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Ubica FGR puntos de robo y mercado negro de medicamentos

La FGR aún trabaja en conocer las rutas exactas que siguen los medicamentos robados; tiene conocimiento de que se comercializan en ciudades medianas y grandes del país

Escrito en NACIÓN el

La Fiscalía General de la República indaga varias redes de robo y comercialización de medicinas en México, afirma Óscar Santiago Quintos, titular de la Oficina Nacional de Políticas de Drogas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), de la FGR.

En entrevista con LA SILLA ROTA, Santiago Quintos detalla que han identificado dos corredores importantes en los que se cometen con mayor frecuencia esos delitos y cuáles son las principales ciudades en donde se venden.

Descarta que cárteles de la droga estén involucrados en el robo de medicinas, pero advierte que sí coinciden en algunos puntos de venta.

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Uno de los puntos de robo de medicinas, según información disponible a la que tuvo acceso este medio, está en el Bajío (Guanajuato y Jalisco) y otro entre Puebla y Veracruz, debido a que en esa región se ubican instalaciones de laboratorios de producción de medicamentos.

Informa que aún trabajan en conocer las rutas exactas que siguen los medicamentos robados, pero tienen conocimiento de que se comercializan en ciudades medianas y grandes del país.

Reportes consultados señalan que entre las principales metrópolis donde se comercializa lo robado están Guadalajara, León, Ciudad de México y Puebla. De hecho, se corroboró en un tianguis de Iztapalapa la facilidad con la que se pueden comprar medicamentos sin receta.

Óscar Santiago Quintos alerta en la entrevista que también han identificado medicamentos falsificados, principalmente el fentanilo que se vende de manera similar a la oxicodona.

La adquisición de estos productos pone en grave riesgo la salud de la población, por eso combatir los crímenes farmacéuticos es una de las prioridades de la FGR, señala Santiago Quintos.

¿Cuáles son los principales riesgos que enfrenta el sector farmacéutico en México?

Asegurar su producción y que esos medicamentos lleguen con esos estándares de calidad al usuario. Dentro de ese desafío se enfrenta a grupos que se dedican al robo de estos medicamentos y a la venta ilegal de los mismos.

¿Ha aumentado el robo de medicamentos en los últimos años?

Sí, ha habido un incremento en los canales de distribución, en algunas de las carreteras, en corredores. Hay una mesa de trabajo entre la industria farmacéutica y la FGR para entender cómo está operando este fenómeno, estudiarlo y sobre todo dar todos los elementos necesarios en las áreas de investigación, en conjunto con la industria farmacéutica, para que se pueda romper de manera eficiente toda la cadena delictiva de robo de medicamentos.

La propia industria nos ha hecho saber un incremento considerable en cuanto a pérdidas relacionado al robo de medicamentos.

¿Han detectado un modus operandi?

Normalmente se da en caminos abiertos, en ciertos tramos de carreteras, en donde se dan las condiciones necesarias para que ocurran este tipo de robos o de actividades ilícitas.

¿Cuáles son los principales lugares donde se comercializan estos medicamentos?

En realidad se comercializan en donde existe un mercado que requiere ese tipo de medicamentos, se da principalmente en ciudades. De entrada sí tienes un desplazamiento de donde ocurre el lugar o la incidencia a donde son comercializados hacia el usuario final.

¿Hay algún grupo delictivo vinculado con el robo de medicamentos?

Con el robo de medicamentos hay varios grupos que se dedican a esto, sobre todo en estos dos corredores que les comentaba.

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¿Hay algún cártel que esté metido en este tema?

Con medicamentos, no tenemos suficiente evidencia sobre eso. Del robo de medicamentos, la comercialización que se ha mencionado en esas ciudades, no. Sí (hay) grupos organizados.

Más bien los grupos organizados de delincuencia organizada transnacional aprovechan o están más enfocados hacia la producción ilícita de drogas y lo hacen a partir de traer de manera ilegal algunos precursores.

Se ligan en la parte de distribuciones y quizá en algunas áreas en donde no hay suficientes controles para evitar la comercialización de cualquier sustancia, ya sea un medicamento o una ilegal.

¿Estamos hablando de una red de robo y venta de medicamentos?

Sin duda hay varias redes. Hay quienes se dedican a interceptar a estos vehículos que traen medicamento, que llevan a cabo el robo, después la transportación hacia ciudades medianas o grandes y luego la distribución final. Sin duda se vuelve un link de varios actores que intervienen para la distribución final.

¿La venta de medicamentos también se da a través de redes sociales?

La Fiscalía lo que trata de hacer es no sólo particularizar un evento, sino verlo de manera integral. Vemos nuevas formas de producción de drogas ilegales o de algunos medicamentos y la comunidad internacional ha puesto especial énfasis en la utilización de internet, de algunas redes sociales, para venta y comercialización tanto de drogas ilegales como de medicamentos robados.

Sin duda es uno de los retos, el crimen organizado transnacional ha evolucionado y también ha utilizado estos medios de transmisión masiva de comunicación para llevar a cabo sus fines ilegales.

Sin duda la comercialización de productos robados (es un reto), se venden en las redes sociales, eso no es excluyente para el grupo de medicamentos, aunque, por ejemplo, en México ningún medicamento puede ser transportado vía web.

La transacción sí, desde luego, porque ahí aprovechan el anonimato que les da esa red social, pero la entrega del medicamento ilegal es en físico, el sistema de correo y paquetería en nuestro país tiene normado que ningún medicamento puede enviarse.

Hemos encontrado en paqueterías, en diferentes ciudades del país aseguramientos de medicamentos que generalmente son localizados por los binomios caninos de la FGR, de la Policía Federal y en ocasiones del Ejército, que ayudan a evitar que ocurra la transportación ilegal vía correo.

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¿La prevalencia de venta ilegal sigue siendo en mercados?

Sí, claro, sin duda. Los números en cuanto a la distribución, de acuerdo a la Cámara, se da en ciertos mercados irregulares. Pero sobre todo hay riesgo, insisto en que es una de nuestras principales preocupaciones, porque puede perder sus características terapéuticas o quizá, como en el caso del fentanilo, pudieran tener otro tipo de sustancia activa que no es la indicada en los empaques o embalajes.

¿Qué tan grave es el problema de la falsificación de medicamentos en México?

No hay datos suficientes para poder conocer la dimensión del problema que hemos enfrentado, pero en particular hemos visto la falsificación de un tipo de medicamento que nos preocupa y ocupa a la Fiscalía General de la República, que es la falsificación de pastillas de oxicodona que hemos identificado. Sobre todo (ha habido) varios aseguramientos en nuestro país que tienen como destino Estados Unidos.

Hemos visto que este tipo de drogas ilegales tratan de emular un medicamento formal, que tiene un uso terapéutico muy específico. Hemos visto eventos que han ido en aumento, sobre todo en esa zona del país, lo cual nos tiene trabajando de una forma muy activa y coordinada con autoridades de los tres niveles de gobierno.

La Fiscalía está encabezando un esfuerzo muy interesante, a partir de sus delegaciones en aquellos estados, con el apoyo de la Agencia de Investigación Criminal, para saber qué es lo que está ocurriendo, cómo se están dando este tipo de evento.

¿Qué falta por hacer para frenar estos crímenes?

Creo que el principal desafío es continuar con este tipo de ejercicios, de establecer mecanismos de coordinación y de colaboración, un acompañamiento muy de la mano entre la industria farmacéutica con la Fiscalía General de la República y algunos otros actores.

Es un trabajo integral, el principal desafío va a ser fortalecer este mecanismo, quitar las ausencias de información que todavía prevalecen, porque es un fenómeno que está todavía creciendo.

Hace falta materializar más que esos subsistemas de prevención, de investigación, de impartición de justicia y de aplicación de sanciones estén mucho más articulados con la iniciativa privada y desde luego con la sociedad en una especie de trabajo diferenciado.


djh