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“Tu trabajo es bueno, pero ya no hay dinero para pagarte”

Agencia automotriz en la CDMX hace recorte de personal: “como te imaginarás no son buenas noticias, te estamos despidiendo”, le dicen a empleados

Escrito en NACIÓN el

“Como ya te imaginarás no son buenas noticias”. Con esta frase funcionarios de la agencia automotriz Nissan Soni Universidad, recibe a los empleados que comenzó a despedir el martes. Despidos que el gobierno capitalino podría sancionar de comprobar que ocurren sin justificación en tiempos de coronavirus, dentro de empresas que gocen de una situación financiera solvente.

A horas de celebrarse la conmemoración por el día del trabajo, un promedio de treinta empleados fue despedido a lo largo de tres días (martes, miércoles y jueves). Pero tales despidos son disfrazados de renuncia, toda vez que cita textual, se pide a cada empleado firmar un documento redactado por la empresa que indica “ratifico mi renuncia y el contenido de la presente carta”, adjuntando su nombre, firma y fecha; según consta en un audio de estas conversaciones en manos de La Silla Rota.

En la reunión estuvieron presentes Leopoldo Rebollar, gerente de la sucursal, acompañado del contador y el responsable del área de recursos humanos de la agencia; naturalmente el cuarto asistente fue el empleado despedido en cuestión. “Te voy a decir lo que les he dicho a todos en buena onda”, comienza diciendo Rebollar. “Esto no es una cuestión profesional; estamos haciendo una fase dos porque no hay ingresos, no alcanza para aquellos gastos operativos de las empresas y lamentablemente tenemos que hacernos muy chiquitos para que las empresas no cierren y aguantemos el temporal. Esto que estamos haciendo es muy desagradable e incómodo porque no es muy bonito hacer esto y estos despidos o terminaciones laborales no son por faltas profesionales, sino por una recesión económica”, les informa según consta en la transcripción completa del audio.

“Tu trabajo es bueno, pero no hay dinero ya para pagar. Entonces el día de mañana que tenga dos mil pesos de destajo para pagar no puedo dártelos, porque hay que pagar renta, gas, luz, impuestos, y ni modo que te diga ¿Qué quieres? Llévate la sala, las sillas o el refri para tu casa. No queremos caer en eso y hablo muy en serio”, advierte.

Las liquidaciones que estos empleados reciben, según la información proporcionada a La Silla Rota, no corresponderían a lo que marca la ley; por lo que en lugar de recibir el cien por ciento de su liquidación (vacaciones, antigüedad, parte proporcional del aguinaldo y días trabajados), Nissan ofrece una cantidad menor. No obstante, en la charla Rebollar destaca los beneficios a obtener si aceptan tal liquidación.

El finiquito es una condición que a ti te permite que puedas regresar… te va a permitir que, si en tres meses las condiciones del mercado ojalá sean y nos permiten poco a poco ir repuntando, vamos a necesitar nuevamente sustituir las cuentas de empleo. Entonces tú al firmar esto te vas a llevar una lana ¡y aguanta cabrón, estira la liga! Porque no vamos a encontrar trabajo en mayo; pero en junio, julio, lo veo más para julio que esto se empiece a ir otra vez, si la empresa va a necesitar otra vez tu puesto y tu estas dispuesto ¡Tienes la entrada libre!

Es ahí cuando se entrega por escrito al empleado el monto de su liquidación; y se le explica que están calculadas con base en las cifras que a su vez proporcionó Recursos Humanos. Luego, viene el exhorto a que acepten el ofrecimiento. “Yo lo que te pediría que pasaras a entregar pendientes… tramitamos tu cheque en una hora para que lo puedas cobrar si tú quieres hoy o mañana”. Y subrayan que en caso de aceptar y en un futuro desear volver a trabajar en una agencia Nissan, la agencia Soni le extenderá una carta de recomendación para facilitarle el camino.

Cuando los empleados despedidos piden un poco de tiempo para analizar la información y estudiar el ofrecimiento, Rebollar comienza a presionar. “Te doy una hora, porque necesitamos cerrar esto ya, si no el dinero se me acaba”, les advierte. Si en ese momento el empleado cuestiona que la cantidad debería ser mayor por la labor que realizó además de otras labores no propias de su área, el gerente cumple con su rol para defender a la empresa. “Oficial o legalmente esto es lo que tenemos… Al final del día, legalmente con tu empresa, esto lo que tenemos por tu puesto. Es esto y di si firmas o no firmas. No vamos a pelear ni son condiciones que se salgan de las manos”.

En caso de vislumbrar una probable demanda legal en puerta, inmediatamente el gerente intenta desalentarlos. “Si no estás dispuesto ¡Nos vemos en junio o cuando abran en Conciliación y Arbitraje! Y ahí, al final del día, vamos a tener que negociar. Al final del día te digo: vas a rehusar tener dinero ahorita y que a lo mejor en Conciliación vas a tener una discreta mejoría, pero que compartirás con el pago a tu abogado de oficio”.

El empleado abandona la reunión y transcurrida la hora promedio que se le da para revisar la propuesta recibida, encuentra a su regreso una segunda propuesta donde el monto económico aumentó ligeramente como una estrategia para finiquitar el caso. Cuando el empleado la revisa, Rebollar explica “y el putazo que te están dando es por impuestos que te están reteniendo y que tenemos que pagar a Hacienda… Esto es un finiquito y es lo que te da apertura a que el día de mañana la economía se abre y el puesto se abre, es lo que te va a dar la entrada. Porque no te estamos corriendo, se maneja como que tú estás renunciando”.

En ese momento el empleado, casi convencido de firmar el acuerdo, pregunta a Rebollar qué tan seguro es que en el mes de julio él haya recuperado ya su empleo. Entonces el funcionario cambia la estrategia y evade la promesa que inicialmente lanzó. “No te puedo dar un tiempo porque entonces le quitaría el puesto a aquel cabrón, al Secretario de Salud. No sabemos. Esto del coronavirus puede llevarse tres o seis meses… La verdad es un albur, no lo sé”.

Y continúa, “la empresa no te está diciendo en tres meses te recontrato… lo que te dice es hoy no tengo lana, voy a hacer un esfuerzo para que te lleves dinero y te voy a dar un finiquito. Tú estás saliendo bien porque me estas firmando, no tenemos problemas. Cuando esto se reactive -¿cuándo? no lo sé-, y yo necesite tu puesto ¡Al que le vamos a hablar va a ser a ti! Porque ya trabajaste aquí”, reitera.

El gerente de la agencia concluye la reunión con el siguiente mensaje. “La vida da muchas vueltas… Hay buenos momentos y malos momentos, yo lo que quiero es verte bien ¡Estás chavo güey! Vete bien… Si firmas ahorita estas a tiempo para que te vayas a cobrar… Y espero que nos volvamos a ver en unos meses, porque si esto no se reactiva güey ¡El que sigue soy yo, brother! La neta”.

Ayer se presentó en esta agencia personal del Invea (Instituto de Verificación Administrativa), para corroborar que no estuvieran laborando por ser un negocio no necesario en este momento de contingencia sanitaria. Sin embargo, pese a que el lugar sí está funcionando, fuentes confirmaron a La Silla Rota que una de las empleadas les impidió el paso tras asegurar que no había nadie trabajando.

(María José Pardo)