Ayotzinapa, Guerrero.-La noche del 26 de septiembre de 2014, hombres armados, incluidos policías municipales de Iguala, mataron a tres y desaparecieron a 43 estudiantes de Ayotzinapa. Casi todos de nuevo ingreso, sólo uno pertenecía a segundo año.
De los 73 que egresaron, un poco menos de la mitad, son de la generación original, es decir, de aquella a la que pertenecieron los jóvenes desaparecidos.
El acto de clausura se llevó a cabo en la explanada de la Normal Rural de Ayotzinapa. Además de los egresados, acudieron familiares de todos ellos. Los ausentes a este acto, fueron los padres de los 43 normalistas desaparecidos, sólo se incorporó a media ceremonia Celso García Aristeo, padre de Abel García Hernández.
Caso de los 43 no podía esperar por tema político: magistrado
Quienes sí estuvieron desde el inicio fueron los tíos de Julio César Mondragón Contesta, uno de los tres muchachos que asesinaron en esos mismos hechos de Iguala. Cuitláhuac Mondragón, uno de los tíos, desde la mesa del presidium, a dónde lo invitaron, gritó: “¡Justicia!, ¡Justicia!”.
Si a Julio César Mondragón Fontes no lo hubieran asesinado esa noche de Iguala, también estuviera en la lista de los egresados.
“Esta tarde los que hoy egresan llevan un doble compromiso: los que tenemos todos los docentes del mundo, pero principalmente en México, los egresados de las normales rurales. (...) Los líderes auténticos los han parido las normales rurales”, comentó el tío de Mondragón Fontes, después de decir que hoy debía ser para su familia una celebración, de no ocurrir lo que ocurrió.
Desde los hechos de Iguala han transcurrido cuatro años, los mismos que los muchachos desaparecidos debieron cursar en la Normal para formarse como docentes en Educación Primaria y en Educación Primaria Intercultural Bilingüe.
En ese tiempo, el gobierno mexicano tampoco ha resuelto qué pasó con los 43 jóvenes. En estos momentos los padres de los desaparecidos, quienes llevan un movimiento nacional e internacional en su búsqueda, se esperanzan por una sentencia judicial que ordenó a la PGR reponer la investigación, aunque eso podría generar la liberación de algunos señalados.
Con dedicación a la lucha que mantienen los padres de los desaparecidos, el cantautor Miguel Ángel Carrillo, originario de San Luis Acatlán, municipio de la Costa Chica de Guerrero, comenzó a cantar en el acto de clausura. La segunda canción que interpretó fue una de las más conocidas desde la desaparición de los normalistas: Ahora soy 43.
La letra de esta canción la escribió, comentó después en entrevista, horas después de los hechos, durante el 27 de septiembre de 2014, por la sacudida que le causó el caso; antes nunca escribió canciones de protesta. Ahora, parte de su repertorio está dedicado a las luchas sociales.
Uno de los sobrevivientes de la noche de Iguala, Ernesto Guerrero, quien es uno de los 73 que egresaron, dijo que aun cuando sale de Ayotzinapa su compromiso con los 43 no termina. “Vamos a seguir exigiendo justicia”, comentó.
“Es un egreso incompleto, por la ausencia de nuestros compañeros y la falta de justicia, pero nos vamos con el entendido de que continuaremos”, agregó.
Ernesto Guerrero es uno de los jóvenes que vio cómo los policías municipales de Iguala se llevaban a sus 43 compañeros en la encrucijada que les tendieron en la calle Álvarez, esquina con Periférico en Iguala. Antes, como muchos otros, sorteó las balas desde que salieron de la central de autobuses.
Después presenció cuando Aldo Gutiérrez Solano, otro normalista, cayó al suelo por un disparo en la cabeza que aún lo tiene inmóvil en un hospital.
También, como todos los estudiantes que se hallaban ese día en Iguala, es uno de los que buscó refugió cuando por segunda vez los policías municipales volvieron a atacarlos en el mismo cruce de calles, momento en el que, sabría después, mataron a tres de sus compañeros e hirieron a algunos más.
Con la experiencia de haber sobrevivido aquella noche, es como él y varios de la generación, salieron este viernes de Ayotzinapa.
mvf