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Los niños buscadores de oro en Ecatepec

A lo largo de dos kilómetros del río Cartagena se distribuyen los pequeños “gambusinos” a un costado del Circuito Exterior Mexiquense

Escrito en METRÓPOLI el

Hugo mete su mano en el agua pestilente del río Cartagena, busca piezas de oro o plata; su hermana Verónica lo acompaña, ella es más precavida, siempre que va al canal de aguas negras utiliza las botas de hule de su padre pero cumple con la misma tarea que otros niños y adultos: buscar metales preciosos.

Algunos se conforman con juntar cobre, fierro o desechos de autos desvalijados para venderlos por kilo. Pero Hugo, a sus ocho años, y Verónica, de 11, ya saben que lo más preciado es encontrar oro o plata.

"A veces encuentran cadenas, anillos, relojes u otras piezas de valor como pistolas, navajas o herramientas", platicó Amanda Fuentes, una vecina de la colonia Luis Donaldo Colosio.

Por ese río bajan todos los desperdicios que tiran los vecinos, incluyendo, colchones viejos, estufas, sillones y bultos con basura.

Incluso, bajan cadáveres de animales que son arrojados a las aguas negras.

Los niños y adultos que buscan metales ya están acostumbrados a ver los cuerpos putrefactos de los animales que corren por el río.

A lo largo de dos kilómetros del río Cartagena se distribuyen otros niños o adultos que para aminorar su búsqueda usa imanes que le quitan a las bocinas viejas.

Los imanes son amarradas a cuerdas o alambres y los lanzan al río para que capture todo tipo de metales.

Ahí no existe autoridad alguna. Los niños que buscan oro como "modernos gambusinos" viven en unas 50 casas que se apilan en un basurero a cielo abierto, ubicado a un costado del Circuito Exterior Mexiquense.

Sus padres se dedican a la recolección de basura por las colonias urbanas de Ecatepec y solo llegan por las tardes para "espulgar" los desperdicios y separar los materiales reciclables.

En "sus tiempos libres" por las tardes también se van a la orilla para tratar de pescar algún metal precioso.

"Muchas veces es cuestión de suerte, metes la mano y esperas hasta que topes con algún metal, otras veces tardas horas y horas y nada", dijo una mujer que también observaba a los niños Hugo y Verónica, buscar entre el agua pestilente.

Los vecinos estiman que en ese tramo del río Cartagena y el Circuito Exterior Mexiquense llegan a estar unos 20 niños, pero a veces solo hay dos como en esta ocasión.

Los niños "gambusinos" no están en alguna estadística, incluso, algunos de ellos no van a la escuela y prefieren buscar oro o plata en ese canal de aguas negras, en vez de estudiar.

Tampoco se van a los cruceros como limpiaparabrisas, tragafuegos o cómicos porque el río Cartagena les lleva lo que ellos quieren oro o plata "o lo que caiga", como ellos dicen.

RÍO CARTAGENA, UNA FOTOGRAFÍA DE LA POBREZA EXTREMA

Azucena Cisneros Coss, diputada local de Morena de Ecatepec, señaló: "lo que se ve en el río Cartagena es una fotografía de la pobreza extrema que se ve en este país".

Asimismo, es un problema muy complejo de injusticia social porque los niños que pescan metales tienen padres que se dedican a la recolección de basura en carreteras jaladas por burros o caballos.

"Es todo un círculo complejo de pobreza. Ellos viven sobre la orilla del río de aguas negras y en chozas provisionales, varios niños no van a al escuela y sus padres solo conocen esa forma de vivir", estableció la diputada electa por el distrito 8 de Ecatepec.

Dijo que ni las autoridades del DIF Intervienen para darles un bienestar a esos niños que se dedican a pescar metales.

rgg