Narendra Modi, quien se hace llamar el vigilante de la India, confirmó hoy su rotunda victoria electoral al finalizar el recuento y conseguir 303 escaños de un total de 542, un triunfo que deja al opositor Partido del Congreso, de la dinastía Nehru-Gandhi, con solo 52 puestos.
La victoria del gobernante BJP, con cerca del 60 % del control de la Lok Sabha (cámara baja del Parlamento), conforme al escrutinio de la Comisión Electoral de la India, representa una de las mayores victorias en una reelección en el país, lo que supone además un profundo respaldo al partido de Modi para que siga el proceso de reformas que comenzó cuando llegó al poder en 2014.
Con esta mayoría, superior a los 272 escaños necesarios para formar gobierno, el BJP puede asumir el control del Ejecutivo de nuevo en solitario y mejora su triunfo en los anteriores comicios, cuando obtuvo 282 puestos.
Con sus aliados, la formación conservadora ronda los 350 escaños y una holgada capacidad de maniobra para el nuevo gobierno.
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La formación nacionalista demostró con estos resultados cómo ha ido ganando terreno incluso en lugares en los que su presencia era casi simbólica, como en el estado de Bengala, antiguo bastión de la izquierda, en el que se hizo con 18 de los 42 distritos parlamentarios de la región, frente a los dos puestos conseguidos en 2014.
En el estado de Uttar Pradesh, el más grande de la India, el BJP consiguió más de la mitad de los 80 escaños que tiene esta región en el Parlamento, pese a haberse enfrentado a la alianza de las potencias regionales del Partido Samajwadi (SP) y el Partido Bahujan Samaj (BSP).
Para el histórico Partido del Congreso, la mayor formación opositora del país, la leve mejoría de 8 escaños respecto a los 44 de 2014 representa una derrota incluso más dolorosa que la de los anteriores comicios, ya que en esta ocasión todos esperaban un avance mayor, ante el posible desgaste del primer mandato de Modi.
Esta fuerza política, que ha gobernado la India durante más años que ninguna otra, ha tenido que hacer frente además a la derrota de su líder, Rahul Gandhi, en Amethi, una de las circunscripciones baluarte de la dinastía Nerhu-Gandhi.
Incluso sumando todos sus aliados, los opositores no superarían el 20 % de los parlamentarios.
Con más de 900 millones de electores habilitados, y una participación que superó el 60 %, la India se ha vuelto a erigir en estos comicios como la mayor democracia del mundo.
cmo