Main logo

Sin liquidación y etiquetados como priístas, los despedidos por la 4T

Testimonios revelan que no se respetó la antigüedad de burócratas en finiquitos, algunos demandaron y otros buscan desesperadamente empleo

Escrito en NACIÓN el

Gabino (seudónimo) trabajó durante 23 años en la Comisión Nacional del Agua (Conagua), desde los tiempos de Ernesto Zedillo. Sobrevivió a distintos cambios de administración, bajo los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Hasta que llegó la Cuarta Transformación. La experiencia le indicaba que con cada cambio de gobierno y los reacomodos, se podía venir un despido o recorte, como ocurrió en 2015, cuando fueron despedidas 500 personas.

Pero en enero pasado lo despidieron a él y a otras 900 personas. A unas con 20 años de desempeño en la comisión sólo les ofrecieron una liquidación correspondiente a 8 años. A otros, como él, por ser personal de confianza no les ofrecieron nada.

Dice que varios de los despedidos interpusieron una demanda colectiva, pero que algunos se han bajado del barco. Ello debido a que unas personas han terminado por aceptar los 200 mil pesos por 8 años de trabajo, aunque la antigüedad sea mayor. Otros porque han renunciado a su antigüedad para volver a ser contratados como eventuales con contratos por seis meses, como es el caso de una compañera suya con un hijo con discapacidad, a la que no le quedó de otra. En el caso de Gabino, tiene un proceso legal en contra de la Conagua.

No es el único caso de un empleado de una dependencia oficial despedido por la llegada de la llamada Cuarta Transformación.

De acuerdo con los testimonios recogidos por LA SILLA ROTA, el cambio de administración trajo despidos en distintas dependencias. Los personajes entrevistados –de confianza o eventuales- prefirieron cambiar sus nombres, debido a que argumentaron que si ya estaban estigmatizados por pertenecer a la anterior administración, algunos tienen pendientes procesos legales para ver si les dan liquidación, y otros no quieren que en caso de surgir una oportunidad en otra dependencia, aparezcan como “conflictivos”. 

Se trata de casos que van en contra de los datos presumidos la semana pasada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que el número de empleos creados era el mayor en los últimos 10 años. Pero datos publicados por medios de comunicación especializados en economía, como El Financiero y El Economista, muestran que la creación de empleos fue a la baja durante marzo.

NO ES PERSONAL

A fines de diciembre pasado ex trabajadores del Servicio de Administración Tributaria (SAT) acudieron a Palacio Nacional a mostrar su inconformidad por el despido de personal en oficinas de otros estados así como de la ciudad de México.

Una de ellas es Elena, quien compartió con La Silla Rota que el 20 de diciembre le avisaron que debía renunciar y que ni siquiera le dejaron terminar el día. Vio como el puesto de su anterior jefe era ocupado por una persona de 28 años, que carece de experiencia en el puesto.

Recuerda que ya había escuchado que en oficinas estatales del SAT habían comenzado a despedir gente. “Sabíamos que nos podía tocar, pero no a tal grado. Me habló mi jefe inmediato entre dos y dos y media ese día que si podía pasar a su despacho”.

Todavía ella se quejó y le recordó a su jefe que ella era madre soltera y tenía un hijo de 17 años. Pero no obtuvo respuesta. Pero lo que más coraje le dio fue que su jefe le dijo “no lo tomes personal”.

-No mames, ¿entonces cómo lo tomo?, le respondió llena de coraje.

Aunque la explicación que les dieron a ella y a otras personas es que lo hacían para ahorrar recursos, la llamada “austeridad republicana”, hace poco se enteró que acaban de contratar a otras personas para sustituir a quienes despidieron, eso sí, con menor sueldo y conocidos de los jefes. Entre los despedidos había también una persona con discapacidad, quien fue sustituida por una joven sin experiencia. Eso le dio más coraje.

Decidió escribirle a un abogado para demandar, por eso da su testimonio con seudónimo.

Otro caso es el de Ramón. Él trabajaba en Prospera, programa que con la actual administración desapareció. Afirmó que consecuencia de ello es que casi todos salieron de la Secretaría de Bienestar (antes Desarrollo Social). Algunos desde el mismo 1 de diciembre y otros iniciaron este 2019 ya sin trabajo.

Aseguró que de 25 personas que trabajaban en la Coordinación Nacional de Prospera, sólo tres quedaron. Uno demandó y aún mantiene su trabajo, pero lo tienen sentado, congelado y sin hacer nada. Otros dos compitieron por un puesto y los bajaron de piso.

Los demás quedamos desempleados, porque hueles a PRI, a administración pasada. Te tachan de corrupto sin más”

En su caso, por ser de honorarios, no lo liquidaron. Ha buscado en otras dependencias pero no ha encontrado acomodo o los sueldos son tan bajos que no le conviene. Un ejemplo fue Gobernación, donde por los ritmos de la dependencia debía trabajar más, pero con un sueldo que era la mitad de lo que ganaba en Prospera.

“No hay contrataciones en ningún lado”, dice sobre otras dependencias.

Un caso más es el de Lupita. A ella no la corrieron, pero se adelantó a que lo hicieran o a que ella lo hiciera forzada por el trato que le dispensaban en Gobernación. Desde la llegada de la nueva administración la tenían sin hacer nada. Pero tampoco le permitieron tomar unas vacaciones que le debían del año pasado, cuando debido a una reestructuración no pudo gozarlas.

Con nueve años en la dependencia, vivió el cambio de administración anterior a la actual, además de cambios de jefe directo. Recordó que antes los nuevos jefes llegaban y preguntaban a los empleados qué hacían y con base en eso decidían si se quedaban, y muchos permanecían. Pero desde diciembre los nuevos jefes simplemente los ignoraron. Antes de presentar su renuncia vio cómo una empleada de Comunicación Social fue despedida, así como otra de Jurídico. Cuando recibió otra oferta laboral, sin pensarlo decidió marcharse.

DESÁNIMO

Conforme avanza el tiempo, el desánimo se apodera de Gabino. Para mantenerse económicamente le ha servido el Seguro de Separación Individualizado, y ha contado con el apoyo de su familia, pero no ha encontrado un nuevo empleo pese a que cuenta con una maestría.

“¿Quién te emplea con 50 años de la noche a la mañana? Fuimos servidores públicos con un récord perfecto, jamás sancionados o amonestados, y sin amasar una fortuna, vivíamos con el sueldo de funcionario. Ahora hasta ando buscando chamba en Estados Unidos”.

“Es muy triste lo que la 4T está generando. Nos hubiera gustado colaborar con la 4T. Es un amor al servicio, a la gente, sacarles trámites y asesorarlos", dijo.

Era una formación profesional. Esta gente no se tocó el corazón, lo mismo Conagua que la Semarnat”

Por su parte Ramón agrega que además de él y sus compañeros despedidos, cambiaron el programa Prospera y lo convirtieron en las Becas Benito Juárez, pero con un padrón rasurado del 50%, con el argumento de la corrupción.

“Prospera lo deshicieron, ahora se llama Becas Benito Juárez. A 50% de personas las dejaron sin beneficio. Nadie tenía idea de eso”, asegura.

Por su parte Elena dice que para sobrevivir se emplea como freelance y hasta ha comenzado a vender cosas, ya que los ahorros han comenzado a agotársele. Aunque consultó un abogado, el profesionista le dijo que veía el caso difícil, porque ella había firmado su renuncia.

Sabe que en otras dependencias también han despedido a gente y aunque ella misma sabía que habría despidos, no imaginó la magnitud.

“Me imaginaba que este señor iba a quitar a gente corrupta, sobreviví a otros cambios de administración, y en el SAT no se acostumbraba hacer movimientos a ciertos niveles. En enero se les cayó el sistema y corrieron al administrador de mesa de ayuda en el portal, lo corrieron y luego lo buscaron para resolver el problema. Obviamente él no los ayudó”.

Además de los despidos que calificó “a diestra y siniestra”, ha escuchado que a mediados de año viene otro recorte.

JGM