JULIO CÉSAR STRASSERA Y EL JUICIO A LAS JUNTAS MILITARES

Argentina 1985: un juicio histórico

“Argentina 1985”, la película dirigida por Santiago Mitre, reconstruye el histórico juicio que encabezó en 1985 el fiscal Julio Strassera contra las juntas de la dictadura militar. | María Teresa Priego

Escrito en OPINIÓN el

Argentina 1985”, la película dirigida por Santiago Mitre, reconstruye el histórico juicio que encabezó en 1985 el fiscal Julio Strassera contra las juntas de la dictadura militar, en colaboración con su fiscal adjunto Luis Moreno Ocampo y un equipo de jóvenes abogadas/os con un promedio de edad de 27 años. Cuando los abogados “experimentados” se negaron a participar –por diferencias éticas, políticas o por miedo– Moreno Ocampo sugirió entrevistar a estudiantes de derecho o muchachas/os recién recibidas/os. Lo que a estos jóvenes les faltaba de experiencia, les sobraba en talento, compromiso y valor. Dispuestos a trabajar todas las horas que fueran necesarias, sujetos a presiones y amenazas constantes de muerte, el fiscal Strassera y su equipo lograron lo inimaginable: reunir las pruebas y los testimonios necesarios, recogidos por ellos mismos y/o entregados por asociaciones como Madres de Plaza de Mayo, quienes llevaron un registro –tan meticuloso como fue posible– de los crímenes de la dictadura. 

Por decisión del presidente Alfonsín, nueve militares fueron llevados a juicio civil en la Cámara Federal de Apelaciones después de que el juicio militar nunca tuvo lugar. La Fiscalía tuvo cinco meses para reunir las pruebas: homicidio, privación ilegítima de la libertad, aplicación de tormentos y robo calificado. Convocar víctimas dispuestas –a pesar de las amenazas– a testimoniar. El juicio fue todo un ejercicio de dignidad y de memoria. Un homenaje a las víctimas de la dictadura, a quienes sobrevivieron y testimoniaron, y la prueba de la justicia posible –con tantos y tan poderosos intereses en contra– a partir de una suma de talentos, valentías e inquebrantables éticas de vida. La película de Mitre es un recordatorio del vuelco que el juicio significó en las conciencias de sectores de la sociedad argentina que hasta ese momento no lograban (o no deseaban) aprehender la dimensión del horror, convencidos por los discursos manipuladores y recurrentes de “la guerra declarada por los subversivos y la urgencia de responder con mano dura para salvar a la Patria”. Cegados por la negación.

¿Mano dura? 30,000 personas desaparecidas. Con Ricardo Darín como Strassera y Peter Lanzani como Moreno Ocampo, “Argentina 1985” ganó el Premio del Público en el Festival de San Sebastián. Los testimonios eran demasiados, Strassera y su equipo decidieron elegir “casos paradigmáticos”. Recordar, volver a escuchar. El alegato del fiscal Strassera se reproduce en la película. También podemos escucharlo en su versión original que se conserva en YouTube: “Señores jueces, este proceso ha significado para quienes hemos tenido el doloroso privilegio de conocerlo íntimamente, una suerte de descenso a zonas tenebrosas del alma humana, donde la miseria, la abyección y el horror registran profundidades difíciles de imaginar antes y de comprender después...” Decenas de miles de personas escucharon al fiscal, en Argentina y en el mundo. ¿Un tribunal civil juzgando a una dictadura militar? ¿Reivindicando la realidad y la memoria? ¿Ni perdón ni olvido?

Julio Strassera citó a Dante en su séptimo círculo del infierno: “Estos son los tiranos que vivieron de sangre y de rapiña...” Continúa el Fiscal: “salvo que la conciencia moral de los argentinos haya descendido a niveles tribales, nadie puede admitir que el secuestro, la tortura o el asesinato constituyan hechos políticos o ‘contingencias del combate’. Ahora que el pueblo argentino ha recuperado el gobierno y el control de sus instituciones, yo asumo la responsabilidad de declarar en su nombre que el sadismo no es una ideología política ni una estrategia bélica, sino una perversión moral... A partir de este juicio la condena que propugnó nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido, sino en la justicia...” El alegato termina con la frase que corría las calles: “Nunca más”. A pesar de lo terrible del tema, la película de Mitre está llena de humor, momentos íntimos conmovedores entre Strassera y su familia, sus amigos leales, su equipo. Un documento de archivo: El Ministro del Interior Antonio Troccoli y su discurso engolado que culpababiliza a las víctimas “la irrupción de la subversión y el terrorismo alentado desde lejanas fronteras...” Esa era una parte del ambiente en el que el juicio tuvo lugar: la permanencia de la derecha –cómplice– en importantes espacios de poder. ¿Quién podría creer que fuera posible evitar que los militares fueran absueltos? ¿Cómo convencer a los jueces y a los segmentos reticentes de la opinión pública (aquellos de los que sí podía esperarse un cambio) de que las juntas militares siguieron un plan sistematizado de secuestro, tortura y exterminio que se extendió a todo el país y durante cada uno de los gobiernos de los nueve acusados? 800 testigas/os fueron entrevistadas/os.

Después del juicio y la ovación acompañada de lágrimas que siguió a su alegato, Julio Strassera regresa a su casa, agobiado por no haber obtenido las condenas para los criminales tal y como fueron requeridas, la película nos ofrece un momento encantador: su hijo Julián de 14 años, quien lo acompañó muy de cerca en todo el proceso exclama: “¡Metiste en cana a Videla!”. Con cadena perpetua. (La película está en la plataforma Prime Video).