Aunque septiembre es el mes patrio, cuando más orgullo se siente de ser mexicano, a los habitantes de tierra azteca nos encanta ponerle sabor a nuestros platillos. Comer con una buena salsita hace toda la diferencia en nuestro día.
Desde la que no pica hasta la más brava, cada rincón de México tiene sus propias recetas para las salsas. En algunos lugares se asan los ingredientes, en otros se muelen crudos o se usan secos, y en unos más se usa la licuadora o molcajete.
En La Silla Rota te compartimos de qué están hechas algunas de las salsas favoritas de los mexicanos, así como su nivel de picor en este “picómetro”, generado por la aplicación de idiomas Babbel, en su “Guía maestra de salsas mexicanas”.
PICO DE GALLO
¿Un taquito de chicharrón? No puede faltarnos el tradicional pico de gallo, que no es otra cosa que la mezcla entre jitomate, cebolla, cilantro y chile jalapeño o serrano, todo bien picado y curtido en limón.
Con esta salsa nos reconocen internacionalmente y sus ingredientes, generalmente, no varían mucho en cada región del país. Sin embargo, se sabe que su sabor consiste mucho en la mano que lo prepara.
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SALSA VERDE
Es la salsa que nunca falta en una mesa mexicana. Chiles jalapeños o serranos, tomate verde, ajo, cebolla y cilantro; molcajeteada o en la licuadora; cruda o asada... mmm. Esta salsa puede ser muy líquida y con un saborcito ahumado, o espesa y bien picosita, pero lo que no falla es que acompaña muy bien cualquier preparación tradicional mexicana.
Donde, definitivamente, no puede faltar es en la barra o en las mesas de cualquier taquería, pues al taco que sea le daun toque de acidez y sabor inigualable.
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GUACAMOLE
Pese a usar casi los mismos ingredientes que la salsa verde tradicional, el guacamole consiste en agregarles aguacate, para darle una textura cremosa, restarle algo de picor, pero sumarle ¡mucho sabor!
El aguacate no solo es el rey de la botana en México, sino que, en el mundo, es reconocido como un aderezo natural y delicioso. En nuestro país se come con tacos y totopos, y en otros países hasta con panes tradicionales de esas regiones. Sin duda, una joya de México para el mundo.
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SALSA ROJA
Mesa mexicana, puesta para comer, que se respete tiene que contar con una salsita roja bien picosita. Esta se prepara con jitomate, cebolla, ajo, cilantro y chiles serranos rojos. Suena similar a la salsa verde, pero estos chiles pican un poco más, así que ¡ten cuidado!
La misma salsa puede prepararse con chiles de árbol, esa es la versión preferida por los taqueros y para las preparaciones callejeras, conocidas como “garnachas”.
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SALSA BORRACHA
¿Una salsa preparada con cerveza? Mmmm… ¡no nos tienen! A los mexicanos nos encantan las preparaciones que impliquen un poco de “piquete”, y qué mejor que una salsa borracha para acompañar una carnita asada o platillos de fiesta. Esta se prepara con tomate, chile pasilla, ajo (todo esto asado) y cerveza.
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SALSA TAMULADA
Esta salsa de chile habanero es la reina de las salsas, por ser la más picosa. No tan común en el centro del país, pero suele suplir a alguna de las salsas anteriores. Para hacerla se muelen varios chiles habaneros y se agrega jugo de naranja para darle consistencia de salsa. Puede ser verde, roja o café, dependiendo del color de los chiles, pero se distingue por ser más líquida y transparente que el resto.
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