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Se quiebra alianza de familias de víctimas y feministas en sede CNDH

Familias de víctimas dejan el inmueble de CNDH con tristeza y decepcionadas del movimiento feminista en la sede; el colectivo afirma que no hay división

Escrito en NACIÓN el

Este viernes se concretó el quiebre interno detrás de la toma de las oficinas de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Todo parecía normal en la entrada de la que ahora es una casa okupa, pero cada que se abrían las puertas, salían familias de desaparecidos y de víctimas de feminicidio y homicidio, quienes regresaron a sus estados de origen tras un choque con las integrantes del Bloque Negro.

“Las familias se van tristes, desconsoladas y más que nada decepcionadas de este movimiento feminista, en particular de éste, no están hablando de todo el feminismo, pero de éste se van tristemente decepcionadas, cuando en un principio eran admiradas por las madres, me incluyo a mí también, admiradas por su potencial, por su rudeza, pero ya cuando lo externan con las familias, es diferente”, dijo Imelda Martínez, quien forma parte del Colectivo Madres de la Laguna y del Frente Nacional Ni Una Menos en Durango y Coahuila.

La CNDH apoyó a las familias con transporte para que pudieran regresar a sus estados, tras haber permanecido por 15 días en este inmueble. Esta mañana, Yesenia Zamudio, representante del Frente Nacional Ni Una Menos, denunció que sufrió amenazas y que por esa razón saldría del inmueble.

Los familiares de personas desaparecidas y de víctimas de feminicidio señalaron que dentro de las oficinas hubo problemas con las integrantes del Bloque Negro, ya que incluso llegaron a prohibirles el paso a la cocina o al área donde tenían la despensa. Mientras que las feministas del bloque dijeron que las familias fueron las que iniciaron el conflicto y que se adueñaron de la ropa y alimentos que les regalaron. Esta situación fue la que causó la ruptura y a final de cuentas el Bloque Negro se quedó en esta sede.

“AQUÍ NO VA A QUEDAR NINGÚN FAMILIAR DE DESAPARECIDOS NI DE FEMINICIDIO”

Después de la salida de Yesenia Zamudio, siguieron las demás familias que continúan en la lucha para encontrar justicia para sus seres queridos. Una de ellas es Imelda, quien esperó algunas horas en la calle a que llegara la camioneta de CNDH que la ayudaría a transportar las bolsas de ropa que les regalaron en estos días y que repartirá en Coahuila.

Ella llegó el lunes pasado para exigir justicia para su propio caso y en búsqueda de apoyo. Su hija Dalia fue víctima de feminicidio el 14 de febrero de 2018, en Rodeo, Durango. Su pareja fue quien le quitó la vida y aunque ha habido respuesta de las autoridades y la fiscalía giró orden de aprehensión, no se ha consumado.

“Hoy nos vamos todos, aquí no va a quedar nadie ni de desaparición ni de feminicidio, ninguna víctima va a quedar aquí, todas nos vamos. La CNDH nos va a proporcionar el transporte y ya todos nos retiramos”, explicó.

“Nosotros no esperábamos que nos fueran a tratar de esta manera, como víctimas creo que no nos lo merecemos, luchamos contra el gobierno y todavía tener que luchar con otras personas, no tiene caso, mejor optamos por irnos, es lo más sano”, destacó Imelda. 

Desde el feminicidio de está en la búsqueda de justicia y esto la llevó al activismo, en donde apoya a familias de niños que han quedado huérfanos a causa de la violencia contra sus madres o abuelas.

“Lo que queremos es que nuestros hijos obtengan lo que es un fideicomiso federal, porque en nuestro estado tenemos que lidiar que por parte del gobierno estatal se les da un apoyo, pero sale el gobernador y tenemos que volver a lidiar con el que sigue. Me llevo un papel con un acuse firmado en el que tomarán en cuenta eso del fideicomiso”, dijo.

“ME REGRESO A GUERRERO CON ESPERANZA”

Mientras esperaba subir a la camioneta de CNDH, Gema Antunez Flores del Colectivo María Herrera de Chilpancingo, Guerrero, explicó que el choque con las integrantes del Bloque Negro no fue tan grave y que incluso tuvieron buena relación. Algunas de las mujeres que llevaban su rostro cubierto le ayudaron a sacar sus bolsas y maletas de la casa okupa.

Gema llegó a este lugar el lunes pasado con un objetivo: “Venimos en estas luchas para poder lograr que las autoridades reaccionen porque ahorita con lo de la pandemia nos abandonaron totalmente y desgraciadamente en el estado de Guerrero diario hay desaparecidos, asesinados, secuestrados y clamamos justicia”.

Ella pide que se sepa la verdad de lo que sucedió con las personas desaparecidos en el país, en su caso, desconoce el paradero de su hijo Juan Sebastián García Antunez desde hace nueve años. Entre lágrimas, expresó que entre más tiempo pasa, las familias saben que se vuelve más remota la posibilidad de encontrar a sus seres queridos con vida, pero que lo que quieren es, aunque sea ver su cuerpo para poder estar en paz.

“Me voy con esperanza, no me voy contenta, pero con la esperanza porque se comprometieron las autoridades a revisar carpeta por carpeta, ya no van a permitir que otras personas metan las manos”, enfatizó.

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EL BLOQUE NEGRO, SIN DIVISIONES

Las integrantes del Bloque Negro tienen otra versión de los hechos. Una de ellas, quien prefirió no dar su nombre, dijo que llegó desde los primeros días en apoyo a Marcela Alemán, quien se había amarrado en estas instalaciones.

Detalló que estas semanas la situación “ha sido un poco pesado por todas las cosas que han pasado, pero entre nosotras no hay divisiones y seguimos juntas. El problema es especialmente con Yesenia Zamudio, nosotras con las familias ni les hablábamos, ellas por su parte y nosotras por la nuestra, pero la que nos quiso embarrar fue Yesenia. La ruptura fue completamente con ella, nosotras seguíamos juntas".

“Ella se fue diciendo que nosotras la violentamos, cuando ella nos aventaba los platos, nos gritaba, nos mandaba, nos tronaba los dedos y decía que éramos nosotras y según por eso ella se fue”, dijo la joven de 22 años y con el rostro cubierto.

Manifestó que ahora que se fue Zamudio se siente tranquilidad y seguridad en la casa okupa, como antes de que ella llegara y que permanecerán ahí porque esto es una deuda histórica que el Estado les debe. Indicó que esperan poder concretar los planes incluidos en su pliego petitorio y que en este lugar se lleven a cabo talleres, como de danza afro y danza aérea, para niños y mujeres.

“Yo espero que todo vaya bien, que todo esté chido y a darle hasta lo que tope. Lo más difícil ha sido dejar a mi familia, me dicen que estamos cambiando la historia y que me van a apoyar hasta el último momento”, destacó.

“LAS FAMILIAS SE RETIRARON POR DECISIÓN PROPIA”

Erika Martínez, habitante de Okupa refugio para mujeres (cómo denominaron a las oficinas de la CNDH ubicadas en la calle de Cuba 60, en el Centro Histórico, afirmó que en este momento se retiran del lugar las familias de Guerrero que se reunieron ayer con la secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

"Se retiran por decisión propia, no sabemos el acuerdo que tuvieron ayer en Gobernación. No están siendo violentadas ni corridas, solo se regresan sólo a su lugar de origen, ellas sólo iban a pernoctar aquí hasta la reunión que tuvieron ayer", informó a La Silla Rota.

En el caso de Yesenia Zamudio, otras activistas feministas con quien el bloque negro ha tenido diferencias por la posesión de este inmueble, Erika explicó que lo último que supieron fue que ayer Yesenia les informó que se retiraba del lugar; y que hoy no regresó.

La Silla Rota informó en su momento que ambos grupos se habían confrontado el 14 de septiembre, pues el bloque negro feminista emitió un comunicado para informar que ellas habían sido las primeras en ocupar el inmueble de Derechos Humanos, y no las víctimas como se dio a conocer.

"En este momento sólo estamos el bloque negro, su servidora, dos familias que están aquí con nosotras; y llegan la señora Florencia y Ana cuyas hijas han sido víctimas de feminicidio, llegan con los nietos. Llega también un grupo de chicas que son estudiantes y trabajan, y que por la pandemia dejaron los lugares que rentaban", precisó.

La reunión que sostuvieron hoy en la secretaría de Gobernación se realizó con Fabiola Alanís, titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim).

"Nos atendió y comentó que uno de los puntos del pliego petitorio que era la liberación de la compañera Edith, se está trabajando". Sin embargo, Erika señala que no se abordó su caso pues ella busca justicia para el hombre que abusó de su hija.

Erika explicó que en ningún momento de la reunión se les planteó salir del inmueble de Cuba 60. "Propusieron que nos podían dar un lugar adecuado para las niñas y mujeres, pero nosotros insistimos que este edificio nos tiene que pertenecer a todas las mujeres porque es ya un ícono de la lucha feminista. El pago de la reparación de los daños de todas las mujeres que hemos sido violentadas, las que estamos y las que ya no estamos".

(MJP)