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Venezolanos no confían en mesa de diálogo en México: expertos

El 80% de los venezolanos cree que se va a llegar a nada en la mesa de diálogo en México

Escrito en NACIÓN el

Mientras en México comenzaron las mesas de negociación entre el gobierno de Venezuela, que encabeza Nicolás Maduro y su opositor Juan Guaidó, los venezolanos no confían en que ésta llegue a buen fin. Así lo explicó Miguel Otero, director del periódico El Nacional en aquel país.

"El 80 % de los venezolanos cree que se va a llegar a nada", señaló en entrevista con La Silla Rota, "la popularidad de Maduro no llega al 10%, como tampoco llega al 10 % la de los partidos de oposición. El 80 % de los venezolanos no cree en este diálogo".

Y es que, en los últimos años, Venezuela intentó entablar mesas de negociación internas que no alcanzaron ningún resultado, incluso, pese a que la comunidad internacional participó en algunas de estas y se hizo, supuestamente, con voluntad política.

En total, se han celebrado seis mesas internacionales en las que participaron, entre otros, el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el Grupo de Lima; pero, así como ahora se realiza en México, antes fue en República Dominicana y en Barbados.

"Y nunca llegan a nada, pero Maduro sí gana tiempo para negociaciones", subrayó el periodista. En esta ocasión, destaca Otero, la diferencia radicará en el papel que juegue Estados Unidos.

LOS INTENTOS ANTERIORES

Desde 2014, Venezuela ha participado en seis mesas de diálogo con la oposición, delante de terceros, después de la muerte de Hugo Chávez, en 2013.

La primera se realizó en Venezuela, enero 2014. Fue la Conferencia Nacional por la Paz y la Vida, convocada por dirigentes de oposición y el sector empresarial. Se pretendió firmar una declaración de no violencia y los partidos de oposición se dividieron. Intervinieron Colombia, Ecuador y Brasil como intermediarios. En mayo de ese año se levantó el diálogo.

En 2016, se convocó la segunda mesa en República Dominicana. Gobierno y opositores se reunieron. El Papa Francisco envió una carta a Nicolás Maduro para pedir su presencia en el diálogo; se sumaron, también, los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Leonel Fernández, de República Dominicana; y Martín Torrijos, de Panamá.

Maduro dio largas por varios meses para confirmar su participación, pero no se concretó. En enero 2017, se consideró que la mesa había sido un fracaso.

En septiembre de ese 2017, de nuevo en República Dominicana, se convocó a la tercera mesa. Ambas partes se reunieron en Santo Domingo y se sumaron representantes de México, Chile, Bolivia y Nicaragua como observadores.

Conversaron por tres meses y, en enero 2018, Maduro se levantó de la negociación tras acusar filtraciones de información. Sus opositores afirman que, en realidad, Maduro no tuvo intenciones de destrabar el conflicto. México se retiró de esa mesa.

A finales de enero de 2018, se convocó a una cuarta mesa. De nuevo, ambas partes se reunieron en Santo Domingo, pero no se avanzó en ningún acuerdo. Chile siguió los pasos de México y se retiró. El 6 de febrero se convocó a la firma de un convenio, pero la oposición no acudió.

Se considera que la quinta mesa de diálogo tuvo lugar en febrero 2018, cuando Nicolás Maduro firmó un “Acuerdo de paz y convivencia pacífica” y anunció elecciones en abril; aunque finalmente, estas no se realizaron.

A partir de 2019, se han realizaron diversos llamados al diálogo: mandatarios de México, Uruguay, el Papa Francisco, el secretario general de la ONU, António Guterres. Sin embargo, esta no se concretó porque Estados Unidos rechazó entablar un diálogo que permitiera a Maduro continuar en el gobierno.

La sexta sucedió en julio 2019, en Barbados con representantes del gobierno de Nicolás Maduro y del llamado gobierno opositor, de Juan Guaidó. Maduro se retiró de ésta al recibir nuevas sanciones de Estados Unidos. El diálogo se dio por terminado

La séptima mesa se instaló esta tarde en el Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México, y tendrá una duración de tres días. En la misma, participarán Jorge Rodríguez, jefe de la Delegación del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela; Gerardo Blyde, jefe de la Delegación de la Plataforma Unitaria de Venezuela; y, como mediador, Dag Nylander, jefe del Equipo facilitador del Reino de Noruega.

"Para darle mayor peso y, entonces, generar mesas de diálogo, que sean más relevantes que una mesa local, se ha unido la comunidad internacional", comentó Miguel Otero, pero consideró que, también, se hizo con la finalidad de exhibir ante el mundo la situación real que atraviesa el país.

LO QUE VIENE

María Cristina Rosas, internacionalista de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) en la UNAM, consideró que los resultados de esta reunión son de pronóstico reservado, pese al tiempo que tiene organizándose ésta.

"El desencuentro entre la oposición y el gobierno de Maduro ya tiene mucho tiempo, es un proceso estancado. En los últimos años, ambas partes han dedicado tiempo a combatirse mutuamente en lugar de negociar. No han cuidado mucho las formas”, dijo.

No obstante, consideró que el intento de reactivar el diálogo entre ambas partes es positivo. "No espero grandes compromisos de las partes, pero sí que haya un diálogo. Que en esta negociación los temas ríspidos se queden al final y se avance en aquellos donde hay consenso".

Pía Taracena, analista internacional de la Universidad Iberoamericana, destacó que en esta la mesa de diálogo, lo que sobresale es la voluntad de Noruega. "Es importante que México sea la sede, pero sin exagerar que esto significa el regreso de México a la postura que jugó en otras épocas, porque, en realidad, es Noruega quién encabeza las negociaciones", dijo.

Destacó la cercanía de Venezuela a la realización de elecciones locales, así como presidenciales, donde en este momento se advierte que "Maduro no quiere bajarse de la silla", y por lo tanto, tampoco de las negociaciones.

"La preocupación mundial es que en Venezuela hay una crisis humanitaria muy fuerte. Creo que el propio gobierno de Maduro, al aceptar esta última mesa, quizás está buscando tener una salida porque la situación está muy mal; de lo contrario no hubiera aceptado", advirtió.

LA RELEVANCIA DE LA REUNIÓN

María Cristina Rosas aseguró que “es un inédito lo que estamos viendo”, por el peso que México tiene en la región latinoamericana, “pero si fracasamos en esto de Venezuela, será un golpe más para nuestra política exterior", dijo.

Miguel Otero consideró que lo que ocurre en Venezuela sí afecta al resto de los países de la región. "Este régimen es socio del narcotráfico, la cocaína que llega a Europa proviene de Venezuela; las alianzas de Maduro son con las fuerzas del mal, por eso hay una intención de la comunidad internacional de que Maduro salga ya", afirmó.

Ejemplificó que no es posible comparar está situación con lo que ocurre en Cuba porque, geográficamente, aquella es solo una isla, y las problemáticas en las fronteras de Venezuela afectan directamente a los países con los que coinciden en territorio.

Argumentó sus dichos con un dato concreto: en los últimos cinco años, seis millones de venezolanos dejaron su país; y que esto ha impactado en las naciones que los han recibido.

Otero agregó que el actual gobierno venezolano no ha desarrollado obra pública (carreteras, escuelas, hospitales, por poner sólo algunos ejemplos). "No han hecho nada, todo lo que tocan lo destruyen", señaló el periodista.

Aseguró, también, que la Organización No Gubernamental "Espacio Público" contabilizó en su país –tan sólo en 2020–, 9 mil 200 protestas populares de carácter apolítico. A esto se suman 8 rebeliones militares en las que 200 oficiales resultaron presos.

MJP