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Zulema, la mujer que asesinaron por amar a “El Chapo”

En una época donde no había penales para mujeres, Zulema conoció al capo en Puente Grande, donde se enamoraron y siguieron en contacto tras su fuga en 2001

Escrito en NACIÓN el

El escenario era atroz, dos cuerpos sin vida colocados en la cajuela de un automóvil. Uno de ellos era mujer, fue la que más signos de brutal tortura registró: estaba con la cabeza y los pies envueltos en plástico, con marcas de haber sido asfixiada, señales de abuso sexual y al menos seis marcas realizadas con navaja en glúteos, senos y abdomen con la marca de sus agresores, la letra Z.

Esta Z representaba a los Zetas, aliados de los Beltrán Leyva, cártel en guerra a muerte con “El Chapo”.

La fémina asesinada aquel 17 de diciembre del 2008 era Zulema Hernández, una de las tantas mujeres que Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, conoció cuando estaba recluido en el penal de Puente Grande, Jalisco.

La vida criminal de Hernández estuvo marcada desde pequeña. Ella provenía de un núcleo familiar incompleto y desintegrado: Su madre era inestable y hostil, su padre nunca estuvo con ella.

Uno de los registros referentes a ella, señala que Zulema era exhibicionista, extrovertida, manipuladora y demandante, esto a causa del abandono familiar temprano, mismo que lo llevó a juntarse con grupos criminales ante la necesidad de aceptación.

La vida criminal de Hernández derivó en su detención en 1998. Fue recluida en el Reclusorio Oriente, ya que en esa fecha no existían los reclusorios para mujeres.

La detuvieron acusada de asalto y secuestro, con una pena de 35 años.

Durante su estancia en el penal, Zulema se habría ganado la confianza de los guardias de seguridad e incluso de la directora del reclusorio.

Cuando fue detectado el vínculo entre autoridades penitenciarias y Hernández, el gobierno de la Ciudad de México la envió al Centro Federal de Readaptación Social Número 2 de Puente Grande, Jalisco, en enero del 2000.

En Puente Grande conoció a “El Chapo”, donde se convirtió en la compañía preferida del capo del Cártel de Sinaloa.

Zulema y Joaquín compartían la cama en prisión, a causa del control que “El Chapo” tenía sobre las autoridades carcelarias.

EL cariño que ambos compartían se evidenciaba en las cartas que Guzmán Loera enviaba a Hernández.

Sin embargo, el amor no duro mucho, en 19 de enero “El Chapo” se escapó de Puente Grande y abandonó en el penal a Zulema, quien tras la fuga fue trasladada a otro penal.

Pese a la sentencia de 35 años que cargaba Hernández, salió libre en 2003. Zulema habría sido liberada con el fin de que Guzmán Loera lo contactara y así recapturarlo.

Libre, Hernández volvió a los pasos de la delincuencia, en esta ocasión incursionó en el narcotráfico.

Un año después volvió a ser detenida por formar parte de la estructura como enlace de Patricia Buendía, “La MaBaker”, principal responsable de la distribución de droga al menudeo en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, así como de la compra de policías de todos niveles y del asesinato de algunos de ellos.

En su teléfono encontraron algunos mensajes de un contacto identificado como "Durango", que según las autoridades se trataba del mismísimo Joaquín Guzmán.

Uno de los mensajes enviados por Guzmán Loera decía:

“MUA YO LO UNICO KE CINCERAMENTE TE PUEDO DECIR ESKE ME ESTREMESCO Y MI PECHO SUENA FUERTE CUANDO LEO E OIGO DE TI CHIKITA YO PODRIA MENTIRTE PERO CINCERAMENTE NO ES MI ESTILO ME GUSTAS ME ATRAES Y TEMEMETISTE EN LO MAS PROFUNDO DE MI Y ESO ES LO KE NO MEJA EN PAZ CADA ISTANTE PIENSO ENTI (sic)”

Otro más escribe:

“NEGRA ENVERDAD LE PIDO A DIOS KE TE CUIDE A TI Y AMI TAMBIEN PARA ESTAR JUNTOS Y HACER CUALKIER COSA KE SE ANTOJE (sic)”.

Por ello, la DEA se acercó a Zulema para que fuera testigo protegido, pero no se dio, aun no se sabe si porque no quiso o porque no tenía información al respecto.

En 2006, dos años después de su segunda detención, fue puesta en libertad.

De acuerdo con la periodista Anabel Hernández, la relación con Guzmán Loera no fue siempre un paraíso para Zulema, ya que después de una pelea entre ambos, “El Chapo” aceptaba que otros reos abusaran sexualmente de la prisionera, lo que le provocó daños mentales severos.

Anabel Hernández detalla que incluso, cuando Zulema estaba en su celda y pasaba cualquier celador o persona, ella abría sus piernas.

Lo anterior, precisa la periodista, se encuentra en expedientes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). 

El artículo original publicado en SinEmbargo.mx