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Ola de violencia deja sin médicos ni maestros a la Sierra de Guerrero

Diferentes actos violentos se han registrado en los últimos días en una de las regiones de mayor producción de amapola en el país

Escrito en ESTADOS el

Chilpancingo, Guerrero (La Silla Rota).- Escuelas cerradas porque no hay maestros; el Hospital Básico Comunitario de Filo de Caballos (Leonardo Bravo) sin médicos; el transporte público restringido y dificultades para que suban y bajen víveres, es parte del contexto en el que está viviendo la gente en la Sierra de Guerrero.

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La razón que se sabe de manera pública por habitantes y autoridades, son las últimas dos balaceras, provocada por grupos criminales según la narrativa oficial, pero desde esa región hay denuncias constantes de hechos violencia.

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, sintetizó con una frase lo que ocurre en la Sierra: “vacío de poder”.

El 5 de septiembre pasado un grupo de personas armadas atacó la comandancia de la Policía Rural Estatal en La Laguna, municipio de Eduardo Neri, quienes levantaron una barricada con vehículos quemados a la entrada del camino que lleva a la región (una desviación sobre la carretera federal Chilpancingo-Iguala), para evitar el ingreso de policías y militares. Los maestros fueron los primeros en alertar de este hecho, porque inició justo cuando subían a dar clases. 

Desde entonces no han vuelto por temor, sobre todo porque este domingo ocurrió otra balacera que también dejó un muerto, y que en un inicio las autoridades negaron que existía.

El gobernador Héctor Astudillo Flores admitió que los maestros y médicos siguen sin entrar a la Sierra a dar los servicios de educación y salud, pero aseguró que ya planean una estrategia para hacerlos regresar, al parecer con ciertas garantías. “Ahora es restablecer que los maestros regresen; también el hospital”, comentó en una entrevista. 

El alcalde de Eduardo Neri, Pablo Higuera Fuentes, informó que en los pueblos La Laguna, El Miraval y Tres Cruces, ubicados en los límites con Leonardo Bravo, no hay clases desde la semana pasada que ocurrió la balacera. 

En la Sierra de Guerrero del lado del conflicto, convergen tres municipios, Eduardo Neri, Leonardo Bravo y Heliodoro Castillo.

Más allá de dar detalles de cómo ocurrieron los hechos, las autoridades no han dado razones del origen de esta violencia en la Sierra. Es público que la zona es de alta inseguridad.

Las instituciones y organizaciones internacionales tienen señalada a la Sierra de Guerrero como una de las regiones de mayor producción de amapola en el país. Los cultivadores de la región han denunciado del acoso de grupos criminales, quienes ahora deciden a quién y a cuánto le venden la goma de opio derivada de la amapola.   

Después de un par de comunicados del Grupo Coordinación Guerrero el domingo pasado, negando que en la Sierra hubiera más hechos de violencia, difundió que la Policía Estatal junto a la Policía Federal y el Ejército aplicaban un operativo en la región, y con en esa acción localizaron el cadáver de un hombre y detuvieron a seis hombres armados AR-15 y AK-47.

Las autoridades insisten en que la vigilancia y el operativo de resguardo continua en la zona. “Hay un operativo más fuerte con ayuda de la Policía Federal, con un helicóptero. Hay un recorrido permanente. Hay fuerzas tanto de la Policía de Estado como de la Secretaría de la Defensa Nacional”, comentó el gobernador.  

Esta versión se contradice con lo dicho por habitantes de esa región, quienes, consultados por teléfono, denunciaron que ya no había vigilancia: “subió un helicóptero a dar vuelta a Filo de Caballos y se regresó. Subieron estatales, pero ya se fueron”, comentó uno de ellos.

Alguien más, que no se revela su identidad por seguridad, dijo que la mañana de este martes no había la vigilancia que quisieran: “(los policías) subieron sólo a La Laguna. Para adelante ya no hay nada”.  

El Grupo Coordinación todavía difundió que el Grupo Táctico de Operaciones Especiales “Jaguar”, instaló puestos de vigilancia en puntos estratégicos de Leonardo Bravo y Eduardo Neri: Los Morros, Campo de Aviación, Filo de Caballos, Carrizal de Bravo, Puentecillas, Corralitos, Xochipala, La Laguna, El Miraval, Tres Cruces y El Naranjo.

El obispo dudó de los operativos oficiales en la región: “es pura faramalla”. A su juicio, cada vez que ocurre algo en la región, el gobierno estatal sólo asigna uno o dos días de vigilancia y se bajan. “Luego de que se van los soldados y los policías, nuevamente hay balaceras”, agregó.

El obispo es conocido en este estado porque hizo público su mediación con líderes de grupos criminales, según dijo, para apaciguar la violencia en zonas como la Sierra durante el proceso electoral. Pero ahora que ya pasó, dijo, es turno del gobierno, aunque después mencionó que si se han negado a hablar con ellos es porque tienen intereses “económicos y políticos”.

El habitante de la Sierra se despidió con la siguiente frase: “pendientes, para ver qué pasa mañana”.

jamp