CHARLAS CON LA SILLA

Extorsión, principal obstáculo para que pymes crezcan: Luis de la Calle

El economista aseveró que es una situación trágica, porque a las empresas las limita en su incremento de la capacidad de generar valor y hace que el país crezca menos de lo que pudiera expandirse

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La extorsión se ha convertido en el principal obstáculo que inhibe el crecimiento de las pequeñas empresas en México, aseguró Luis de la Calle, director general De la Calle, Madrazo, Mancera (CMM).

“Toda la gama de posibilidades de extorsión que existen, se convierte en un poderoso incentivo para no crecer, eso es trágico para estas empresas, porque las limita en su incremento de la capacidad de generar valor, pero es catastrófico para el país, porque hace que el país crezca menos de lo que pudiera crecer”, expuso el economista en entrevista con La Silla Rota.

Aseveró que el nivel de extorsión ha registrado un crecimiento exponencial a lo largo de todo el país, en donde la gran mayoría de las pequeñas empresas ha sufrido de esta problemática.

“Toman una decisión consciente de que más vale estar abajo del radar, que arriesgarse al crecimiento, a explorar nuevos mercados, a la generación de valor o a buscar nuevos socios.

En la plática, al respecto del inicio de la Cuarta Temporada de La Tajada del pastel, director general De la Calle, Madrazo, Mancera (CMM), sostuvo que las cifras de la extorsión son muy complicadas de cuantificarse, pero sí ha provocado que la economía no alcance un mayor potencial de expansión.

“No es posible medir exactamente (el costo de la extorsión), pero en México es un fenómeno que se ha expandido”, sostuvo.

Agregó que la extorsión le quita al país montos muy importantes de inversión, en donde al invertir menos la economía se expande menos y desinhibe la mejora de las empresas.

“Entonces el principal costo que existe en materia de extorsión es que se vuelve en un inhibidor muy importante de la innovación, de la inversión, del crecimiento de las empresas, porque muchos negocios prefieren permanecer pequeñas que arriesgarse a ser sometidas a una extorsión más importante”, detalló.

¿En la normalidad?

De la Calle sostuvo que, para muchos empresarios o hogares mexicanos, la extorsión ya es considerada como normal, ya sea una cuota o pagos adicionales.

“Dar una cuota adicional o dar una propina muy generosa lo consideran como una cosa normal. Y no es normal, es decir, en una economía moderna civilizada, pues esas cosas no suceden”, expuso.

Ejemplificó que los empresarios para tener acceso a la central de abastos, a lo mejor tienen que dar una propina, una situación que lo ven como si fuera una cosa normal y no lo es.

Añadió que con el libro “La economía de la extorsión, el lastre que despoja a México” y ahora con la serie de podcasts, se deben levantar las antenas del mexicano promedio de que hay ciertas cosas en las que más o menos acostumbrados, que no son normales y que debemos reconocer como actividades de extorsión y que sería bueno comenzar a desechar.

Principal crimen

El director general De la Calle, Madrazo, Mancera (CMM) aseveró que las familias mexicanas identifican la extorsión como uno de los principales crímenes que a los que se ven sometidos.

“Obviamente hay una gran cifra negra, porque la gente tiene temor de denunciar no solamente por las repercusiones que pueda tener una denuncia, sino porque también perciben que la propia autoridad es fuente de extorsión.

Pero, además, aseveró, hay poca voluntad o renuencia para la denuncia, porque se tiene una estimación de que los resultados de la impunidad son tan altos que probablemente la denuncia acabe siendo no muy útil para resarcir los daños que haya podido causar.

Expresó que la abrumadora mayoría de las empresas en México, particularmente las pequeñas o medianas, han sufrido algún tipo de extorsión

No todas son iguales

De la Calle dijo que no todas las empresas sufren el mismo nivel de extorsión, ya que a mayor tamaño es una compañía, es menor la problemática.

Aseguró que las grandes empresas también son objeto de extorsión, pero en menor medida.

Las empresas muy grandes tienen ciertas ventajas que los protegen en términos relativos a la extorsión. “La primera de ellas es, por supuesto, su marca, o sea, una gran marca, pues tiene cierta aura de protección porque la gente respeta las marcas”.

En el caso de las empresas internacionales, tienen un nivel adicional de protección, porque, el extorsionador piensa que la empresa multinacional está impedida legalmente, en sus propios países, para caer en un acto de extorsión que puede ser considerado como un soborno.

Además, las empresas muy grandes tienen un cierto nivel de protección porque están verticalmente integrados en la distribución, desde los grandes camiones de transporte, el tren hasta las pequeñas camionetas que vemos por todo el país repartiendo productos de empresas verticalmente integradas.

“Entonces las grandes tienen la ventaja de ser grandes, de tener marcas, de ser más o menos inmunes, de tener sistemas de distribución verticalmente integrados y de tener, obviamente, pues capacidad de acceso al gobierno para quejarse con mucho mayor facilidad que una empresa pequeña”, expuso.

Puntualizó que las empresas pequeñas son más sujetas a la extorsión, en donde las que sufren con mayor frecuencia son aquellas que empiezan a tener éxito.

“Las empresas pequeñas que tienen poco éxito o están en la informalidad generalmente enfrentan un extorsionador de ventanilla única que los protege, pero cuando empiezan a expandirse y quieren explorar un mercado nuevo, asociarse con un socio que les permita crecer, expandirse, probar nuevos productos o formalizarse. Ahí es donde las posibilidades de extorsión suben y por ello algunas empresas pequeñas, no muchas, prefieren quedarse más pequeñas que arriesgarse a crecer y ser extorsionados”, enfatizó.

El principal obstáculo que existe en México para un crecimiento sostenido, para tener una economía más exitosa, es la extendida extorsión, concluyó Luis de la Calle.

Contexto: la cuarta temporada forma parte del libro que escribió Luis de la Calle, durante la pandemia, denominado La economía de la extorsión, el lastre que despoja a México.

En diversas regiones de México, transportistas, comerciantes, ganaderos, madereros, productores de aguacate y limón, entre otros, están siendo "asfixiados" por el "cobro de piso" o extorsión.

Grupos del crimen organizado, les exigen fuertes sumas de dinero para permitirles trabajar, a menudo bajo la mirada indiferente de las corporaciones policíacas estatales, la Guardia Nacional (GN) y el Ejército.

Estos extorsionadores, que afirman pertenecer a diversos cárteles de la droga, actúan con impunidad frente a las autoridades que, por disposiciones presidenciales, no tienen autorización