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Sospechan matanza de Ejército en Edomex

Los 22 presuntos criminales que murieron a manos de militares en Edomex podrían haber sido fusilados, sospecha la agencia Associated Press

Escrito en NACIÓN el

La agencia Associated Press (AP), una de las más importantes del mundo, aseguró que hay indicios para determinar que el Ejército mexicano pudo haber fusilado a 22 presuntos criminales, en la comunidad de San Pedro Limón, Estado de México, el pasado 30 de junio.

Un reportaje hecho por la agencia estadounidense, retomado por periódicos de la talla de The Washington Post, da cuenta de lo que observaron los reporteros al llegar a una bodega de dicha localidad, donde ocurrieron los hechos.

Los periodistas narraron que en el inmueble, se podía observar, tres días después de lo ocurrido, charcos y manchas de sangre, tanto en el suelo como en las paredes del lugar, así como golpes de balas con un patrón, marcas de balas en las paredes, rodeadas de una mancha de sangre.

“Marcas de bala y manchas de sangre en las paredes dentro de una bodega de almacenamiento de grano en las montañas del sur de México cuentan una historia sombría de muerte que implica soldados y presuntos delincuentes”, señala el reportaje.

La versión oficial de las autoridades mexicanas fue un enfrentamiento entre los dos bandos, cuando los elementos castrenses realizaban un operativo en la zona, lo cual terminó con un saldo de 22 civiles muertos, 21 de ellos varones y una mujer, mientras que por parte de los militares, sólo uno resultó lesionado.

Sin embargo, el medio norteamericano hace el cuestionamiento porque “el almacén donde se encontraron muchos cuerpos mostró poca evidencia de la lucha sostenida”.

Alejandro Hope, analista en seguridad del IMCO, consideró que en este caso “plantea la sospecha, el simple hecho de que hubo 22 muertos en un lado y un herido en el otro lado".

AP manifiesta que han existido otros incidentes de este tipo, donde analistas y defensores de derechos han comenzado a dudar de la versión de los militares.

Asimismo, cita a un testigo que vive cerca del almacén donde ocurrieron los hechos, quien afirmó que escuchó casi dos horas de disparos de armas automáticas y explosiones ruidosas durante las horas previas al amanecer del 30 de junio.

“Pero no podía decir si se trataba del almacén o de las laderas boscosas alrededor. El hombre, que no quiso ser identificado por temor a represalias, dijo que vio a soldados que buscaban las laderas después del tiroteo se detuvo”, detalla el trabajo.

En ese sitio, agregó el reportaje, sólo unas seis rondas entrantes parecían haber golpeado la fachada de la bodega, la única parte del edificio con una ventana o una puerta, donde los soldados probablemente habrían estado disparando al pueblo escondido en su interior.

Asimismo, hubo signos de disparos en el interior del edificio, con algunas marcas de bala no cubiertas, mientras que en el suelo había manchas de sangre seca y “salpicada de trozos de papel con números dejados por los investigadores para marcar el lugar donde se encontraron los cadáveres.”.

Las paredes interiores del almacén tenían un patrón que se repetía: “una o dos pústulas de bala se encuentran muy juntos, rodeados de una masa de sangre salpicada, dando la apariencia de que algunos de los fallecidos estaban de pie contra la pared y se vieron afectadas por una o dos disparos a la altura del pecho”.

Ante estas evidencias, añade la agencia, se solicitó información sobre la causa de muerte de los 22 civiles, sin embargo, “el Departamento de Defensa de México no respondió a solicitudes de comentarios”.

Además, relata, observadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que entraron antes de que fuera cerrado el almacén, indicaron que no encontraron signos de balas perdidas “del tipo que quedarían por soldados disparando armas automáticas desde la distancia”.

maod