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Ahora es en Francia, ¿y después, México?

Francisco no se ha cansado de ofrecer perdón por los pecados de sus clérigos… | Fred Álvarez

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Escrito en OPINIÓN el

“A ti Señor la gloria, a nosotros la vergüenza”, papa Francisco.

El papa Francisco recibió la mañana del martes 5 de octubre con profundo dolor el contenido del informe elaborado por la Comisión Independiente sobre los abusos en la Iglesia católica en Francia que dirigió Jean-Marc Sauvé, y pidió a Dios que obre “el milagro de la curación”.

Un día después, al final de la Audiencia general de los miércoles, desde el Aula Pablo VI, dirigió su pensamiento a las miles de víctimas de abusos por sacerdotes, religiosos y laicos en ambiente religioso, dijo:

Deseo expresar a las víctimas mi tristeza y dolor por el trauma que han sufrido y mi vergüenza, nuestra vergüenza, por el hecho de que la Iglesia no les haya colocado durante demasiado tiempo en el centro de sus preocupaciones, asegurándoles mis oraciones.

Y animo a los obispos y a los superiores religiosos a que sigan haciendo todo lo posible para que no se repitan tragedias similares. Expreso a los sacerdotes de Francia mi cercanía y mi apoyo paternal ante esta prueba, que es dura pero saludable, e invito a los católicos franceses a asumir sus responsabilidades para que la Iglesia sea un hogar seguro para todos”.

¿De qué se trata este asunto?

Lo comentamos oportunamente en este espacio de La Silla Rota y en otros más...

Véase Presunción de inocencia en la Santa Sede/ FAP, LSR, 21/03/2019.

En marzo de 2019, el eminentísimo cardenal francés Philippe Xavier Christian Ignace Marie Barbarin, arzobispo de Lyon, anunció su decisión de dimitir al cargo una vez que un tribunal penal de primera instancia lo condenara a seis meses de prisión presumiblemente por no denunciar los abusos sexuales del sacerdote Bernard Preynat, que sirvió en la arquidiócesis de Lyon hasta el año 2015.

Un tribunal de Lyon lo condenó sin prueba contundente a seis meses con exención (es decir, exonerado de todo cargo) por no haber denunciado los abusos sexuales que Bernard Preynat cometió contra varios scouts menores de edad durante las décadas de los años setenta y ochenta.

¡El golpe fue durísimo!, y los medios fueron implacables sin respetar la presunción de inocencia, salvo algunas excepciones, entre ellas del papa Francisco que no le aceptó la renuncia: “Yo no puedo aceptarla moralmente porque jurídicamente, también en la jurisprudencia mundial, clásica, está la presunción de inocencia durante el tiempo en que la causa esté abierta. Y él ha apelado y la causa está abierta...”.

La defensa del alto prelado apeló la sentencia del tribunal al considerar que la decisión de la jueza fue injusta y meses después el cardenal fue absuelto de todo cargo, pero decidió ya no regresar al arzobispado.

Un filme generó ruido.

Meses antes de ese escándalo se realizó un filme franco-belga Grâce à Dieu -Gracias a Dios-, bajo la dirección de François Ozon estrenado por ese tiempo en el festival de Berlín, cuyo drama es las violaciones hechas del sacerdote Bernard Preynat, meses después fue condenado a cinco años de prisión… Nada.

A investigar

Meses atrás en 2018, se había creado la comisión independiente que analizaría los abusos sexuales de religiosos franceses a menores, y fue nombrado por la Iglesia Católica como su coordinador Jean-Marc Sauvé. Lo acompañaron un equipo independiente de 21 personas -hombres y mujeres- de diferentes ámbitos -abogados teólogos, psicólogos o trabajadores sociales- y diversas confesiones religiosas, incluso no creyentes. Así nació la Ciase, que unos seis meses después de su constitución, en junio de 2019, empezó a buscar testimonios con los qué componer su investigación y sus propuestas (Nota de Silvia Ayuso, El País).

La comisión trabajó durante dos años y medio y sobre todo escuchó a muchas víctimas, tuvo acceso a los archivos eclesiásticos, judiciales, policíacos y sobre todo a publicaciones en medios impresos desde los años 50. Incluso se obtuvo una línea de atención telefónica abierta donde se recibieron 6 mil 500 llamadas de supuestas víctimas o de personas que decían conocer a una.

El informe es contundente

La cifra total de víctimas incluye un estimado de 216 mil que habrían sido agredidas por curas y otros clérigos; en los demás casos, los autores de los abusos habrían sido personas ligadas a la institución como líderes de boy scouts o consejeros de campamentos, añadió el reporte; todos vinculados a la iglesia católica.

Las estimaciones se basaron en una investigación del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia.

Además, muchas de las víctimas eran varones, y obviamente han tenido graves consecuencias “en su vida sentimental o sexual”.

Recomendaciones

La comisión instó a la Iglesia a tomar medidas contundentes y emitió 45 recomendaciones para prevenir los abusos, incluyendo la capacitación de clérigos, la revisión de la legislación eclesiástica y fomentar políticas para reconocer y compensar el daño a las víctimas. Pero, sobre todo, denunció el gran silencio que guardaron...

Uno de los testimonios de víctima dijo que el informe era “un gran dolor”, pero al mismo tiempo, “un gran alivio”.

El presidente de la Conferencia del episcopado francés Eric de Moulins-Beaufort, aprovechó para ofrecer perdón: “Deseo en este día pedir perdón, perdón a cada uno de ustedes”, apuntó Moulins dirigiéndose a las víctimas.

Al parecer 22 supuestos delitos pueden llevarse a tribunales, otros más fueron prescritos, y otros más fueron derivados a las autoridades eclesiásticas.

¿Quiénes son los agresores? ¿Cuáles son sus nombres? ¿Quiénes viven aún?

Parece que poco importa, el quid es que ya no vuelva a ocurrir…

Las víctimas acogieron con agrado un informe que creen que debería haber llegado mucho tiempo antes.

Reacciones:

Para Federico Lombardi SJ, presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, y que en 2019 fuera moderador de la cumbre en el Vaticano sobre la protección de los menores en la Iglesia, destacó que la publicación del Informe, “con toda la riqueza de información y propuestas”, es un “precioso paso adelante”.

Precisó que las recomendaciones de la Comisión en materia de derecho canónico están, al menos, ya presentes en los documentos más recientes publicados por el Vaticano”. Entre ellos, la carta apostólica en forma de motu proprio del Papa Francisco Vos estis lux mundi y, luego la reforma del derecho canónico, las indicaciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

O sea, esas recomendaciones están salvadas, falta la reparación del daño.

Francia no es el primer país que descubre los pecados de cientos de miles de niños abusados por sacerdotes o religiosos. El país galo se suma a Estados Unidos, Irlanda, Reino Unido, Australia, Alemania, Chile y recientemente a Polonia.

Francisco no se ha cansado de ofrecer perdón por los pecados de sus clérigos…

Por cierto, Marcial Maciel Degollado fundador de Los Legionarios de Cristo es un niño de pecho si se comparan con los abusos de Bernard Preynat y que apenas fue condenado a 5 años por un tribunal de Lyon…

Por último, probablemente nunca sepamos la cifra total de víctimas por abuso sexual en Francia...

Me pregunto ¿qué pasaría si la Conferencia del Episcopado de México (la CEM) que dirige Monseñor Rogelio Cabrera abriera una investigación de este tipo, no de 70 años, pero sí de los últimos 20 años?

Encontraríamos a muchos clérigos pecadores, pero sobre todo a muchos encubridores, que han aplicado aquello de que la ropa sucia se lava en casa...

Deberían seguir el ejemplo del papa Francisco, abrir las ventanas y las puertas y que todo salga a la luz pública. Ojalá. Quiera Alá.

PD.- Los Legionarios de Cristo afirman que dos de los tres fideicomisos con los que fue vinculada la Congregación en un paraíso fiscal no son de su propiedad, sino de un sacerdote legionario y su familia. Precisan que el único fideicomiso de su propiedad es Retirement and Medical Charitable Trust, que fue constituido en Nueva Zelanda en 2010 para recibir y distribuir donativos destinados a cubrir gastos a favor de sacerdotes y personas consagradas ancianos y enfermos o a otros fines religiosos, caritativos y educativos. Tardaron en precisar.