"Siempre estamos listos para escapar, tenemos a los niños preparados las 24 horas del día", dice Sara Khan, una refugiada en el campamento de Moria, en la isla de Lesbos, Grecia.
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"La violencia significa que nuestros pequeños no pueden dormir por miedo", señala la refugiada afgana y agrega que su familia pasa todo el día haciendo colas para conseguir comida en el campamento y toda la noche en alerta por si deben salir huyendo por la violencia mortal de las riñas en la isla griega.
De acuerdo con la organización Médicos Sin Fronteras, el lugar huele a aguas residuales sin procesar y hay alrededor de 70 personas por baño; algunas personas viven en cabinas móviles, otras en tiendas de campaña y otras más debajo de sábanas de lona impermeables levantadas como refugios
La organización informó a la BBC que esos son los hogares de quienes no pueden obtener ningún espacio oficial para vivir: en una tienda de campaña viven cuatro familias.
En el campamento de Moria, actualmente hay más de 8.000 personas hacinadas que sólo estaba hecho para albergar a dos mil.
Una madre cuenta al medio británico que en el suelo del refugio en el que ella vive junto a su bebé de 12 días de nacido hay heces.
“Es como la guerra en Siria e incluso más fea. Oímos sobre casos de violaciones, acoso sexual", asegura.
Luca Fontana, coordinador de Médicos Sin Fronteras en Lesbos, cuenta que es un verdadero drama: "hemos tenido a niños que han intentado suicidarse. Niños de tan solo 10 años que han intentado suicidarse. Y no hay psicólogos infantiles en esta isla", indica.
"Es algo que estamos viendo constantemente", señala
El coordinador aseguró que ha reportado las condiciones de vida en Moria al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados de las Naciones Unidas y al ministerio de la Salud de Grecia.
"Pese al hecho de que presionamos para que estos niños sean trasladados a Atenas, tan pronto como sea posible, no está sucediendo. Esos niños siguen aquí".
jamp