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Urzúa, bajo fuego de Romo y Buenrostro

La “estridente” carta de renuncia presentada por Carlos Urzúa puso de relieve las diferencias entre las autoridades de la 4T

Escrito en NACIÓN el

Ante la salida de Carlos Urzúa al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se ha señalado a Raquel Buenrostro, Oficial Mayor, así como a Alfonso Romo, actual jefe de la Oficina de la Presidencia, como los principales nombres no mencionados en la carta de renuncia presentada por el ahora extitular de la SHCP.

De acuerdo con el columnista Mario Maldonado, “la gota que colmó el vaso” fue la transición de facultades competentes de la Secretaría de la Función Pública (SFP), hacia la Oficialía Mayor de Hacienda, por orden presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

Entre las funciones en cuestión se encuentran el promover, diseñar, elaborar, celebrar, suscribir y administrar contratos con entidades y dependencias.

Dicha designación de tareas, argumentó Presidencia, se debe a la procuración de tener una “mejor organización del trabajo y agilizar el despacho de los asuntos competencia” de la SFP. 

"Este lunes, Urzúa habría tronado contra el Presidente, quien en ocasiones pasadas lo había desacreditado públicamente, lo que, para un hombre de mecha corta como él, era decir mucho", expone Maldonado en 'Historias de NegoCEOS'.

La carta de renuncia de Urzúa, recuerda a la de Germán Martínez, quien dimitió como director general del IMSS el pasado 21 de mayo, donde se acusa a Buenrostro de ser una “injerencia perniciosa y poner en riesgo la prestación de servicios de salud que tiene el Seguro Social”.

Por su parte, Raymundo Riva Palacio en su columna para El Financiero, resalta la constante confrontación entre Alfonso Romo y Carlos Urzúa. 

“La carta de renuncia de Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda es una denuncia”, así arranca la edición de este miércoles de ‘Estrictamente Personal’

Posteriormente, pone de relieve que “el único conflicto de interés (una de las razones expuestas en la carta de Urzúa) ‘patente’ entre su función de gobierno y sus negocios es de Romo, un empresario e inversionista a cargo de la relación con empresarios e inversionistas”. 

Además de que la “imposición” de funcionarios sin conocimiento en la Hacienda Pública se pudieron referir a los nombramientos hechos por Romo en los bancos de desarrollo, así como de la directora del Sistema de Administración Tributaria (SAT), Margarita Ríos-Farjat. 

“Una abogada neoleonesa que para poder asumir el cargo se tuvo que cambiar los requisitos. No fue la única cabeza de playa que sembró en el territorio de Urzúa”, puntualiza el texto de Riva Palacio.

“Una de las principales razones de su molestia era cómo lo había reducido el presidente, al convertir al secretario de Hacienda en un jefe de compras gubernamentales y no en el funcionario que debería de estar atendiendo y cuidando a los mercados. Su papel de guardián de la disciplina fiscal lo cumplió con creces, pero su papel dentro del gran concierto estratégico interno estaba disminuido”.

El columnista apunta que se prevé que Romo seda la Oficina de la Presidencia a Julio Scherer, quien hoy en día es consejero jurídico de AMLO. “Bajo esta óptica, la salida de Urzúa no es perjudicial, como ha sido la primera lectura, al ser resultado de una lucha interna donde predominó aquel que ha insistido al presidente en la necesidad de cuidar a los mercados y al sector privado”.

Bajo este tenor, Riva Palacio considera que el nombramiento de Arturo Herrera como sucesor de Urzúa “refuerza el procedimiento estratégico del presidente”.

“Si López Obrador aceptó la renuncia a Urzúa es porque no iba a cambiar su modelo de operación. Herrera tendrá que seguir haciendo ajustes al gasto público, recortando la nómina del gobierno y hurgando en los dineros públicos para reforzar la capitalización de Pemex y armar un buen plan de negocios. No va a tener problemas con él”, concluye.


djh