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Trabajadoras del hogar, el reto: vigilar cumplimiento de sus derechos

La ratificación del Convenio189 abre la puerta para que la inspección se vuelva a discutir como obligación del Estado, para saber si se garantizan los derechos

Escrito en NACIÓN el

Con la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que promueve condiciones laborales dignas para las trabajadoras y trabajadores del hogar, México asumió la obligación de discutir y definir mecanismos de inspección en los hogares, donde labora esta población, con la finalidad de verificar el cumplimiento de sus derechos.

“Actualmente no existe un mecanismo de vigilancia, las trabajadoras buscaron que este punto se incluyera en la reforma a la Ley Federal del Trabajo (de mayo de 2019), pero no quedó, por ser un tema polémico, debido al argumento de que los hogares no pueden ser inspeccionados porque son lugares privados”, señaló en entrevista Tania Espinosa Sánchez, coordinadora para la Ciudad de México, de Mujeres en Empleo Informal: Globalizado y Organizado (WIEGO, por sus siglas en inglés).

Luego de un evento para dar a conocer materiales informativos sobre los pasos a seguir para la inscripción de las trabajadoras del hogar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la importancia de su registro, Espinosa Sánchez indicó que la vigilancia “es uno de los retos que quedó pendiente”.

Sin embargo, dijo: “la ratificación del Convenio 189 nos abre la puerta para que el tema de la inspección se vuelva a discutir como una obligación del Estado, porque en la inspección es donde se sabe si realmente se están garantizando los derechos, no solo la seguridad social, sino todos los derechos que se les debe garantizar a las trabajadoras”.

La coordinadora para la Ciudad de México de WIEGO añadió que hay casos como el argentino o el uruguayo, donde existe una inspección laboral en este sector, y “se da de una manera mucho más simple, sin las trabas que están poniendo para que se realice aquí.”

Espinosa Sánchez refirió que estos casos pueden ser tomados como ejemplos de buenas prácticas, entendiendo el contexto mexicano, dando una discusión abierta, en la que participen las trabajadoras del hogar. 

Cabe recordar, que la mayoría de las más de 2 millones de personas trabajadoras del hogar, de las cuales 9 de cada 10 son mujeres, carece de derechos laborales esenciales.

Ejemplo de ello es que apenas 1.5% tiene acceso a instituciones de salud por parte de su trabajo, 19.4% recibe aguinaldo y 5.5% tiene vacaciones pagadas, según datos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

Además, sólo 11 mil 947 personas trabajadoras del hogar, 0.5% de las 2 millones 373 mil 440 empleadas en este sector, se han afiliado al Programa Piloto de Incorporación para las Personas Trabajadoras del Hogar, de acuerdo con información del IMSS.

Para transformar esta realidad, este año se reformó la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social, estableciendo la obligatoriedad de los derechos de esta población. Lo anterior, luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación calificó como discriminatoria la exclusión de las trabajadoras del hogar del régimen obligatorio del Seguro Social y de que ordenó la creación del programa piloto.

Nashieli Ramírez Hernández, titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, señaló la importancia de los avances en el reconocimiento de los derechos de esta población y mencionó que el reto es hacerlos valer.

“Los logros obtenidos deben de ser sostenidos y no pueden quedarse únicamente en el nivel normativo… esta Comisión también tiene muchos retos, para poder, básicamente, hacer valer, en el caso nacional, la constitución, las modificaciones normativas que se han hecho, y sobre todo lo que implica que este país ha ratificado ya el convenio 189 de la OIT”.

Para vigilar el cumplimiento de los derechos de las personas trabajadoras del hogar, Ramírez Hernández consideró que “se necesitan mecanismos alternativos que realicen funciones de supervisión diferentes a los que tradicionalmente se hacen en las empresas”.

Marcela Azuela, fundadora de Hogar Justo Hogar, informó que este es uno de los temas que el IMSS, junto con organizaciones promotoras de los derechos de las trabajadoras del hogar, está “analizando a fondo”.

Debido al temor de que entren a los hogares para realizar una inspección, están considerando la posibilidad de hacer entrevistas aleatorias “en la puerta de las casas”, para que se cumpla con la vigilancia “sin ser invasivo, intrusivo, pero que sí sea una obligación para los empleadores.”

En entrevista, previa a la ratificación del Convenio 189, Omar Nacib Estefan Fuentes, director general de Previsión Social de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), descartó la posibilidad de la inspección en los hogares donde se lleva a cabo esta actividad económica.

“…no estamos pensando en la STPS en hacer inspecciones a los domicilios, en el sentido tradicional de la palabra. En primer lugar, porque el domicilio particular no se configura como un centro de trabajo, en segundo lugar, porque justamente al ser un domicilio particular tiene una configuración distinta y es un tanto inviolable. Quizá a través de mecanismos un poco más amigables que permitan incentivar el cumplimiento voluntario de estas obligaciones, por encima de mecanismos punitivos y de fiscalización tradicionales”.

En su opinión, la vigilancia no es una opción debido a la cantidad de hogares donde se emplea a este sector. “Imagínate el número de domicilios particulares en el país ¿Verdaderamente pensamos que la inspección nos va ayudar a incentivar el cumplimiento? Yo te diría que no necesariamente, tenemos que encontrar otros mecanismos por encima de la inspección que nos ayuden a incentivar el cumplimiento.”

Además, el funcionario señaló que “las normas se crearon para los centros de trabajo tradicional, no para domicilios particulares, no las vamos a trasladar, ni a crear normas específicas”.