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Nueva estrategia nuclear de Trump, más bélica que nunca

Donald Trump amplía el espectro de enemigos; es decir, apuesta por "ataques estratégicos no nucleares", algo así como dar prioridad a los ataques cibernéticos

Escrito en MUNDO el

Más noticias bélicas. Y en este contexto, se da a conocer que Donald Trump, presidente de la primera potencia, amplía el espectro de enemigos, apuesta por armas de “baja intensidad” y permite responder con el látigo atómico a amenazas tan difusas como los ciberataques.

Con Donald Trump a la cabeza de Estados Unidos, apunta a Rusia, China o Corea del Norte. En su nueva estrategia, la Casa Blanca amplía inesperadamente el espectro de enemigos; es decir, apunta por el desarrollo de armas de “baja intensidad” y otorga al presidente el poder de responder con armas atómicas a amenazas como los ciberataques.

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En este sentido, con Trump, la escalada nuclear se ha reactivado. Es un giro de enorme repercusión, aunque calculado para no desatar el pánico. La denominada Revisión de la Postura Nuclear, que se trata de un documento que sustituye la estrategia diseñada por Barack Obama en 2010, mantiene la limitación de emplear el arma máxima solo en “circunstancias extremas” y apuesta, como la anterior Administración, por modernizar la triada (los misiles lanzados desde submarinos, bases y bombarderos) dentro del marco de los tratados.

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Pero a todo ello, ahora incluye un concepto nuclear más agresivo e impetuoso. Y en apartados clave quiebra los esfuerzos por reducir el papel y el número de las cabezas nucleares en el mundo, dice el experto de la Asociación de Control de Armas Kingston Reif.

¿Ataques cibernéticos?

La novedad que más inquietud ha generado se refiere al uso del botón nuclear. Hasta ahora la respuesta del presidente se circunscribía a eventuales episodios de destrucción masiva tanto nucleares como químicos o biológicos. Con el nuevo plan, se añaden los “ataques estratégicos no nucleares”. Un concepto que incluye los ciberataques. Ya sean al operativo nuclear, la población civil o a infraestructuras como la red eléctrica y el control aéreo.

Esta formulación amplía el foco bélico del país más poderoso del mundo. El enemigo ya no tiene por qué ser un país con armas atómicas. Es más, ni siquiera ha de ser un país. Por su propia naturaleza, un ciberataque puede diluirse en cientos, miles, millones de frentes. No es un misil dirigiéndose a Washington. No hay un presidente al otro lado del teléfono rojo. Ni siquiera su autoría es clara.

Esta vertiginosa rebaja del umbral de respuesta nuclear ha desatado la polémica. “Parece muy poco inteligente, con el poderío militar que tiene Estados Unidos, responder con armas atómicas a un ataque no nuclear. Por su parte, el Pentágono evita entrar en detalles sobre la magnitud de tal ciberataque a fin de generar una respuesta nuclear.

Entre los posibles enemigos, la Dirección Nacional de Inteligencia señala a Rusia, China, Irán y Corea del Norte cuyos ensayos son cada vez más agresivos y fuertes.

Con información de El País

LPG