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2021 año decisivo

El 2021 será un año decisivo para nuestro país pues se llevarán a cabo las elecciones más grandes de nuestra historia. | Marco Adame

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Escrito en OPINIÓN el

Ha concluido el Primer Periodo de Sesiones del Tercer Año de la LXIV Legislatura. Un periodo atípico en el Congreso tuvo que adaptarse para afrontar las medidas de contingencia a causa del covid-19 y a su vez continuar con el trabajo legislativo. 

Dos de las últimas reformas aprobadas en la Cámara de Diputados fueron la modificación al sistema de pensiones con la cual las aportaciones de los empleadores subirán gradualmente hasta 13.7% lo que permitirá pensiones más dignas; además de que se redujeron las semanas de cotización para que los trabajadores accedan más pronto a sus pensiones. 

Y la reforma a la Ley del INFONAVIT la cual permitirá que los trabajadores accedan a los créditos sin intermediarios y que puedan utilizar los créditos para la compra de terrenos o remodelaciones. 

Afortunadamente se logró frenar, por el momento, varias iniciativas de MORENA que podrían tener graves consecuencias para el país. 

Una de ellas es la que busca prohibir el outsourcing. Si bien se debe atacar la evasión de obligaciones fiscales y laborales, no toda subcontratación incurre en ello. No obstante, la iniciativa criminaliza todo tipo de outsourcing, lo que sumado a otra reforma promovida por MORENA que clasificó la defraudación fiscal como “crimen organizado”, podría llevar a los empresarios a la cárcel sin juicio previo; lo que claramente representa un “terrorismo fiscal”.

También se pospuso la despenalización del uso lúdico de la mariguana. Una reforma rechazada por más del 60% de los mexicanos, que tendría serias repercusiones en el Sistema de Salud y que podría incrementar el consumo de narcóticos entre los menores de edad. 

De igual forma se logró postergar la aprobación de la reforma a la Ley del Banco de México promovida por MORENA. Enmienda que atenta en contra de la autonomía del Banco Central y que lo pondría en riesgo de involucrarse en el lavado de dinero, con muy graves consecuencias. 

Y se logró frenar la iniciativa que, so pretexto de la pandemia, pretendía facultar al presidente para reasignar discrecionalmente el presupuesto federal. Lo cual es inconstitucional y atenta en contra de los equilibrios de poder, ya que la aprobación del presupuesto es facultad exclusiva de los diputados. 

Pero, a causa de la mayoría mecánica de MORENA, fue imposible frenar la desaparición de los 109 fideicomisos con lo que quedaron sin presupuesto proyectos encaminados a la defensa de derechos humanos, la protección de víctimas y la ciencia, entre otros. 

Tampoco fue posible impedir que sustrajeran 33 mil millones de pesos del Fondo para la atención de enfermedades catastróficas, el cual estaba destinado al tratamiento de enfermedades como el cáncer, el linfoma no Hodgkin o el VIH entre otros; o la Ley de Amnistía para sacar de la cárcel más de 6 mil delincuentes acusados de robo y narcomenudeo. 

La mayoría acrítica también impuso un presupuesto centralista tendiente a fortalecer al gobierno central y a debilitar a los estados. Baste mencionar que mientras que la reducción del gasto del gobierno federal fue de 0.3% para los estados y municipios fue del 9%. Y se incrementó el gasto en obras inviables como el Tren Maya o el aeropuerto de Santa Lucía por encima de otras prioridades como el apoyo a las MIPYMES o un ingreso básico universal para emergencias.

El 2021 será un año decisivo para nuestro país pues se llevarán a cabo las elecciones más grandes de nuestra historia. Estarán en juego la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 congresos locales y más de 1,900 alcaldías. 

Para cualquier democracia contemporánea es fundamental que el sistema de pesos y contrapesos funcione adecuadamente, a fin de contener cualquier intento autoritario. De lo contrario alguno de los poderes podría poner en riesgo el Estado de Derecho y las libertades. 

En la medida en que en las elecciones del 2021 se logre una conformación más equilibrada en la Cámara de Diputados, así como en las legislaturas de los estados, se obligará a que se abran los espacios de diálogo, a que se busquen los consensos y al cumplimiento de principios democráticos como son el respeto por las minorías y los equilibrios de poder. El futuro democrático del país está en nuestras manos.