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Niño salva a sus compañeros de ataque de miles de abejas

Ángel Francisco, un menor de 15 años, se volvió el héroe de la colonia El Salvador, en Saltillo, Coahuila, al rescatar a sus hermanitos y a otros niños

Escrito en ESTADOS el

Saltillo (La Silla Rota).- Ángel Francisco, un menor de 15 años, se volvió el héroe de la colonia El Salvador, en Saltillo, Coahuila, al rescatar a sus hermanitos y a otros niños de la escuela Eloy Dewey de un ataque de miles de abejas. 

El joven veía televisión en su casa cuando escuchó el alboroto que había en la calle. Salió a ver qué era lo que pasaba. Vio que niños corrían de un lado a otro en la escuela y sin saber qué era lo que pasaba, sólo atinó a pensar en sus hermanitos. Cruzó la calle sin pensar para ponerlos a salvo en casa. 

Al ingresar a la escuela, el panorama lo asustó, pero no lo amedrentó. Con la mirada buscaba a sus hermanos, mientras otros niños huían despavoridos de las abejas y otros más lloraban por los piquetes recibidos. 

“Al pasar por la Dirección vi dos niños llorando y los profesores no hacían nada, sólo los veían. Yo llegué pero iba por mis hermanos. Me conmovieron los niños y los tomé, abrí un salón y los metí. Me fui corriendo por mis hermanos”, contó.

Una vez que sus hermanos estaban seguros en su casa, Ángel Francisco regresó a la escuela para poner a salvo a más niños, quienes se encontraban desconcertados, con miedo y con cientos de abejas atacándolos.

“Nomás sentía los piquetes, pero no le di mucha importancia. El llanto de los niños me obligaba a continuar sacándolos”, dijo el menor que fue picado en la cara, cuello y piernas, y quien reclama el actuar de los docentes.

“Las maestras tenían los salones cerrados. En el salón de mi primo los dejaron salir y eso fue peor. No debieron dejarlos salir, los picaron más”, agregó.

Ante una situación de pánico así, dijo el menor, los maestros no están capacitados para atender la contingencia.

“Los niños sufriendo entre las abejas y los maestros no sabían ni qué hacer. Ellos adentro de los salones con la puerta cerrada”, relató Ángel Francisco Sánchez Arredondo.

Ya eran miles 

Édgar Eduardo cursa cuarto grado. Su oreja derecha sufrió de inflamación por las picaduras de las abejas. Comentó que se encontraban en su salón realizando una actividad cuando la maestra se percató de la entrada de una abeja al salón, tomó un cuaderno y la mató. Sin embargo, a los segundos el salón estaba infestado de estos insectos.

“Nos dijo ‘sálganse, córranle’, y todos salimos corriendo. Afuera había más y corrí de nueva cuenta al salón, pero me resbalé, me levanté y fui por unos cuadernos para matarlas, mis compañeros también agarraron cuadernos”.

Él asegura que los pequeños hubieran estado seguros dentro del salón, no obstante, indicó, la maestra dio la instrucción de salir, y fue ahí cuando el miedo lo hizo su presa al ver la cantidad de abejas que volaban en el patio. 

Édgar sintió al escuchar zumbar tan cerca a los insectos y tenerlos pegados en su cuerpo, pero como pudo intentó a toda costa apartárselos. Le cuentan entre 6 y 10 picaduras.

“Me duele poquito. No tengo miedo de que vuelva a pasar, yo sí quiero venir a la escuela, pero nos dijeron que hasta el lunes vamos a regresar normal”.

Insecticida

César Obregón vive en la calle Ágata, número 345, frente a la escuela Eloy Dewey desde hace dos años, y descartó que durante ese tiempo algo similar se había presentado. 

Su esposa coincidió en que nunca había visto un ataque igual. “Nunca había visto algo así. Ayer, se vio muy feo, se escuchaba que gritaban los niños, todos corriendo”, explicó. 

Ella relató que al salir de la casa notó a un albañil que caminaba de un lado a otro, desorientado, y sin saber qué hacer. Le hablaron con la finalidad de quitarle las abejas que traía en su cuerpo. 

Estaba envuelto en una sábana, tapizado de abejas. Ante la urgencia, le pidieron que cubriera sus ojos y cara porque le rociarían insecticida. Al ver que presentaba más de 100 picaduras, fue trasladado a la Cruz Roja. 

Llevaba más de tres semanas trabajando en la construcción y rehabilitación de la escuela. Ayer estaba por terminar su jornada laboral cuando Pablo Castro fue atacado.

Durante las vacaciones, un grupo de albañiles y ayudantes trabajaron en la construcción y rehabilitación de la escuela ubicada en la colonia El Salvador. Un arquitecto, dos maestros albañiles y tres ayudantes resultaron con picaduras.

Castro relató que eran casi las 18:00 horas del miércoles cuando un compañero pasó corriendo y detrás de él todo un enjambre de abejas.

“Parecía película de terror. Andábamos muy asustados corriendo para allá y para acá”, relató.

En su desesperación al sentir los piquetes, corrió a los baños portátiles que fueron colocados en el patio trasero del plantel buscando refugio, pero a pesar de cerrar las puertas, los insectos se metían y buscaron clavar su aguijón.

“Entre la corredera, alguien me echó agua, me mojaron, pero fue peor. Una señora me dio una sábana, me envolví, hasta que el señor de enfrente me auxilió”.

El albañil aseguró que todo empezó porque cuatro niños torearon las abejas de un agujero en la pared del arroyo que colinda con la escuela. Al aventarles piedras, salieron volando y fueron a la escuela.

Con información de zócalo