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Radiografía del covid-19 en México

El aumento de casos y la falta de claridad en las medidas por contener el virus covid-19 en México, lo hacen un territorio de riesgo. | Rafael Pulido

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Escrito en OPINIÓN el

Madrid, España. Una de las imágenes que llamaron poderosamente mi atención este fin de semana pasado, fue el Abierto de Tenis de Australia, el cual se lleva a cabo en la ciudad de Melbourne y en el que acuden jugadores de todo el mundo. Lejos de tener un gusto particular por este deporte, lo que realmente despertó mi interés fue ver las gradas del campo llenas de aficionados, una imagen que hasta hace más de un año era habitual y que hoy en día pareciera algo impensable en muchos países. Sin embargo, si se revisan las medidas que ha venido tomando Australia desde la irrupción de este virus, nos podemos dar cuenta de lo estrictas y eficaces que han resultado estas acciones, y es que por ejemplo en el caso de los jugadores de tenis, estos llegaron a Australia desde mediados de enero para estar en cuarentena en un hotel donde no podían salir, incluso se hicieron virales imágenes de los jugadores entrenando dentro de las habitaciones, lo que nos habla de estrictas medidas aplicables a todos, dando como resultado cifras que oscilan entre las 909 muertes y 28,857 contagios, muy lejos de las cifras de otros países.

Sobre México, aún recuerdo en una de las conferencias mañaneras de finales de enero del 2020, aparecer en escena al, hasta aquel entonces poco conocido Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, para informar acerca del virus covid-19 que acechaba al mundo y para el cual México se estaba preparando. En esos momentos se empezaba a asomar una enorme sospecha y desconfianza de la sociedad mexicana con respecto a los primeros casos, ya que existía una cantidad de decesos considerables atribuibles a neumonía atípica que para ese entonces ya asolaban algunas partes del territorio nacional, a lo que el presidente atajaba estos temas con mensajes de tranquilidad en donde refería que no debería haber alarmas, ya que nuestro país era de los más preparados y con menos riesgos por la afectación de este virus. Ya lo decía Peter Drucker, autor de diversos libros, “La planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes”.

A finales de febrero e inicios de marzo, se daba a conocer el primer caso de contagio confirmado por el Gobierno de México, junto a las declaraciones del presidente que invitaba a no tener miedo y a abrazarse. Forma parte del anecdotario las primeras infografías que en ese entonces empezó a difundir el gobierno a través de la CONADE (Comisión Nacional del Deporte), donde se decía que el covid-19 “No es una situación de emergencia”. Otro hito importante fue a mediados de marzo del año 2020: la celebración del Festival Vive Latino en la Ciudad de México, que llamaba la atención de la prensa internacional, ya que mientras en otros lugares empezaban los confinamientos en ciudades como una medida para buscar aplanar la curva de contagios, en México se celebraba este concierto con más de 40,000 personas. El 18 de marzo el covid-19 cobraba su primera víctima oficial en nuestro país, un hombre de 41 años que justamente había asistido a dicho Festival. A la par de esto, se hicieron notar las confrontaciones entre los Gobiernos Estatales y el Gobierno Federal por las diferentes acciones para contener el virus, como por ejemplo, mientras que la Secretaría de Educación Pública anunciaba la suspensión de clases para el día 24 de marzo, los gobiernos estatales y las escuelas privadas se anticipaban y anunciaban la suspensión con 7 días de antelación, a esto se le sumaba la desinformación con las cifras de contagios y muertes, ya que la información que presentaban las autoridades locales distaba con la que se presentaba cada tarde desde Palacio Nacional. Noticias como brotes en distintos hospitales del país, como la Clínica 7 del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) en Monclova, la Clínica 30 en Mexicali, o del Hospital General Regional N.-37 en Tlalnepantla fueron cubriendo las ocho columnas de los principales diarios de circulación del país. 

Siempre he pensado que lo peor que le puede pasar a una persona es tener hipotecada su libertad de opinión y eso es lo que ha sucedido con el señor López-Gatell, intentar justificar con conocimiento técnico las acciones de su jefe, en este caso, las del presidente López Obrador, resultan por demás curiosas y preocupantes, definiciones como que “el presidente no tiene una fuerza de contagio sino una fuerza moral” al querer justificar las giras del mandatario por el interior del país con sus mítines multitudinarios. O que “El cubrebocas no es una barrera suficientemente eficaz y efectiva para impedir que una persona que no se quiere contagiar, sea contagiado”, o recordemos el famoso “Método Centinela” que quedó en desuso con el paso del tiempo, pero que a inicios de la pandemia era el que se usaba como modelo de defensa ante los cuestionamientos por la poca cantidad de test realizados en  México. Tomando como base estas declaraciones no es difícil entender las cifras de más de 166,000 muertes y casi 2,000 000 de contagios que tenemos en México por covid-19, al día de hoy que escribo esta columna.

Los meses subsecuentes fue más de lo mismo, aumento en el número de contagios y una saturación de las unidades de terapia intensiva en los hospitales y centros de salud, imágenes como la de personas entrando a un hospital del Estado de México a áreas que fueron utilizadas para almacenar los cuerpos de los fallecidos y buscar entre sábanas a sus familiares ante la falta de información por parte de las autoridades hospitalarias y poniendo en riesgo su propia vida por la propagación del virus. Durante todo este tiempo, México nunca ha cerrado su espacio aéreo y ha sido de los pocos países que continúa permitiendo la salida y entrada de vuelos del extranjero, una medida que busca paliar la enorme crisis económica acarreada por esta pandemia. Crisis económica que ha sido mundial y que, mientras en otros países se destinó un importante presupuesto para apoyar a las pequeñas y medianas empresas, en México, hasta el día de hoy, miles de emprendedores esperan un apoyo por parte del gobierno para poder sobrellevar el enorme impacto negativo económico que ha dejado en sus negocios esta contingencia sanitaria.

Mientras que el mundo hablaba de segundas olas y una apertura de la economía de forma escalonada, en México nunca hubo algo que con datos nos hiciera ver que estábamos en esta, o habíamos salido de una primera, ya que la información que se presenta en las conferencias vespertinas cambia de formato, algo que hace difícil saber el impacto real de covid-19 en nuestro país.

En los últimos meses del año llegó el anuncio de la aplicación de las primeras vacunas después de los resultados obtenidos en los ensayos clínicos por parte de los laboratorios, entre las que destacaban la de Pfizer, AstraZeneca, Sputnik V, Moderna, Cansino. Muchos países, a la par de la pandemia, destinaron esfuerzos a la preparación de lo que serían sus campañas de vacunación, ya que para finales de noviembre e inicios de diciembre, el Reino Unido anunciaba el inicio de vacunación usando la fórmula de Pfizer, a esto se le sumó el anuncio de otros países como Estados Unidos, la Unión Europea, Israel, Rusia, China entre otros; esto se puede ver en el número de cifras de vacunados que existen al día de hoy en donde se refleja una diferencia, entre el país con mayor número de vacunados con nuestro país, en este caso Israel con el 40% de su población contra el .50% de la población en México.

El 2021 después de la resaca o consecuencias de las fiestas navideñas, el número de contagios no cede y por el contrario aumenta, además de que en muchos países europeos, los gobiernos han optado por retomar decisiones duras y restrictivas, como las limitaciones de movimiento entre países o comunidades, así como los toques de queda dentro de las ciudades, a esto agreguemos las diferentes estrategias para aplicar las vacunas, la dificultad para entregar las dosis comprometidas por parte de los laboratorios como consecuencia de la alta demanda a nivel global, así como la aparición de nuevas cepas que levantan dudas y nuevas preocupaciones. Todo ello ha traído como consecuencias que varios países hayan tomado la decisión de cancelar sus vuelos con países como México, en donde el aumento de casos y la falta de claridad en las medidas por contener el virus lo hacen un territorio de riesgo. 

Ya cumplimos dos semanas desde el anuncio del presidente López Obrador de haber resultado positivo en covid-19. Con todo esto, el panorama para nuestro país en este 2021 se ve complicado, además que en este año se celebran elecciones, lo que hará que la política reine buena parte del primer semestre del año, en donde veremos la responsabilidad civil que tienen nuestros políticos, porque no me dejarán mentir que en tiempos de elecciones, los candidatos se obsesionan con  ganar el voto como sea y eso incluye mítines, acarreos, eventos, un caldo de cultivo perfecto para la expansión de este virus.

Esperemos que en algún momento podamos tener imágenes como las que se vivieron el pasado fin de semana en Australia. Sin embargo, para que eso suceda se requiere un gran compromiso de todas la partes, sociedad y gobierno, de lo contrario seguiremos viviendo los terribles estragos de esta pandemia, mientras que somos aislados por países que desde hace tiempo están haciendo los deberes.