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Noviembre, dualidad inevitable

A muchos kilómetros de México en Italia la celebración de los fieles difuntos se festeja por la Iglesia el 2 de noviembre. | Nasheli Resendes

Por
Escrito en OPINIÓN el

Somos mortales

Todos habremos de irnos

Todos habremos de morir en

La tierra.

Netzahualcóyotl (1402 - 1472)

El mes de noviembre sin lugar a dudas representa un mes que se habla del concepto de muerte, esta puede tener diferentes enfoques que van desde el biológico, psicológico, social y religioso.

No todas las culturas lo perciben de la misma manera. Dicha concepción está ligada estrechamente a la idiosincrasia de cada país de acuerdo a su historia, sus costumbres y a sus individuos; la cual se ha ido modificando a través de los años.

En México la celebración del Día de Muertos precede en las culturas mexica, maya, entre otras desde la llegada de los españoles. En la actualidad es declarado como Patrimonio de la Humanidad.

Escritores mexicanos como Octavio Paz la definen con pocas palabras: “Dime cómo mueres y te diré quién eres”. Nuestros ancestros la percibían como una etapa de transición y su celebración tiene de origen prehispánico. Los mexicas por ejemplo hablaban de Mictlán o “lugar de los muertos”, donde se tenía que atravesar nueve regiones para conseguir el descanso eterno. Con el paso del tiempo y la llegada de los europeos en México el ritual sufrió una transformación, fusionándose el mundo prehispánico con el católico reinventando la ceremonia hasta como la conocemos hoy en día. Una representación de estas fiestas son las ofrendas del Día de muertos que tienen origen prehispánico. Algunos elementos que la integran son bebidas, fotos, pan de muerto y calaveritas de azúcar que en un pasado se representaban con cráneos reales. Así como copal, veladoras y la flor de cempasúchil que fungen como guías para las almas.

A muchos kilómetros de México en Italia la celebración de los fieles difuntos (Commemoratio Omnium Fidelium Defunctorum, en latín) se festeja por la Iglesia el 2 de noviembre. En algunos lugares se inicia el 24 de octubre con un tiempo de oración con la novena de los muertos.

Aunque no es considerado oficialmente como un día festivo, en diferentes regiones se está en casa. En Italia por tradición esos días se va al cementerio, llevando flores y veladoras a las tumbas. Por costumbre se preparan algunas delicias para la celebración. Por ejemplo, en Sicilia durante la noche de Todos los Santos, se piensa que el difunto de la familia deje algunos regalos para los niños junto con los fruta Martorana (mazapanes de fruta) y las características galletas llamadas Ossa dei morti (huesos de los muertos), estos últimos conocidos también en lugares como Parma, Piemonte y Lombardía, son el símbolo de un diálogo con los difuntos.

En la provincia de Massa Carrara, es la fiesta de bèn d'i morti, originalmente algunas familias acomodadas tenían el honor de distribuir alimentos a los más necesitados, mientras que quienes poseían una bodega ofrecían también una copa de vino. Para los niños la tradición dictaba que se realizaran y regalaran collares de castañas y manzanas, llamadas sfilze (cuerdas), para llevarlos durante la fiesta.

En Monte Argentario existió la práctica de coser bolsas grandes en la ropa de los huérfanos, con el fin que la gente pudiera ofrecerles comida o dinero. También existía la costumbre de poner zapatos en las tumbas de los niños, se pensaba que en la noche del 2 de noviembre sus almas volverían al mundo de los vivos.

En Abruzzo, de manera similar a lo que ocurre en el mundo anglosajón, era una tradición excavar las calabazas para colocar una vela y poder usarlas como linternas.

En Treviso, se comen para la ocasión unas focacce especiales llamadas "muertos vivientes".

En Italia existen también autores como el poeta Giovanni Pascoli que dentro de su obra Myricae habla acerca de "El día de los muertos". Dentro de X de agosto, se refiere al dolor por la pérdida de lazos familiares, el tema del conflicto entre la pureza del mundo natural y las amenazas del mundo real.

Frecuentando otros países y ahora viviendo en Italia uno de los más bellos recuerdos de mi país que llevo en cualquier lugar donde me encuentre es la celebración del Día de muertos, por su colorido y característica mística especial que posee. Hoy en día en casa continuó con la usanza de la ofrenda para dicha fecha.