CORRUPCIÓN Y RENDICIÓN DE CUENTAS

La corrupción, ¿es solo percepción?

Es importante que en la recta final de esta administración se generen los esquemas suficientes de transparencia como indicador social fundamental de rendición de cuentas. | Fernando Diaz Naranjo

Escrito en OPINIÓN el

Son varios los factores que aquejan a la sociedad tales como los altos índices de inseguridad, el desempleo, la inflación, entre otros.  Uno en particular destacamos en esta columna:  la corrupción que, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos “…es un complejo fenómeno que afecta a los derechos humanos en su integridad -civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales-, así como al derecho al desarrollo; debilita la gobernabilidad y las instituciones democráticas, fomenta la impunidad, socava el Estado de Derecho y exacerba la desigualdad”.

El INEGI, por su parte, a través de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto gubernamental (ENCIG) 2021 destaca que 86.3% de la población consideró frecuentes los actos de corrupción en las instituciones de gobierno, lo que deriva que los datos estimados por los actos de corrupción ronden los 9,500 millones de pesos que representa como más de 3 mil pesos por persona en promedio.

Para conocer de manera particular este fenómeno vale la pena adentrarse a un estudio por demás interesante a cargo del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. (IMCO), instancia cuyo objetivo es la investigación en política pública con la intención de proponer soluciones a los diversos retos que tiene nuestro país.  El estudio se publicó a mediados de este año y se denomina “Índice de Riesgos de Corrupción” (IRC), herramienta que presenta prácticas de riesgo de corrupción en las compras públicas de las instituciones federales por medio de 27 indicadores relacionados con la competencia, transparencia y el cumplimiento a la ley.

De entrada, el documento que busca proveer información en áreas vulnerables resalta que, a pesar de que la administración pública federal ha hecho énfasis en el combate contra la corrupción, los resultados presentados no van del todo en ese sentido.

Entre los aspectos más destacados de este Índice encontramos los siguientes:

- El monto gastado en compras públicas por el Gobierno de la República, en un 41% se hicieron a través de adjudicaciones directas. Esto significa, según IMCO que “cuatro de cada 10 pesos en compras públicas se gastan a través de procedimientos sin competencia”.

- En una línea del tiempo tenemos que las adjudicaciones directas en 2018 registraban un 36%, alcanzando su mayor nivel en 2020 con un 43%.

- IMCO también resalta que “una de cada tres licitaciones públicas incumplió con la publicación de uno o más documentos”, resaltando que 98% de las compras realizadas por el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) no estaban disponibles, al menos en la temporalidad del estudio de IMCO en el Estándar de Datos para las Contrataciones Abiertas, lo que va en sentido contrario a las directrices de transparencia y rendición de cuentas.

- Llama la atención que en Boletín de IMCO sobre este Índice se destaque que “Las instituciones federales adjudicaron 9 mil 797 millones de pesos a empresas de reciente creación, 35 millones a proveedores sancionados por la Secretaría de la Función Pública, y un millón 800 mil pesos a empresas fantasma”.  Esto coloca justamente al INSABI como la institución con mayor riesgo en el IRC.

- Entre otros aspectos y toda vez que seguimos enfrentando la pandemia por covid-19, resalta la poca transparencia en las compras de algunas instituciones de salud.  Por ejemplo, IMCO señala que el Instituto Nacional de Cancerología no publicó de forma completa información relacionada con 64 licitaciones públicas.

Derivado de los resultados obtenidos, el IMCO propone una serie de medidas dirigidas a contar con un gasto público, eficiente y transparente que eviten posibles prácticas de corrupción, entre las que resalta el establecimiento de “mecanismos de control” y homologación “en la plataforma de compras públicas Comprante”.

Es importante que en la recta final de la presente administración se generen los esquemas suficientes de transparencia como indicador social fundamental de rendición de cuentas. Ha sido la lucha histórica de la izquierda mexicana, una exigencia de diversas organizaciones de la sociedad civil y de la sociedad misma.  No le fallemos.