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Una breve historia del neoliberalismo, con Carlos Urzúa

En su columna de este lunes, el exsecretario de Hacienda de AMLO retoma el origen del término que actualmente en México suele usarse como un insulto

Escrito en NACIÓN el

El exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, publicó este lunes una primera entrega de lo que supone ser una breve historia del término “neoliberalismo”, mismo que en tiempos de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México se ha convertido en una suerte de insulto hacia la oposición.

“Han vuelto a México los tiempos políticos de la incontinencia verbal. Aunque ahora los insultos son menos metafóricos, por calificarlos de alguna manera, que antes. Los dedos flamígeros ya no señalan, por ejemplo, a los ‘emisarios del pasado’, como hacían los dedos índice de tantos políticos que en su tiempo le rindieron pleitesía a Luis Echeverría Álvarez. Los políticos de hoy, muy atentos a lo que dice el presidente, se limitan a incriminar a sus opositores con una sola palabra: ‘neoliberales’”, escribió Urzúa para El Universal.

Después de augurar que para 2024 la economía nacional puede ser “tan neoliberal como lo fue en 2018, si no es que más”, el ahora profesor titular del Tecnológico de Monterrey comenzó con un recuento histórico sobre el surgimiento del término:

Basado en el libro Historia mínima del neoliberalismo, editado y publicado en 2015 por El Colegio de México, el exfuncionario apunta que el liberalismo económico surge a finales del siglo XVIII y vive su apogeo durante la primera década del XX. En el marco de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) comienza su debilitamiento, y concluyó para 1930, un año después del inicio de La Gran Depresión. 

La explicación a esta crisis económica que tuvo lugar en 1929 fue una falta de correspondencia entre el aumento de la producción y el consumo, a lo que se sumó el error de no incrementar el gasto público.

Por su parte, el expresidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, en 1933 implementó el llamado “New Deal”, cuya injerencia pública permitida al gobierno se reflejó en nuevas regulaciones financieras, leyes laborales y mayor gasto en infraestructura. 

Este último derivó en mayores tasas impositivas, las cuales llegaron a 63% para finales de los 30’s y que hasta la década de los setenta no bajó del 70%.

Para concluir, Urzúa enfatiza que dicho fortalecimiento a la hacienda pública se replicó en Canadá y Europa, pero no en América Latina, “y sobre todo no en México. Aunque hubo a principios de los sesenta un intento fallido de una gran reforma tributaria”.

djh