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2021: ganará quien conozca al elector

Las campañas se ganan en función de conocer verdaderamente al elector, pero sobre todo a quien les cumpla sus necesidades y demandas. | Fernando Díaz Naranjo

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Escrito en OPINIÓN el

Estamos a tan sólo poco menos de tres meses para que dé inicio de manera formal, los trabajos de planeación y preparación del proceso electoral federal 2020-2021 en dónde se renovará la Cámara de Diputados.

No es una elección menor, independientemente de que concurren elecciones locales en las 32 entidades federativas, destacando que en 15 Estados se renueva el ejecutivo local, la Cámara baja jugará un papel fundamental por muchos sentidos. Para el presidente Andrés Manuel López Obrador y el proyecto de la Cuarta Transformación significará la continuidad en el acompañamiento de sus políticas y programas gubernamentales, así como seguramente sentará las bases para la elección presidencial de 2024. Para la oposición resultaría una gran oportunidad para reposicionarse luego de su derrota que les ha costado mucho trabajo asimilar de 2018.

En este sentido, de mucho servirán los estudios y análisis que en su oportunidad se hagan sobre el factor de triunfo de cualquier elección: el elector.

Uno de tantos documentos que serán necesarios revisar es sin duda alguna es el “Estudio muestral sobre la participación ciudadana en las elecciones federales de 2018”. Entre otros análisis de este documento, se encuentran las características de la población que votó y de las que no lo hicieron, a través del estudio de diversas variables como lo son el sexo, la edad, tipo de sección electoral, considerando los niveles de inferencia nacional, estatal y distrital, entre otros.

Entre los principales hallazgos de dicho estudio de la elección de 2018 que permiten comprender el tipo de elector, tenemos los siguientes, por ejemplo:

- Del total de posibles electores, el 51.8% pertenecen al género femenino por 48.2% al masculino. En la elección las mujeres participaron activamente en un 66.2% en tanto que los hombres lo hicieron en una proporción del 58.1%, es decir, el género masculino alcanzó un abstencionismo de más del 40%.

- El 56% de los posibles electores se ubican en jóvenes de 20 a 29 años y de personas de los 30 a los 44 años de edad. No obstante, los grupos quinquenales de las edades adultas de 45 a 64 años concentran más del 28% de la probable fuerza electoral.

- Si revisamos la distribución relativa de la lista nominal de lectores, según grupos de edad, por condición de voto, tenemos que el mayor porcentaje lo concentró la población de 65 a 69 años de edad con un 73.3%, seguido del segmento de entre 60 y 64 años con un 72.8%. En contraparte, los segmentos de la población que menos participaron se encuentran en los jóvenes de 20 a 24 años de edad y de 25 a 29 años con un 52.8% respectivamente.

- En la elección federal participó 63.4% de la población electoral lo que significa que, por diversos motivos, más del 36% de los electores no asistieron a las urnas. Aquí justamente, se tiene un área de oportunidad para que los actores políticos descubran porqué tan elevado número de electores no participó en la elección.

- La unidad fundamental por la que se organiza una elección es la sección electoral, de donde tenemos que la participación ciudadana guarda una proporción muy similar. En secciones rurales participó el 64.5%, en urbanas el 61.9% y en secciones mixtas en un 61.6%.

- Por entidad federativa observamos que, por fuerza electoral por número de electores el Estado de México representa el 13.3% seguido de la Ciudad de México con un 8.6%, Jalisco con un 6.6% y Veracruz 6.5%; en tanto que Campeche equivale al 0.7% de la fuerza electoral del país; Colima y Baja California Sur con un 0.6% respectivamente. Sin embargo, en términos de la participación ciudadana Yucatán registró un 75.4% seguido de Tabasco y la Ciudad de México con un 71.1% y 70.6% respectivamente.

Como podemos observar hasta aquí, el conocimiento a profundidad del elector nos puede dar la razón de entender a la población, sus verdaderas necesidades en función de que el mismo vota con la esperanza en el cumplimiento de diversas expectativas creadas por un gobierno y las expuestas en el transcurso de las campañas electorales.

Por ello, los partidos políticos, los líderes de dichas instancias de interés público, los gobernantes y, en su oportunidad las y los candidatos deberán comprender que las campañas se ganan en función de conocer verdaderamente al elector, pero sobre todo a quien les cumpla sus necesidades y demandas.

La prueba de fuego será sin duda alguna, la elección federal por la renovación de la Cámara de Diputados.

¡Hasta la próxima!