En un acto que deja de lado la austeridad, el Senado de la República trabaja a marchas forzadas en obras de remozamiento.
Se prevé que los senadores ya no caminen en 2020 por alfombras en la Cámara alta, pues a partir del 1 de febrero próximo, en el arranque del periodo ordinario, caminarán sobre losetas en toda la sede parlamentaria.
El nuevo Senado fue inaugurado apenas en 2013 y sólo 7 años después tiene su primera remodelación que contempla también estrenar arcos y cámaras de seguridad.
Según datos de Reforma, unos 25 trabajadores avanzaban en las obras en pleno día de asueto navideño e, incluso, en el muro de madera que circunda el primer nivel del inmueble, sobre el Patio del Federalismo, se aprecia una manta con la leyenda: “Mejorando la imagen del Senado”.
Se prevé que en ese piso se coloquen cientos de plantas de ornato en las áreas verdes.
En el Patio del Federalismo, albañiles con máquinas remueven el piso para colocar una profusa capa impermeabilizante; otros quitan la pintura con sopletes.
Otra de las acciones es quitar los conductos de aire acondicionado porque hacían “mucho ruido”. Además, se cambiarán las pantallas y sistemas de registro dactilar de los 128 senadores.
En materia de gastos, Reforma reporta que desde septiembre, el Senado había erogado al menos 26.5 millones de pesos para tapar las goteras que desde la apertura del recinto, en 2013, molestaban tanto a legisladores como al personal. De acuerdo con un diagnóstico elaborado por la Secretaría General de Servicios Administrativos, había filtraciones en el Patio del Federalismo, en el hemiciclo, en la Torre de comisiones y hasta en el pleno.
lrc