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Estudiante a la francesa

¿Cómo sería México si el gobierno ampliara los dispositivos de ayuda para sus estudiantes?

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Escrito en OPINIÓN el

Durante mi primer viaje a Francia, una de las cosas que más me gustó y que más aproveché, fue la reducción de tarifas a las cuales tenía derecho, sólo por ser estudiante menor de 26 años. Gracias a este beneficio pude viajar en tren a mitad de precio, asistir a obras de teatro y espectáculos sin pagar boleto completo, o aún mejor, visitar museos como el Louvre sin pagar ni un céntimo.

En ese entonces era una chica de 25 años, era la au pair de una linda familia en el sur de la región parisina, en realidad no tenía que preocuparme por nada, tenía techo y comida asegurada. Es hasta ahora que, con 28 años, regreso a Francia, esta vez para estudiar una maestría, me doy cuenta y valoro todos los beneficios que tuve durante esa estadía y que me hubiera gustado tener cuando estudiaba la carrera en México.

Las interacciones sociales esta vez son muy distintas, estoy rodeada de estudiantes de maestría de 20 – 21 años que son prácticamente independientes de sus padres. La mayoría de ellos son beneficiarios de becas y programas de ayuda financiera que el gobierno francés promueve y otorga dependiendo de la situación del estudiante.

Estos apoyos abarcan diferentes aspectos, por ejemplo; la exoneración de colegiatura, renta de un estudio a bajo costo en una residencia universitaria, ayuda económica para pagar la renta, apoyo económico mensual, e inclusive apoyo económico a los estudiantes que se van al extranjero a estudiar o a realizar prácticas. Asimismo, existen otros apoyos más que permiten reforzar el capital de los estudiantes; restaurantes universitarios a bajo precio, descuentos o gratuidad en museos y espectáculos, transporte público al 50% de descuento y, por ley, todas las prácticas profesionales que duren por lo menos 90 días tienen que ser pagadas. No puedo dejar de mencionar que los consejos regionales y empresariales organizan varias ferias de empleo estudiantil.

Aunque es indiscutible que en México existen programas de ayuda a estudiantes, estos son programas a medias, que restringen la ayuda a ciertas zonas geográficas, a cierto nivel de estudios, o al estatus del estudiante y lo mismo va para los descuentos por parte de las empresas, por ejemplo el descuento de estudiante que ofrecen varias compañías de autobús, suerte tienes si alcanzas, o el sistema de metro de la CDMX que limita el número de desplazamientos al mes para gozar de la tarifa estudiantil.

No estoy implicando que los estudiantes franceses lleven una vida sin complicaciones, ni que todos sean beneficiarios de estos apoyos, eso es falso. Este paralelo es más que nada para hacer hincapié en la forma en la que un país hace las cosas y beneficia a sus residentes. La mayoría de nosotros conocemos a alguien, o ese alguien somos nosotros, que logró terminar la carrera únicamente gracias al apoyo económico de sus padres, o que tuvo que dejar los estudios por falta de recursos, a alguien que descuidó la escuela debido al trabajo, o simplemente a alguien que nunca pudo estudiar por falta de dinero.

Es pertinente preguntarse ¿cómo sería México si el gobierno ampliara los dispositivos de ayuda para sus estudiantes? Ya que, sin duda, sus jóvenes son el activo más valioso para el futuro de nuestro país.

@Tchachinafan | @OpinionLSR | @lasillarota

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