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No podía ser madre, el pretexto para robar a Nancy

Estela engañó al primo de la niña, Emiliano, un adolescente de 15 años de edad para que le permitiera cuidar a la menor de 8 meses y así llevársela

Escrito en ESPECIALES LSR el

El sueño de Estela era ser madre, pero tras varios años de intentarlo se convenció que no podría nunca.

Su novio, Antonio, le prometió que no la abandonaría por eso, que juntos hallarían una solución y desde entonces ambos planearon robarse un bebé.

Ella es oriunda de Oaxaca y Antonio no tenía un empleo formal desde hace un año. Aún así, ambos vendían pozole a domicilio o colocaban un pequeño puesto en la colonia Ciudad Lago, Nezahualcóyotl, donde rentaban un cuarto.

Estela le dijo a su pareja que “movería cielo, mar y tierra” para ser felices.

Sin embargo, los dos ahora están en prisión, imputados por sustracción de menores.

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Se trata de la pareja que robó a la pequeña Nancy de las inmediaciones del Hospital General, el 14 de abril pasado. donde Estela engañó al primo de la niña, Emiliano, un adolescente de 15 años de edad para que le permitiera cuidar a la nena de 8 meses.

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“Toma 100 pesos para que le compres algo a tu hermanita”, dijo Estela al muchacho, el cual tenia a cargo no solo a la bebé, sino a su hermana de 5 años de edad, consta en el expediente FCH/CUH-8/UI-2S/1532/04-2019.

El joven le encargó a la pequeña y fue a comprar unas donas para su hermana, pero después pudo alcanzar a Estela, que ya huía con Nancy en brazos.

Más tarde, la hermanita de Emiliano quiso ir al baño y nuevamente la pequeña Nancy se quedó con Estela. “Aquí te la cuido”, prometió, mas esta vez sí logró escapar con ella.

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Todo porque la madre de la bebé, Magdalena, se encontraba en el hospital para ver a su hermana, la cual convalecía por bronquitis y a la postre falleció.

Fueron casi cinco horas las que estuvo dentro del nosocomio, mientras su hija y sus sobrinos seguían afuera.

Estela ya tenía al bebé con el que había soñado tanto, pero el caso se hizo público y tenía encima a la Policía de Investigación y a autoridades del Estado de México.

El plan, admitió a personal de la Procuraduría capitalina, era huir a Oaxaca con la nena, apenas las cosas se “enfriaran”.

Pero su casero comenzó a sospechar. Por las noches, oía cómo lloraba una niña en el cuarto de Estela y Antonio.

Cuando el retrato hablado de Estela fue revelado por La Silla Rota y posteriormente difundido por la PGJ, el casero no tuvo más dudas: era su inquilina la principal sospechosa.

Así, consta en la carpeta de investigación, decidió avisar a policías municipales y éstos a la Procuraduría de CDMX.

Agentes de Investigación ya tenían pistas: un video donde se apreciaba con claridad los rasgos físicos de Estela y un seguimiento de donde podría haberse escondido.

Finalmente, en un descuido de la pareja, uniformados de Neza la arrestaron y la PGJ pudo recuperar a Nancy.

No obstante, Estela quiso jugar su última carta: negar que ella la haya robado y que pagaron 3 mil pesos y una cadena de oro a otra mujer.

“Le juro que una muchacha que nos dijo que ya no la quería nos la vendió”, mintió a trabajadores de la Fiscalía del Menor.

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Estuvo a punto de convencerlos, pues lucía segura y no cambiaba su versión. Inclusive, parecía no estar arrepentida ni asustada con lo que estaba sucediendo, relataron empleados de la Procuraduría que participaron en su interrogatorio.

“Casi convence a los de la Fiscalía, pero el adolescente, primo de la bebé, la reconoció, además ella traía el mismo mallón que cuando la sustrajo. Se hizo una comparativa del video con fotografías de ella y resultaron positivas en identificación”, precisó una fuente cercana a las pesquisas y cuyo nombre y cargo se protegen.

Cuando la bebé fue regresada a su madre, Magdalena, la ilusión de Estela y Antonio quedó hecha añicos.

“Se les veía muy desconcertados en la audiencia; les dieron prisión preventiva y la mujer particularmente se veía deprimida”, confió un funcionario del Tribunal Superior de Justicia que pidió no sea revelado su nombre.

De acuerdo con el seguimiento que le han dado autoridades capitalinas a la situación de Nancy, ella se encuentra en perfecto estado de salud, pero anímicamente ha estado intranquila.

Su entorno familiar es complicado: vive en una zona de escasos recursos en San José de los Leones, Naucalpan y en su domicilio habitan muchos más familiares sin empleo.

Su madre, Maddalena, de 35 años de edad, recién se separó de su pareja y padre de la pequeña. Es ama de casa y está desconsolada por la muerte reciente de su hermana.

Por su parte, Estela y Antonio podrían ser vinculados a proceso este miércoles, con lo que seguirían en la cárcel de no obtener una fianza, pues el delito que se les imputa no es considerado grave.

AJ