquier país.

Entre los fenómenos que seguramente tiene la ANR como riesgos lo constituyen, entre otros, la corrupción, la impunidad, la ausencia de la aplicación del Estado de derecho, todo esto en detrimento de la democracia mexicana, así como la conducta de los actores políticos.

Viene a colación la ANR y demás instrumentos para conocer cómo será procesada la información proveniente de las divulgaciones por el hackeo a los sistemas informáticos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).

Por la información conocida es posible que existan delitos del fuero común, del federal y quizás del fuero de guerra.

Además, podrían develar actos de corrupción, cuando tiempo atrás se publicó un decálogo de buenas intenciones y culpó a algo subjetivo, como el neoliberalismo, cuya influencia en la sociedad que devino en una caída del tejido social. Cuando le preguntaron acciones concretas se ciñó a decir que su gobierno diario realiza acciones para evitar y combatir la corrupción, sin precisar.

La ANR debió haber previsto que los sistemas críticos de algunas instituciones, como el Banco de México, Petróleos Mexicanos y ahora la SEDENA, no contaban con los mecanismos de protección, debido al avance de los métodos de vulneración.

Toda amenaza que pone en riesgo al Estado mexicano, como los propósitos de la Cuarta Transformación, deberían estar incluidos en la ANR. Pero parece que no es así.

Es cierto que esta administración heredó una crisis de credibilidad en la institución de gobierno. Es cierto que son muchos los problemas adquiridos, en muchas sino es que en todas las funciones de Estado y de gobierno, y que todavía no es cuantificable la responsabilidad de las anteriores administraciones, pero más que un avance en la cuarta transformación, se construye una versión maniquea y un modelo barato de división social, los problemas crecen con una desarticulación legal y práctica.