Desde el 14 de marzo me he quedado en casa. Cada vez que salía al supermercado usaba dos cubrebocas y una careta. Siempre fui en mi coche, nunca en transporte y con toneladas de gel antibacterial. Cuando llegaba a casa con las compras, mi mamá echaba cloro a todo y hasta lavaba con jabón el dinero y las tarjetas. Yo me quitaba los zapatos, los dejaba afuera en cloro, me lavaba las manos y luego me iba directamente a bañar. Me aseguré de no tocar mi cara. A veces sentía comezón, pero me decía, NO. Sin embargo, de alguna manera tengo el virus.
Antes yo pensaba "esas personas que se enferman, son tan tontas, ¿por qué no se lavan las manos o son más cautelosas?". Me queda claro que yo fui muy cuidadosa. La gente podría juzgarme y decir que no, puesto que tengo el virus, pero me lavé las manos cantando "Mojar enjabonar, frotar, frotar, frotar, enjuagar y secar" y conté esos 20 segundos. Mantengo una dieta mediterránea saludable. No fumo y no tomo alcohol, tampoco drogas. Básicamente trabajo desde casa y leo.
Comencé a tener mis primeros síntomas el 13 de junio. Fue un dolor en el pecho como tener un puño entre las costillas. Estaba pasando por un momento difícil en el trabajo, problemas familiares y lidiando con la muerte de mi abuela, así que en ese momento pensé que tal vez era estrés. Si alguna vez has experimentado un ataque de pánico, el dolor se sintió así, pero el ataque de pánico nunca llegó. Revisé mi presión arterial, bien. Hablé con mi psicóloga, todo bien.
Los días pasaron, me quedé en casa tratando de relajarme. Algunos días me sentía extremadamente cansada, así que dormía. Pedí vacaciones de mi trabajo y seguí trabajando para mantener mi mente despierta haciendo tareas menores que no requerían mucho esfuerzo. Tomé muchas siestas y seguí comiendo sano. Para el jueves 19, comencé a notar un leve dolor de garganta. Decidí hacerme una prueba de covid-19 por si acaso, para descartar. El viernes por la mañana me hice la prueba. Una experiencia muy incómoda pero necesaria. Durante el fin de semana incluso tuve energía para hacer ejercicio.
El lunes, me desperté sintiéndome bien, tomé una siesta y cuando desperté vi mis resultados del Laboratorio: ¡Positivo para SARS-Cov-2!
Estaba, por supuesto, sorprendida. Mi primer pensamiento fue, por supuesto, mi madre. Ella está en el grupo de riesgo. Así que diseñamos una estrategia para rastrear a las personas con las que estaba en contacto y luego concertamos una cita con un neumólogo.
En estos momentos me encuentro en pleno tratamiento. Aún no canto victoria, pero hay varias cosas de las que me he percatado. La primera y más importante es ¿por qué en México no estamos hablando de la importancia de las pruebas para todos? En este momento, todos podemos estar contagiados sin saberlo. Podemos no tener síntomas y ser un peligro para otros. Es súper fácil contagiarse por más cuidadosos que seamos. Así como mi caso, pienso que debe de haber miles de personas en México sin síntomas que van en el transporte público, en la calle, dónde sea y son portadoras. Es una responsabilidad gigante. Aún más crucial es hacer pruebas para todos, considerando que, en México, la mayoría de la población tienen enfermedades como diabetes, obesidad o hipertensión.
Aún con laboratorios certificados, los servicios están saturados. Para mí, fue muy difícil conseguir una prueba. El Chopo no hace pruebas a domicilio donde vivo y querían que fuera desde el sur de la Ciudad hasta una unidad móvil en La Villa para hacerme la prueba. Después de 30 minutos al teléfono en Olarte y Akle, logré agendar la cita para una prueba.
Al menos en México, el subsecretario de salud Hugo López-Gatell, les dice a todos que "se queden en casa y tomen paracetamol". El presidente, Andrés Manuel López Obrador, dice que no hay que tener miedo y salir. Bueno, sí, el virus llegó para quedarse y hay que aprender a vivir con él, pero básicamente, el gobierno nos está diciendo que no hará nada por nuestro bienestar. Si te enfermas, quédate en casa y hasta que no puedas respirar, entonces ve al hospital.
¡Grave error! A ver, el paracetamol te cura un dolor de cabeza y cólicos, pero, ¿un virus como este? Se necesita tratamiento.
¿Qué hacer? No esperes a recibir aviso del gobierno. Sabemos que en México eso no funciona y te puede costar la vida. Contacta a un neumólogo, especialista en cuidado del sistema respiratorio y que te revise. En cuanto mi resultado fue positivo, acudí con un especialista neumólogo quién confirmó que tenía el virus. Me recetó antivirales, antibióticos y desparasitantes. Me comentó que en las dos semanas anteriores ha visto cerca de 570 pacientes. De estos, aproximadamente 11 terminaron en el hospital y 4 murieron. De acuerdo a mi doctor, murieron por tratarse muy tarde o por no querer tomar el tratamiento.
En este punto, me di cuenta de algo crucial. Mis conocidos y familiares me preguntan siempre alarmados "¿cómo te contagiaste?". Hasta que uno no da positivo, no entiende que esa pregunta ya no importa. Ya no es "cómo te contagiaste". Tal cual cómo me dijo el neumólogo, el virus está en todas partes. Da igual cómo o quién te contagió. Lo que importa es hacerse la prueba y recibir tratamiento a tiempo.
Tengo muy claro que el tratamiento no es la panacea ni la cura. La única cura está en la vacuna. Sin embargo, es posible retrasar llegar a los excesos y saturar los sistemas de salud, hay que tomar los medicamentos que los especialistas en neumología recetan.
Me di cuenta también que enfermarse de covid-19 es caro hasta para las familias de clase media. La prueba en Olarte y Akle a domicilio cuesta casi 4 mil pesos. La cita con un neumólogo 1,300 pesos, los medicamentos otros 1,200 pesos y el oxímetro 1,000 pesos en Farmacias San Pablo. Estamos hablando de casi 7,500 pesos por persona en cuestión de menos de una semana. Por una familia de 4 personas estaríamos hablando de casi ¡30 mil pesos! En esta situación económica es impensable hacer este gasto.
Hay personas en México que ganan apenas 6 mil pesos al mes. Graduados de buenas universidades que salen ganando 10 mil pesos. ¿Cómo es posible cuidarse de la forma que yo lo hago cuando es imposible costearlo? A veces pienso que el gobierno nos está dejando morir con tal de mantener los niveles de popularidad y mantenerse en el poder.
Me parece que estamos en un momento en que el gobierno debe redirigir las transferencias directas de programas sociales invirtiendo en campañas de pruebas para la población y de atención temprana de síntomas. Más allá de lo que debe o no debe hacer el gobierno en esta crisis, es más importante lo que cada individuo puede hacer. Nos urge entender la importancia de la responsabilidad ciudadana en estas situaciones. Todos podemos ser potenciales portadores y eso no es malo, sólo implica tener la madurez de aceptar que es una gran responsabilidad detener los contagios.