Hace un par de meses estuvo en Barcelona el periodista, actor, poeta, y nahuahablante, Mardonio Carballo. En esta maravillosa visita he podido reconocer y cuestionar la lucha de dos pueblos por reivindicar su lengua.
Cataluña ha hecho un trabajo muy importante en la apropiación de la lengua como un arma de posicionamiento político. México tiene un camino largo por recorrer. Existen 68 lenguas vivas, con 364 variantes lingüísticas, siendo el náhuatl la segunda lengua más hablada en México, después del castellano, cerca de un millón y medio de personas la hablan; y, sin embargo, en México no hay oficialmente ninguna lengua o idioma oficial a nivel nacional.
Reivindicación lingüística
La reivindicación lingüística permite al individuo reconocer su propia identidad. Es prioritario, por lo tanto, reconocer al México indígena. Solo a través de este acto es que ocurrirá la dignificación política y humana a través de la lengua.
Mientras se continúen perpetuando prácticas discriminatorias y racistas, por parte de los gobiernos y de la población en general, la riqueza del país continuará truncándose.
Es preciso trabajar en una legislación incluyente, como población también necesitamos realizar constantemente un ejercicio de autocrítica, el cual cuestione, de manera individual, qué tanto reconozco y respeto que en este mundo existan otros mundos.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, a través de la Encuesta Intercensal del 2015 afirmaba en ese año que, de la población que habla alguna lengua indígena, 13 de cada 100 pueden expresarse en su lengua materna. Este es un factor alarmante que refleja que las lenguas se van perdiendo y algunas incluso corren el peligro de extinguirse.
No hay lengua que sobreviva si no hay pueblo que la hable
Afirma Mardonio Carballo.
Podemos encontrar en el reconocimiento del catalán como idioma cooficial en Cataluña un fenómeno que permite analizar qué parte de la idiosincrasia de un pueblo está en su lengua. Sería interesante replicar este fenómeno en México, pues solo con estas prácticas podremos tomar fuerza como sociedad y aceptarnos como individuos semejantes.