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OPINIÓN

Zaldívar, una estrella más de la 4T

¿Se van a conformar con regalarle dos años a Zaldívar en la toma del Poder Judicial? | Jorge Ramos Pérez

Escrito en OPINIÓN el

Antes de que Andrés Manuel López Obrador asumiera la presidencia de la República, al interior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sabían que metería las manos con la intención de apoderarse de esa porción de poder, nada menos, el Poder Judicial.

Y no es para llamarse a sorprendidos, si le tomamos la palabra a Ricardo Monreal, lo inquietante es que no sólo repiten el estilo de hacer política del pasado, sino que van más allá con auténticos pasos hacia atrás en lo que se ha avanzado con lentitud.

Sólo es cuestión de recordar cómo es que López Obrador obtuvo información de primera mano de las negociaciones entre la Corte y Vicente Fox, cuando lo intentaron desaforar en 2005.

Tanto Fox como López Obrador tenían aliados en la Corte, la diferencia es que en ese momento el titular del Ejecutivo Federal era Fox. Por eso le ganó la batalla.

Pero, ¿cómo supo López Obrador de la reunión entre Fox y Mariano Azuela, presidente de la Corte, además de Santiago Creel, secretario de Gobernación, y el general Rafael Macedo de la Concha, titular de la Procuraduría General de la República (PGR)?

En noviembre de 2009, el extraordinario periodista Jesús Aranda, ya fallecido, entrevistó a Azuela en torno al encuentro que sostuvo el ministro en 2004 con Fox, y ahí aseguró que el motivo de su presencia en Los Pinos no fue hablar sobre la situación legal de Andrés Manuel, sino advertir sobre el riesgo de que Macedo de la Concha fuera destituido por la Corte y consignado penalmente por incumplir una sentencia de amparo.

Hoy, López Obrador manifiesta toda su confianza en Arturo Zaldívar. Sus razones tendrá. Y por ello lo quiere dos años más, al menos hasta que termine su mandato en 2024, y a pesar de que eso sea atropellando a la Constitución.

De acuerdo con personajes relevantes que conocen las tripas de la Corte, la jugada puede ser así:

“Zaldívar debe pensar que ‘voy a estar el tiempo que me eligieron y a ver qué resulta; si no lo impugnan, pues no me puedo ir’. Pero supongamos que es impugnado y no tienen los ocho votos, entonces va a decir Zaldívar ‘ah pues me tengo que quedar porque no se declaró inconstitucional’. Pero eso es manejarse de una forma mañosa”.

Todo indica que la decisión del presidente López Obrador es definitiva: Zaldívar se queda dos años más, al estilo calderonista del “haiga sido como haiga sido”.

El 17 de diciembre de 2018 relatamos en este espacio que el choque que en esos días presenciábamos entre el Poder Judicial y López Obrador no había encontrado cauce político.

El pretexto para la riña callejonera que se auspició desde la conferencia matutina en Palacio Nacional, que para eso es, fue la reducción en las remuneraciones: Quitar privilegios a jueces, magistrados y ministros. López Obrador les lanzó un misil: ganan 600 mil pesos. En un tuit, la Corte le respondió que “es falso que en el Poder Judicial federal alguien gane ni remotamente gane 600 mil pesos mensuales”. “Se rayan”, devolvió el presidente de la República.

La reyerta de callejón tuvo su clímax el jueves 13 de diciembre. En el último informe de labores del entonces presidente de la Corte, ministro Luis María Aguilar, López Obrador acabó con una tradición: comer con los ministros ese día. Pero escuchó de Aguilar una cita de su principal ejemplo, Benito Juárez: Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho.

En este espacio ya se había planteado en noviembre de ese 2018 que López Obrador tenía, por obvias razones, el Poder Ejecutivo en sus manos. Y el Poder Legislativo con una generosa porción que le permite hacer y deshacer… pero no totalmente. Lo que le hacía falta era el Poder Judicial. E iba por él.

Ya llegó por él.

Pero esta historia tiene su contexto. En Recovecos del 19 de noviembre del 2018 se preveían dos punteros: Zaldívar y Alfredo Gutiérrez Ortíz Mena, pero que este segundo dependía de un par de votos, entre ellos el de Eduardo Medina Mora.

Ya en el poder, López Obrador amenazó al indefendible Medina Mora con iniciarle un proceso de desafuero. Todo estaba listo, pero el entonces ministro presentó sorpresivamente su renuncia al cargo. Hoy, sin ser ministro y aparentemente perdonado, cabildea asuntos...

Medina Mora, Jorge Mario Pardo Rebolledo y Luis María Aguilar, se sabía en la Corte cuando ganó las elecciones López Obrador, no eran bien vistos en la cuarta transformación.

Medina Mora ya cayó.

¿Se van a conformar con regalarle dos años a Zaldívar en la toma del Poder Judicial?

Punto y aparte. En el PAN de Marko Cortés están que trinan contra Javier Corral porque está empeñado en derrumbar a su candidata a la gubernatura de Chihuahua. Pero no se van a atrever a echarlo de las filas del PAN en estos momentos... ¿o sí?

 

Punto final. Nos dicen que en Palacio Nacional dan por perdida la candidatura de Félix Salgado, que suspiran por la de Raúl Morón en Michoacán. Pero lo que realmente les preocupa es el tema de la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados.