Después tres días de conversaciones entre el Papa Francisco, el total de los obispos chilenos, cuyo número es 34, pusieron su cargo a disposición y dependen del jefe del Estado Vaticano. La medida se tomó luego de acusaciones de encubrir abusos sexuales.
En un comunicado de la Conferencia Episcopal, detallaron que un documento entregado por el sumo pontífice "indica con claridad una serie de hechos absolutamente reprobables que han ocurrido en la Iglesia chilena".
Se trata de "inaceptables abusos de poder, de conciencia y sexuales, y que han llevado a que ella haya disminuido el vigor profético que lo caracterizaba".
En este contexto "fue madurarndo la idea de que para estar en mayor sintonía con la voluntad del Santo Padre, era conveniente declarar nuestra más absoluta disponibilidad para poner nuestros cargos pastorales en las manos del Papa".
El gesto fue calificado como "colegial y solidario" para asumir los graves hechos ocurridos y se presentó por escrito "esta disponibilidad, poniendo nuestros cargos a disposición del Papa".
"Así él podrá, en las siguientes semanas, decidir si acepta o rechaza lo que hemos señalado", concluye el documento.
Precisiones de dichos de la Conferencia Episcopal de Chile #VCEnRoma pic.twitter.com/0WGUQeub5A— Voces Católicas ? (@VocesCatolicasC) 18 de mayo de 2018