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2015, recomposición política del DF

Todo parece indicar que la Ciudad de México atravesará una fuerte recomposición político-electoral que prácticamente no se ha visto en los últimos sexenios.

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Escrito en OPINIÓN el

La elección de 2015 está en puerta. Todo parece indicar que la Ciudad de México atravesará una fuerte recomposición político-electoral que prácticamente no se ha visto en los últimos sexenios. La figura del jefe de gobierno más votado en la historia capitalina se ha desgastado aceleradamente. En el tablero están además el inadvertido repunte del PRI y el surgimiento de Morena, partido imposibilitado a participar en coaliciones o candidaturas comunes, así como los desincentivos para estas dos últimas figuras que contiene la nueva legislación electoral. Esos desincentivos aplicarán también para los aliados tradicionales del partido gobernante, PT y Movimiento Ciudadano.

 

¿Qué dicen las encuestas? Respecto del Dr. Miguel Ángel Macera, las cifras son las menos halagüeñas. Según Reforma, en lo que va de 2014 su aprobación entre ciudadanos se coloca en un promedio del 35% (esto es, de las dos evaluaciones trimestrales publicadas por ese diario). En 2008 la aprobación promedio del entonces jefe de gobierno, Marcelo Ebrard (según las evaluaciones trimestrales del mismo diario) era del 52%. Para el mismo diario, López Obrador en 2002 contó con un 62% de respaldo.

 

En cuanto a las preferencias partidistas (tomando como base únicamente las de diputados locales), la más reciente encuesta de Reforma le da al conjunto PRD-PT-MC-Morena un 53% de los posibles votos, de los cuales veintinueve puntos corresponden al partido en el gobierno, seis al PT, cuatro a Movimiento Ciudadano y catorce a Morena. El PAN se lleva 17%, el PRI 20% y Panal a penas lograría el registro.

 

¿Cómo fueron las anteriores elecciones? En 2003 el conjunto PRD-PT-Convergencia obtuvo un 48% de los votos, de los cuales 45 fueron para el partido gobernante, haciéndose de 37 escaños en la ALDF, el PAN obtuvo 26%, lo que le dio diecisiete escaños y el PRI un raquítico 12% que le dio para seis diputaciones. En 2006 la coalición PRD-PT-Convergencia obtuvo el 49% de la votación, con lo que se hizo de 34 escaños, el PAN 25% (diecisiete diputados) y el PRI 13%, con lo que sumó a penas cuatro diputados.

 

El caso de 2009 podría ser muy ilustrativo, pues no hubo coalición entre PRD-PT y Convergencia, así, aunque obtuvieron en conjunto el 38% de la votación, únicamente el 25% fue para el PRD, lo que implicó que se perdieran varios distritos a manos del PAN y uno en Iztapalapa frente al PT. ¿Por qué hacer esta afirmación? Porque, por ejemplo, en el caso del distrito XXV, el PAN se hizo de la victoria con el 26% de los votos, frente a un 25% del PRD; si a los votos perredistas se hubieran sumado los casi ocho puntos del PT y casi dos de Convergencia, hubiera ganado esta coalición. Caso contrario sucedió en el distrito IX, que ganó el ahora delegado en Miguel Hidalgo, Víctor Romo. En ese segundo caso, el PRD por sí mismo obtuvo menos votos que el PAN, sin embargo al sumársele los votos del PT y Convergencia (que participaron en una candidatura común), se obtuvo un triunfo para la izquierda.

 

¿Qué podemos aprender de 2009? Que el PAN, con una votación considerablemente inferior a su histórico (entre seis y siete puntos menor a lo que había obtenido en las dos elecciones anteriores), pudo hacerse de casi las mismas diputaciones  y de tres delegaciones en gran parte debido a la fragmentación de los partidos de izquierda. Esto se puede explicar también por el comportamiento de los votos panistas, muy focalizados en zonas de clase media y media alta, como algunos distritos de Álvaro Obregón, Coyoacán, Cuajimalpa, Miguel Hidalgo y Tlalpan.

 

Para 2012 las cosas cambiaron considerablemente, PRD-PT y MC participaron en candidaturas comunes en todo el país. En la Ciudad, el conjunto se hizo del 51% de los votos, lo que alcanzó para que en su conjunto superaran las 40 diputaciones.

 

¿Qué podemos esperar para 2015? En primer lugar, que el deterioro de la imagen del jefe de gobierno siga impactando en la intención de voto para su partido, como parecen indicar las anteriores elecciones intermedias, y como muestran las últimas encuestas. Segundo, que el electorado “de izquierda”, se mantenga principalmente en ese espectro, pero que la fragmentación abra espacios a PRI y PAN, dependiendo de las concentraciones de votos que puedan alcanzar en algunos territorios. Tercero, que Morena, dependiendo también de la concentración en algunas delegaciones que obtenga, se haga de algunos espacios de mayoría. El caso de Morena merece además una nota: parece ser el principal partido que está capitalizando la caída del PRD, lo que podría explicarse por el contraste que ha generado López Obrador oponiéndose a los aumentos en el precio del Metro y a la aplicación del nuevo Hoy No Circula, temas críticos para el jefe de gobierno.

 

Frente a este escenario, surgen otras interrogantes, para la izquierda, por ejemplo si sólo Morena capitalizará la crisis del Dr. Mancera y si se podrá articular alguna estrategia sensata de contención al avance de PRI y PAN. Para estos últimos partidos, que hasta el momento han girado principalmente en torno a la agenda que se les marca desde el gobierno, habrá que ver si estos pronósticos los mueven a generar una verdadera visión de Ciudad y de gobierno.

 

@r_velascoa