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Vacaciones, y no dejamos de reflexionar

Fue una experiencia agradable reconocer el trabajo que se realiza en distintas localidades de nuestro país. | Rafael Pulido

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Escrito en OPINIÓN el

Madrid, España. Tras estar más de un mes por México, resulta complicado volver a retomar el ritmo de la actividad en Madrid, el jet lag que nos hace recurrir a infusiones de valeriana para poder conciliar el sueño, aunado a las bajas temperaturas que también hacen difícil el asunto, contrastando con el buen tiempo que tuve durante mi periodo vacacional, lo cual me permitió viajar por varias regiones del país. Es por ello que esta columna la dedico a algunas reflexiones sobre lo vivido en este viaje.

Lo primero por decir, sigue siendo urgente el asunto del aeropuerto internacional de la Ciudad de México, resulta por demás increíble que este siga siendo nuestra carta de presentación y primera toma de contacto para el turismo extranjero que visita nuestro país, vuelos que provienen de cualquier parte del mundo se enfrentan a una realidad de deficiencia marcada por el descuido de muchos años en la infraestructura, la cual se refleja en varias áreas del mismo, una de ellas el de recogida de equipaje donde más que un aeropuerto parece una terminal de transporte urbano, y en donde nos encontramos ante un monopolio por parte de un grupo de cargadores que te obligan a dejar tu carro portaequipajes para contratar de forma exclusiva sus servicios. En este sentido, sea cual sea el plan de desarrollo aeroportuario se debe tener en cuenta la eficiencia en la conectividad, pero sobre todo acabar con aquellas malas prácticas de corporativismo y monopolios que demeritan la imagen que queremos mostrar hacia el exterior.

Una de las cosas que me siguen llamando la atención en cada visita que hago a México es la calidad en el servicio del autotransporte de pasajeros, después de viajar por varias ciudades del mundo a través del autobús, tengo que reconocer que el servicio que se proporciona en la república mexicana es un servicio de calidad con una variedad de servicios acorde al presupuesto de cada viajero, pero siempre mostrando la gran inversión que realizan las empresas mexicanas en la adquisición de unidades de última generación.

Lo anterior, sin embargo, contrasta con el tema de las vías de comunicación, en donde se tiene que seguir trabajando, es increíble que contemos con obras de ingeniería que no le piden nada a las que existen en Europa, como algunos tramos de lo que es la autopista México-Tuxpan, particularmente el puente “Ingeniero Gilberto Borja”, reconocer el trabajo que han realizado nuestros ingenieros para poder abrirse camino ante los retos naturales que presentaba la serranía poblana hace que se ponga en valor la capacidad de la mano de obra mexicana, no obstante, kilómetros más adelante y ya en el norte de Veracruz llegando casi a Tampico, Tamaulipas, la carretera no le pide nada a un camino de terracería de cualquier pueblo del tercer mundo, es increíble que esta vía de comunicación que conecta los principales polos industriales del noreste del país con el puerto de Veracruz presente estas deficiencias, las cuales además de costosas para los transportistas representan un riesgo para la seguridad de los automovilistas.

Al viajar por carretera me di cuenta de los trabajos que se realizan para diversificar el tema de la obtención de energía recurriendo a fuentes de energía limpia, como son la eólica y solar, como se hace en muchos países de Europa, por eso resulta agradable encontrarse con parques eólicos como se puede apreciar en el parque 3 mesas de Llera, Tamaulipas, o el parque de energía solar a las afueras de Matamoros, Coahuila, ojalá que los gobiernos incentiven la inversión hacia este tipo infraestructura como una medida alterna para la obtención de energía, lo cual irá en contra de la utilización de combustibles fósiles y de esta manera ayudará a disminuir el calentamiento global.

Este periodo coincidió también con la llegada de miles de paisanos radicados en Estados Unidos a territorio mexicano para pasar las fiestas decembrinas y de fin de año, lo cual evidenció el gran aporte que realizan estas personas a la economía nacional, era normal observar las caravanas de camionetas por las distintas carreteras del territorio cargadas con regalos para sus familiares, colapsando en muchos casos la mayoría de los cruces internacionales como el que me tocó presenciar en el puente de Mcallen, Texas, con Reynosa, Tamaulipas, en donde un cruce que normalmente llevaría un tiempo de veinte minutos se realizaba en casi tres horas, creo que en este punto se requiere el diseño de procedimientos que permitan realizar trámites anticipados para adelantar las gestiones que normalmente se realizan de forma presencial en el cruce, así como el apoyo en avances tecnológicos para evitar encontrarse ante situaciones de este tipo.

En el tema de ciudades, fue una experiencia agradable reconocer el trabajo que se realiza en distintas localidades de nuestro país a través de sus ayuntamientos y gobiernos estatales, resalto que a pesar de lo caótico de ciudades como Monterrey y la Ciudad de México, las inversiones que se realizan en infraestructura vial, reacondicionamiento y remodelación de edificios y plazas públicas, la habilitación de espacios para la convivencia familiar, hace que resulte interesante conocerlas, ciudades como Durango y Zacatecas presentan una cara amable ante el turismo, a través de su oferta cultural y gastronómica.

Esperemos que en la próxima visita que realicemos a México, sean más las cosas positivas a resaltar con respecto a la realidad que tenemos, pero sobre todo que las áreas de mejora sean punto de acción de los gobiernos para invertir y hacer de nuestro país un mejor lugar para vivir.