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México arrinconado

Estados Unidos, que reclama resultados en el combate al crimen organizado, arrinconó a la administración de Andrés Manuel López Obrador. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

Estados Unidos, que reclama resultados en el combate al crimen organizado, arrinconó a la administración de Andrés Manuel López Obrador. Al gobierno actual solo le queda ahora dar un viraje y enfrentar, por la vía armada, al narcotráfico, frenar el secuestro y la trata de personas. Con ello evitará el enojo de Washington que ha visto pocos resultados con la política de “abrazos y no balazos”.

Una nueva era en las relaciones entre las dos naciones se inició el último viernes. La cooperación en seguridad va a cambiar tras el más estrepitoso fracaso del gobierno de México en el combate a la narcoactividad y bandas diversas que trafican con personas, drogas y tienen en jaque al país.

Ahora la administración de Joe Biden decidió hacer una revisión profunda de lo que desea de su relación con México en materia de seguridad, y para ello envió a la capital mexicana al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

Blinken trajo una sola encomienda: revisar profundamente la cooperación en tema de seguridad al comprobarse que la lucha que se ha venido realizando no cumple con las expectativas del gobierno de Estados Unidos.

Por tanto, decidieron que en esta nueva etapa quede de costado la Iniciativa Mérida, luego de que el propio AMLO deslizó que no quiere armas, ni helicópteros para combatir a los cárteles de la droga que se han afianzado a lo largo y ancho del territorio nacional.

"Después de 13 años de la Iniciativa Mérida, es hora de un nuevo enfoque integral para nuestra cooperación en seguridad", dijo Blinken en un lapidario mensaje al inicio del proceso que selló un nuevo diálogo de seguridad para continuar la cooperación.

Con ello se sepulta el Plan Mérida y se dará un nuevo enfoque en el que se espera un diálogo en materia de seguridad en igualdad de condiciones. Ese diálogo al más alto nivel no solo verá temas de seguridad sino aspectos como pobreza, corrupción y el acceso a la salud para tratar adicciones; en los que México tiene serias deficiencias.

Pero en este nuevo escenario necesariamente México tendrá que poner todo de su parte para terminar con la importación indiscriminada de armas desde Estados Unidos y este país, a su vez, deberá desplegar esfuerzos para contener desde su frontera el paso de drogas, tráfico de personas y contribuir a rastrear a quienes llevan sus activos hacia otros territorios para evitar la persecución tributaria y judicial.

Se desconoce si Estados Unidos aceptará el pedido de López Obrador de inyectar más recursos en zonas pobres que siguen estando expuestas a la criminalidad en México y Centroamérica.

El paradero de los tres mil 300 millones de dólares en asistencia militar y asesorías que desembolsó Washington para México aún no ha quedado del todo claro y esa pareciera ser una piedra en el zapato en esta relación.

No se sabe a ciencia cierta dónde ha quedado todo ese recurso debido a que los planes de México en materia de seguridad han sido un estruendoso fracaso y Washington no está dispuesto a seguir inyectando dinero a un proyecto que nació muerto.

Datos oficiales indican que desde hace década y media, México tiene un caudal de 300,000 asesinatos perpetrados por bandas del crimen, a los que se suman casi cien mil personas desaparecidas.

Pero como el gobierno de AMLO consideró que las cosas no se podían resolver a balazos y optó por pedirles a los mafiosos que por favor, por su mamacitas ya no siguieran en esa actitud, Estados Unidos tomó el toro por las astas.

“Yo sigo invitando a todos a portarse bien, a los abrazos no balazos. Yo no coincido con la Ley del Talión, porque en el ojo por ojo… nos vamos a quedar todos tuertos. Tenemos que convencer que es mejor la paz; la violencia no se apaga con violencia”, indicó en un pronunciamiento que causó risa en algunos mexicanos y preocupación en Washington.

Y para justificarse, AMLO dijo: “Se fueron formando (las bandas del crimen organizado) a partir de que imperó la corrupción y hubo impunidad. Es lo que nos heredaron, pero poco a poco, vamos a ir garantizando la paz, la tranquilidad, cómo se ha venido logrando, con inteligencia más que con fuerza. No vamos a declarar la guerra“.

De ahí que Washington encendiera las alarmas y pidiera una urgente reunión con sus pares mexicanos para reorientar la estrategia en materia de seguridad.

Esperemos que ahora sí AMLO y su tambaleante administración entiendan el mensaje de Estados Unidos de que con la seguridad no se juega y hay que darle un nuevo enfoque al esquema para evitar que el país del norte quede salpicado de sangre.