Oaxaca (La Silla Rota).- A dos meses del terremoto de 8.1 grados que sacudió el Istmo de Tehuantepec, Juchitán de Zaragoza continúa enfrentando un panorama desolador: gente sin casa, sin fuentes de empleo y sin saber cuándo podrán contar con una vivienda.
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El presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Alejandro Murat aseguraron que la reconstrucción estaría en cuatro meses, y en diciembre, si no todos, algunos hogares ya levantados para que las familias pasaran las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
A poco menos de un mes de las fiestas, los habitantes de ese municipio están convencidos que fueron meras promesas, porque la realidad está muy lejos de ser lo que se anunció.
El pasado fin de semana, concluyó la entrega de monederos electrónicos con apoyos económico a los damnificados para la reconstrucción de sus casas; con ello, el gobierno federal y la ayuda que mantenía poco a poco la han ido retirando.
Mientras la reconstrucción parece un hecho inalcanzable, ya que los trabajos de demolición, según dio a conocer el gobernador Alejandro Murat apenas llevan el 50%.
Los habitantes de este municipio reportaron que el Ejército, quien se supone brindaría la ayuda hasta que la ciudadanía afectada regresara a sus hogares o tuviera un lugar dónde pernoctar en tanto sus casas están listas, iniciaron su retiro y levantaron los 11 albergues, así como las cocinas comunitarias instaladas.
Llevaron todo, la cocina que tanto nos ayudaba ya no está, con la entrega de las tarjetas piensan que ya terminó su labor, pero aún no estamos recuperados", dijo una de las damnificadas.
El albergue instalado en el Instituto Tecnológico de Juchitán, donde decenas de afectados llegaron a refugiarse después del terremoto del 7 de septiembre, el lunes quedó vacío y lo mismo ocurre con el resto de los espacios que se habilitaron para su resguardo.
El mandatario estatal indicó que la etapa de ayuda humanitaria terminó en el Istmo de Tehuantepec, por lo que la gente que no tiene hogar se le buscará un sitio donde puedan permanecer.
No obstante, en el municipio hay una evidente molestia porque quienes lo perdieron todo solo cuentan con lonas o casas de campaña donadas para habitar, pero no tienen certeza de cuándo volverán a tener un techo donde vivir.
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Los afectados señalaron que Juchitán fue el último municipio que recibió la ayuda económica y el último que empezó con la reconstrucción, por lo que se mantienen en la incertidumbre y desesperanza.
La situación de este municipio se refleja en las otras 40 localidades más del Istmo de Tehuantepec que tras el sismo quedaron devastados.
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